Gabriel Boric, el presidente más izquierdista de Chile desde el derrocado Salvador Allende
El nuevo mandatario se convierte en el más joven de la historia del país
Gabriel Boric ya es el nuevo presidente de Chile tras imponerse a José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de este domingo. Con una amplia ventaja de más del 10%, Boric pasará a ocupar La Moneda, palacio presidencial del país, en el próximo mes de marzo, cuando jurará el cargo.
Diputado de 35 años y antiguo líder estudiantil, Boric se define como ecologista, feminista y regionalista y quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa. Será el presidente más izquierdista desde el Gobierno del derrocado Salvador Allende (1973) y el primero que no forma parte de los dos grandes bloques que se repartieron el poder desde el retorno a la democracia en 1990.
De perfil izquierdista, las posturas de Boric han sido acusadas por sus rivales de ser extremistas e incluso de formar parte de lo que un candidato comunista llevaría en su programa. El perfil del nuevo presidente está marcado por un fuerte caracter indigenista, como ha querido mostrar en su primer discurso al ser ellos a quienes ha dedicado sus primeras declaraciones como presidente: «Buenas noches, Chile. Po nui, suma aruma, pun may Chile».
Con el paso de los años, el perfil del diputado ha ido moderándose en busca de una serie de posturas más abiertas y cercanas a la socialdemocracia. Parte importante del discurso del nuevo presidente pasa por su búsqueda de un sistema similar al europeo, con una gran presencial del Estado en la vida pública. En sus medidas destacan la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, el avance hacia una Sanidad pública o una subida de los impuestos para reforzar las arcas nacionales de cara a la nueva política de aumento de gasto público, entre otras.
¿Quién es Gabriel Boric, el «diputado de la mohicana»?
El perfil de Boric no ha sido muy conocido hasta ahora en España. Sin embargo, en su Chile natal la figura del ahora presidente forma parte de la esfera pública desde hace varios años, cuando era el líder estudiantil. Hace una década tres jóvenes chilenos lideraron las fuertes protestas estudiantiles. Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson, quienes aparecieron en los diarios por su lucha por una educación libre y de calidad en uno de los países donde el acceso a los estudios superiores es más caro.
Como estudiante de Derecho, Boric fue uno de los impulsores de la toma de un edificio durante 40 días exigiendo la salida del decano Roberto Nahum, algo que finalmente consiguieron. Estas acciones le permitieron ascender al liderazgo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), donde sustituyó a Vallejo.
Es en este escenario cuando en 2014 logra entrar al Congreso nacional tras las elecciones. La imagen de un joven Boric sin americana ni corbata jurando su cargo y el tono de sus declaraciones posteriores («Me importa bien poco cómo me juzguen por mi pinta«), sentaron la base de lo que sería el comienzo de su camino a la presidencia.
Fue en 2017 cuando Boric vivió una de sus acciones más destacadas, cuando entró al Congreso con un peinado de estilo mohicano que rompía con el estilo visto hasta entonces en la Cámara. En declaraciones a la prensa, el ahora presidente explicaba que su intención era imitar al futbolista Eduardo Vargas, que lucia un estilo similar y de quien dijo que se veía «minísimo».
Más allá de la anécdota, el perfil de Boric se postulaba como radical en unos años en los que, sobre todo durante el Gobierno de Piñera, el conservadurismo chocaba con el clima de tensión de las calles del país, quienes demandaban reformas progresistas como un cambio de Constitución (vigente desde el Gobierno de Pinochet) o la despenalización del aborto hasta la 14 semana.
Drogas y abusos sexuales, las polémicas de Boric
Boric fue escogido como representante de la izquierda tras imponerse al Partido Comunista en las primarias de la oposición. Desde los sectores más conservadores del país, se temía que esta victoria y la posterior adhesión de algunos diputados de este partido a la campaña de Boric supusiera un giro a la radicalidad del candidato, algo que con el paso de los meses no se ha producido.
En este perfil, su rival, José Antonio Kast, ya acusaba a Boric de fomentar las ideas comunistas y le reprochaba su pasado como líder estudiantil cuando no condenó rapidamente los altercados que vivía el país en octubre de este año.
Durante el debate presidencial, Kast acusó en repetidas ocasiones a Boric de haber acosado sexualmente a una mujer cuando era más joven, algo que los abogados del candidato de izquierdas denunciaron sin éxito ante la Junta Electoral del Chile, quienes enmarcaron las declaraciones del candidato de derechas en la libertad de expresión.
En pocos minutos, las redes se llenaron del #BoricAcosador, por lo que el candidato tuvo que salir al paso de estas acusaciones y desmentirlas en repetidas ocasiones. A pesar de ello y para dejar de lado la polémica, la víctima de esta situación (quien ya reclamo a Kast que no utilizara su caso como un ataque contra su rival) anunció a la prensa que había hablado con Boric y había aceptado las disculpas de este sobre la situación. «Quiero confirmar que Gabriel Boric y yo recientemente tuvimos una conversación, donde él me pidió disculpas por las actitudes machistas que tuvo hacia mí«, dijo.
También en el debate, el candidato Kast acusó a Boric de ser un asiduo consumidor de drogas, algo que su rival rápidamente quiso desmentir al presentar un test negativo que provaba que no había consumido ningún tipo de sustancia recientemente.