Rusia ofrece a la Unión Europea aumentar la venta de gas para acabar con la crisis
A cambio, exigen una serie de acuerdos a largo plazo que, dicen, paliaría los precios actuales
Rusia ha abierto la puerta a aumentar el suministro de gas en Europa para así satisfacer la que dicen que es una demanda muy superior a lo pactado en la actualidad. A cambio, Moscú solicita un nuevo acuerdo a largo plazo, lo que según explica su Ejecutivo, revertiría la política de Bruselas de reducir la dependencia exterior en materia energética.
Lo ha asegurado el viceprimer ministro, Alexander Novak, que ocupó la cartera de Energía hasta mediados de noviembre de 2020. Novak ha abierto la puerta a un nuevo acuerdo con los Veintisiete: «Estamos preparados para incrementar los volúmenes de producción y suministro. La base de recursos que existe en Rusia nos permite satisfacer la demanda de los consumidores europeos en cualquier volumen. Pero, por supuesto, este no es un proceso rápido, porque la política que se ha llevado a cabo en la Unión Europea tenía como objetivo reducir la demanda».
Asimismo, ha insistido que la condición para ello son los contratos a largo plazo, ya que «para aumentar la producción se requieren grandes inversiones«: «Firmen contratos a largo plazo. Estaremos listos para suministrar más. Esta oferta siempre es válida».
Rusia acusa a Bruselas de pensar solo en el corto plazo
Novak ha señalado además que la Unión Europea da preferencia a los contratos al contado y que, con ello, asume la satisfacción de las ofertas en el futuro próximo, sin entender lo que ocurre en el mercado a medio y largo plazo.
«Esto llevó a la situación del verano de 2021, cuando fue necesario bombear gas hacia las instalaciones de almacenamiento subterráneas, un gas natural licuado suministrado por contratos al contado con el que Europa contaba y que fue a parar a otros mercados», ha explicado sobre la subida del precio del gas.
Novak ha añadido que otra razón para el colapso energético fue el invierno de 2020, que «no permitió crear reservas de gas en el volumen requerido durante el período de verano» y ha pronosticado que el período de precios altos terminará cuando se creen buenas reservas.
«En mi opinión, para esto debe haber un suministro de gas que cubra la demanda en Europa en su totalidad. Se deben crear reservas adecuadas en las instalaciones del UGS (sistema de procesamiento, transmisión, almacenamiento y distribución de gas), que son necesarias para pasar de manera confiable el período invernal. Parte del consumo en Europa será provisto por suministros a largo plazo de Rusia, Argelia y Noruega. Entonces habrá una situación más estable con los precios», ha concluido el titular de Energía ruso.
El portavoz de la empresa Gazprom, Serguei Kuprianov, ya aseguró el 25 de diciembre que la compañía estaba dispuesta a «suministrar volúmenes adicionales de gas» a Europa, al tiempo que también afeó las críticas por una supuesta insuficiencia en el suministro, a las que ha tachado de «absolutamente infundadas e inadmisibles».
«Gazprom, al igual que antes, está dispuesto a suministrar volúmenes adicionales de gas en el marco de los contratos a largo plazo en vigor, y los precios de estos suministros están muy por debajo de los al contado», insistió el portavoz en la cadena rusa Rossiya 24.
Las acusaciones de Europa son «infundadas e inaceptables»
Kuprianov aprovechó la ocasión para arremeter contra Europa e indicar que «todos los problemas en Europa occidental son autoinflingidos, y no deben culpar a Gazprom por eso». «Todas las acusaciones de que Rusia y Gazprom no proporcionamos suficiente gas al mercado europeo son completamente infundadas e inaceptables. Francamente, son falsas, mentirosas», insistió.
«El pasado 15 de diciembre la compañía cumplió con todas sus obligaciones anuales estipuladas en el contrato de tránsito, y continúa transportando gas por esa dirección», dijo en referencia al transporte de gas a través de Ucrania.
Estas declaraciones de la compañía se produjeron unos días después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, expresara la disposición de su país para ayudar a la Unión Europea en la crisis provocada por la fuerte subida de los precios del gas, aunque reiteró que han sido los propios europeos los que han creado el problema al creerse «más inteligentes que los demás«.