Argelia e Italia acercan posturas por la energía en detrimento de España tras el cambio de posición con el Sáhara
Nuestro país podría dejar pasar la oportunidad de convertirse en un facilitador energético para el conjunto de la UE ante el actual boicot al gas ruso
Nuestro país podría dejar pasar la oportunidad de convertirse en un facilitador energético para el conjunto de la UE ante el actual boicot al gas ruso
La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de dar un giro a la postura tradicional de España sobre el Sáhara Occidental no ha gustado nada a Argelia. El giro diplomático se inclina por la postura de Marruecos sobre el conflicto, con un estatuto de autonomía para los saharauis pero reconociendo a Rabat como la controladora del territorio.
La respuesta oficial de Argelia, rival de Marruecos en la región, todavía no se ha concretado, pero el país norteafricano ha comenzado por llamar a consultas a su embajador en Madrid «con efecto inmediato». Pero, además, ya ha habido una primera consecuencia, de momento simbólica, en el terreno energético.
Y es que la relación entre España y Argelia se ha intensificado notablemente en los últimos años por el intercambio de gas, que nuestro país importa de Argelia en un 45%. De hecho, cuando en agosto de 2021, Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat y cerró el gasoducto Magreb-Europa, Madrid buscó garantías de suministro a través del segundo gasoducto que mantienen con Argelia (Medgaz).
No obstante, el bandazo diplomático del Gobierno amenaza ahora ese entendimiento comercial y Argelia pone ahora la vista en Italia como posible alternativa para llevar su gas a Europa. Así lo evidencia la reunión mantenida este lunes entre altos diplomáticos argelinos, el ministro de Exteriores italiano y representantes de la multinacional energética transalpina Eni. Del encuentro ha informado El Independiente.
El cambio de socio en Europa llegaría precisamente en un momento en el que el Viejo Continente busca desembarazarse de su dependencia del gas ruso, de forma que España, si pierde su posición privilegiada con Argelia, podría también dejar pasar el tren de convertirse en un facilitador energético para el conjunto de la UE.