El largo e incierto proceso que debe afrontar Ucrania para pertenecer a la Unión Europea
Los tratados no establecen un calendario preciso y Zelenski aboga por un procedimiento «especial»
Ucrania ha dado un paso más en el enfoque europeísta adoptado en estos últimos años con una histórica solicitud de adhesión firmada este lunes por el presidente, Volodimir Zelenski. Kiev no ha ocultado la urgencia de unas aspiraciones que, sin embargo, se topan con la rectitud de un proceso que lleva tiempo, incluso años.
El propio Consejo recoge en su página web que, «para ser miembro de la UE, hay que seguir un procedimiento que no se resuelve de un día para otro». Actualmente, hay cinco países candidatos: Albania, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Turquía, siendo este último el país que más tiempo lleva bajo este estatus, en concreto desde 1987.
Ucrania ni siquiera está considerado aún ‘país candidato’, en la medida en que la carta tiene que llegar a los destinatarios precisos, que activarían todo el proceso. La petición se dirige al Consejo quien, por unanimidad, debe dar el paso de solicitar a la Comisión Europea un dictamen sobre la candidatura antes de que la decisión definitiva vuelva al seno de los Veintisiete.
En un primer momento, corresponde a la presidencia de turno, en este caso Francia, informar al resto de socios y notificar la demanda ucraniana también al Parlamento Europeo y a los parlamentos nacionales. A continuación, los ministros de Asuntos Exteriores serían los encargados de evaluar el caso y decidir si pedir el dictamen de Bruselas.
Si el dictamen del Ejecutivo de Ursula Von der Leyen es favorable, corresponde de nuevo al Consejo pronunciarse, aprobando un mandato de negociación. Solo entonces se iniciarían formalmente las negociaciones para la adhesión, capítulo por capítulo y vigilando que el país candidato cumple todos los requisitos, incluida la transposición de la legislación europea.
Las relaciones entre la UE y Ucrania pivotan actualmente en torno a un Acuerdo de Asociación que entró en vigor en septiembre de 2017. Zelenski, que aún no gobernaba cuando se produjo este hito, quiere ir ahora más allá y ha defendido que su país merece la plena integración: «Estoy seguro de que esto es justo, de que nos lo merecemos y de que es posible».
Un tiempo impreciso, pero largo
Todos estos trámites llevan tiempo, más de lo que le gustaría a un Zelenski que ha reclamado a la UE que establezca un procedimiento «especial», ‘ex profeso’ para Ucrania. Alega que la situación lo merece, dado que existe un sentido de urgencia por la invasión iniciada el pasado jueves por Rusia.
La legislación europea no establece un calendario preciso, pero el mero encaje legislativo lleva tiempo, y eso sin tener en cuenta que el país en cuestión cumpla otros requisitos –incluidos de índole económica– que le permitan convertirse en el Estado número 28 del bloque comunitario.
En todo caso, fuentes europeas consultadas por Europa Press mostraban antes de la firma del documento la disposición de evaluar una eventual petición de Ucrania «muy rápidamente» en el Consejo para decidir si corresponde pedir al Ejecutivo comunitario una «opinión urgente» sobre el caso concreto.
En el caso de la opinión de la Comisión, es una fase que requiere habitualmente de un plazo de entre quince y dieciocho meses, pero las fuentes señalan también que no se trata de un marco cerrado y puede alargarse o ser «significativamente más corto» atendiendo a consideraciones «políticas».
Von der Leyen pareció dar alguna pista el domingo, cuando en una entrevista a Euronews pareció abrir las puertas de la familia europea a Ucrania. «Es uno de los nuestros y le queremos dentro», dijo, sin aclarar no obstante si sus declaraciones eran más una expresión de buena voluntad que un horizonte tangible a corto plazo.
Ya el lunes, un portavoz de Von der Leyen ha matizado en rueda de prensa que la jefa del Ejecutivo comunitario es consciente de que la adhesión de un país conlleva todo un «proceso» fijado por los Tratados y que con sus declaraciones se limitó a constatar algo «compartido» por muchos en la UE, respecto a que Ucrania es «un país europeo» que, a la luz de los apoyos tras la invasión, «está en el corazón de Europa».
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha señalado también este lunes, en declaraciones a la cadena francesa BFMTV, que «primero debe haber un debate». «Pero ya hay un acuerdo de asociación muy potente que se puede reforzar con esta Ucrania que quiere libertad y democracia», ha apuntado a continuación.
«Puede llevar años»
Entretanto, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha advertido de que la entrada en el club comunitario es algo «que puede llevar años» mientras que Ucrania está en una situación que requiere respuestas «en cuestión de horas».
«Ucrania tiene claramente una perspectiva europea pero tenemos que luchar contra una agresión militar«, ha dicho Borrell a la prensa en Bruselas, antes de presidir un consejo extraordinario de ministros de Defensa de la UE, que se reúnen por videoconferencia de manera extraordinaria para discutir sobre Ucrania.
A nivel país, varios gobiernos se han pronunciado en las últimas horas, entre ellos el alemán, que por boca de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ha abogado por distinguir entre la solidaridad política demostrada en plena agresión rusa y la realidad del bloque. «Entrar en la UE no es algo que se pueda hacer en unos pocos meses», ha sentenciado, según la agencia de noticias DPA.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación español, José Manuel Albares, ha alegado en una entrevista a RNE que «entrar en la UE no es un proceso caprichoso o que se pueda hacer por una decisión política«, recordando que el país entrante debe cumplir ciertos estándares.
En este sentido, ha evitado respaldar de forma explícita la reivindicación ucraniana de acelerar la integración y ha dicho que la UE ya tiene «múltiples» tipos de relaciones con países del este de Europa. «Por supuesto, hay un espacio para que (Ucrania) tenga una relación con la UE», ha añadido.