Cinco claves que resumen la impronta de Sassoli en la Eurocámara
El presidente del Parlamento europeo destacó por su defensa acérrima del europeísmo, la democracia y los derechos sociales
El italiano David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo hasta su fallecimiento este martes, dejó claro su ideario al ser elegido para el cargo el 3 de julio de 2019: «volver al espíritu de los padres fundadores, aquellos que dejaron de lado las hostilidades de la guerra para construir un proyecto que juntara paz, democracia, Estado de derecho y desarrollo económico».
Entonces le apoyó poco más de la mitad de la Eurocámara (345 eurodiputados de los 667 que emitieron un voto válido) y dos años y medio después las expresiones de pesar por su muerte y elogios a su labor han sido unánimes.
En ese periplo, zarandeado por la pandemia, su timón ideológico ha permanecido firme en defensa de las políticas sociales, los valores europeos y la democracia.
En su discurso ante el Consejo Europeo en diciembre, Sassoli mantuvo que «lo que Europa necesita, en particular, es un nuevo proyecto de esperanza. Creo que podemos construir ese proyecto en torno a tres ejes: una Europa que innova; una Europa que protege, y una Europa que sirve de referente».
Estas son algunos de sus compromisos e ideas más destacadas:
Solidaridad frente a austeridad
«En Europa, ningún ciudadano ha quedado sin atender en la puerta de los hospitales, y ahora nos toca defender y reforzar ese modelo, que es el de no dejar a nadie en la estacada«, decía Sassoli en junio de 2020, tres meses después del comienzo de la pandemia y un mes antes de que los Veintisiete pactarán el histórico Fondo Europeo de Recuperación de 750.000 millones de euros, financiado con la emisión de deuda común y un presupuesto de 1,074 billones de euros.
«Si no estuviera convencido de que es posible, no diría que es necesario cambiar cosas», indicó el político italiano, cuyo papel fue clave en sacar adelante la negociación de ese histórico pacto en el Parlamento Europeo.
Mantener el funcionamiento en el parlamento
«Hemos tenido que frenar, por supuesto. Pero no nos hemos detenido, porque la democracia no puede suspenderse en medio de una crisis tan dramática. De hecho, es nuestro deber, en estos tiempos difíciles, estar al servicio de nuestros ciudadanos. Como legisladores, tenemos los medios, la posibilidad y el deber de ayudar», declaró Sassoli en el primer pleno telemático puesto en marcha en la historia de la Eurocámara.
Y es que a él se debe la adopción de medidas extraordinarias para permitir al Parlamento Europeo seguir funcionando y cumplir con sus obligaciones en virtud de los tratados durante la pandemia, pese a que sus sedes de Bruselas y Estrasburgo estuvieron cerradas en diferentes momentos.
Aliado del pacto verde
Sassoli fue un aliado clave de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su ambición de sacar adelante el Pacto Verde Europeo para «convertir a Europa en líder en la lucha contra el cambio climático».
Y es que, según Sassoli, «lo que hace Europa tiene un reflejo en todo el mundo»: «Planeta solo tenemos uno y si no se ocupan los europeos pocos se ocuparán», aseguraba este antiguo periodista reconvertido a la política en una entrevista con Efe en Madrid, con motivo de la inauguración el 3 de diciembre de 2019 de la cumbre climática COP25, pocos meses después de ser elegido sorpresivamente para el cargo.
Comprometido con los más vulnerables
Su entorno recordó hoy que siempre tuvo tiempo para escuchar y atender a los que más lo necesitaban y destacó su contacto constante con las asociaciones de voluntariado y su disposición a recibir en Bruselas a personas como Jaime Lafita, el enfermo de ELA que viajó a la capital comunitaria en velero y bici para llamar la atención sobre esta enfermedad degenerativa, o al padre Ángel, de Mensajeros de la Paz, a quien también visitó en Madrid.
Su deseo de ayudar a los más débiles se materializó en la etapa más dura de la pandemia en Europa, en la primavera de 2020, cuando abrió las puertas de la Eurocámara para acoger a mujeres vulnerables y personas sin hogar y ordenó que las cocinas de la institución prepararan 3.000 menús diarios para, entre otros, trabajadores sanitarios.
Ese deseo de proteger a los que más lo necesitan también implica, decía Sassoli, «tomar medidas decididas para integrar mejor nuestras políticas de gestión de la migración y las fronteras exteriores. También significa garantizar que todos y cada uno de los europeos puedan ganarse la vida con dignidad, sobre la base de salarios mínimos decentes y justos».
E, insistía en su última intervención ante los líderes de la UE en diciembre pasado, «debemos encontrar respuestas técnicas y económicas eficaces en caso de crisis energética. Nadie en Europa debe ser abandonado a la pobreza energética».
Reformas para una nueva Europa
Durante su mandato, Sassoli pidió un nuevo «pacto político» con otras instituciones para dar forma y contenido a la petición de una nueva Europa, mejorando el proceso de «Spitzenkandidat» (candidato principal o cabeza de lista), reforzando la voz y los poderes del Parlamento y promulgando reformas y la revisión de los tratados para fortalecer la democracia europea.
«Queremos que la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) abra una nueva etapa, una etapa de participación, pero también de cambio, de cambiar las reglas (…). La democracia europea debe ser más eficiente y eficaz», dijo Sassoli en el Evento Europeo de la Juventud el 8 de octubre pasado.
Él ya no verá las conclusiones de la CoFoE, que se encuentra en pleno desarrollo, pero en el aire quedan sus palabras con aire transgresor y como mensaje a las próximas generaciones: «La UE no es un sistema congelado: hemos demostrado que podemos desafiar los tabúes».