El sector financiero chino da muestra de discrepancias con Rusia por la guerra
Los bancos de inversión vinculados a China observan con preocupación la situación financiera. Una entidad suspende las actividades en Rusia y Bielorrusia
La situación en Ucrania empieza a asustar también al sector financiero chino. El Gobierno de Xi Jinping ya evitó respaldar en la última asamblea de la ONU a Vladimir Putin, pero fuentes económicas revelan que el malestar empieza a penetrar también en el sector financiero del país asiático. Después de la batería de sanciones, gigantes como el Asían Infrastructure Investment Bank (AIIB) ha anunciado que «suspende» sus actividades financieras vinculadas con Rusia y Bielorrusia. En el Gobierno analizan este dato como la muestra de cansancio de Pekín hacia Moscú.
En un comunicado lanzado el pasado jueves el AIIB reconoce que la situación económica de Rusia está bajo observación para evitar que desemboque en problemas económicos para la entidad. Su objetivo es «salvaguardar la integridad financiera», algo que pasa por interrumpir las actividades con Rusia y Bielorrusia.
La entidad AIIB es una de las primeras que entra en colisión con el conflicto en Ucrania y deja de lado al aliado político de Pekín. El grupo ofrece créditos bancarios para proyectos infraestructurales en la región asiática. Se fundamenta en un modelo de desarrollo multilateral, algo que espera salvaguardar ofreciendo ayudas económicas a los «miembros que se han visto afectados por la guerra».
Abstención en la ONU
El pasado miércoles, la Asamblea General de la ONU condenó con amplia mayoría la invasión de Rusia a Ucrania. Entre los países que decidieron abstenerse se hallaba China, pero este extremo es interpretado en algunos círculos como una señal de parcial alejamiento del Kremlin. Esta es también la lectura que ofrecen fuentes gubernamentales tanto de Exteriores como de los ministerios económicos, donde consideran que cuantos más días pasan de conflicto, más se reduce el apoyo de Xi Jimping a Putin.
En el Ejecutivo concluyen que Putin prometió a Xi Jimping esperar los Juegos Olímpicos de invierno que se celebraban en China para lanzar el asalto a Ucrania. La sensación que se percibe de fuentes gubernamentales es que Putin pudo prometer un conflicto de pocos días, según el modelo de la guerra relámpago que se estudia en las academias militares: una primera incursión con aviones para destruir las defensa aéreas del adversario, y una rápida invasión vía tierra.
Uno de los proyectos de Putin era repetir una misión parecida a la de Crimea, pero todo apunta a que el escenario ha cambiado radicalmente. Entre otras cosas, por la respuesta directa y contundente de occidente: tanto a través del envío de armas a la resistencia ucraniana como con las sanciones a la economía rusa y a los oligarcas.
Alto al fuego humanitario
Los tiempos de la invasión rusa, además, parecen dilatarse. Y la reacción de importantes grupos financieros como el AIIB revela, según las fuentes consultadas, el cansancio que se puede estar generando en Pekín. Estos indicios dejan algo de margen a los analistas que están observando al situación desde la Moncloa, el cuartel general de Pedro Sánchez. Aun así, se mantiene sobre la mesa la posibilidad de que las negociaciones no serán fáciles a partir del alto al fuego parcial por razones humanitarias anunciado el pasado jueves. De hecho, en el Ejecutivo de Pedro Sánchez no se excluye que el conflicto siga durante semanas, y hasta meses.
El hecho, no obstante, de que importantes grupos financieros chinos anuncien el cierre de las operaciones en Rusia ofrece argumentos para los que esperan que las sanciones europeas sean eficaces. En esto, los ministros económicos de los países miembros de la UE están de acuerdo, al igual que sus homólogos de Exteriores y Defensa. Si China deja de apoyar a Rusia, razonan fuentes del Gobierno, Putin se quedará solo y no tendrá más remedio que interrumpir definitivamente su operación.
