Putin y Guterres sólo coinciden al tildar de "trágica" la situación en Mariúpol durante una nueva reunión infructuosa entre Rusia y la ONU
El líder ruso y el secretario general de Naciones Unidas tienen dos posiciones radicalmente distintas sobre la situación en Ucrania
El líder ruso y el secretario general de Naciones Unidas tienen dos posiciones radicalmente distintas sobre la situación en Ucrania
El líder ruso, Vladímir Putin, discrepó este martes radicalmente en su valoración del conflicto en Ucrania con el secretario general de la ONU, António Guterres, quien no dudó en llamar «invasión» a la campaña militar de Rusia, a la que llamó a colaborar con la comunidad internacional en la apertura de corredores humanitarios.
«Es totalmente evidente que existen dos posiciones distintas sobre lo que ocurre en Ucrania», constató Guterres en rueda de prensa.
Visiones encontradas
Guterres, que vivió momentos de tensión en sus consultas con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, constató que Rusia define el actual conflicto como «una operación militar especial», mientras, «según la ONU (…), la invasión rusa en Ucrania es una violación de la integridad territorial de un país que contradice los estatutos de la ONU».
Una preocupación que se ahonda debido a las «persistentes informaciones de violaciones del derecho humanitario internacional y de posibles crímenes de guerra», señaló, al recalcar que estos hechos «requieren una investigación independiente».
«Consideramos que el territorio de Ucrania fue invadido», reiteró durante su reunión con Putin en el Kremlin.
Esta visión fue rechazada por el presidente, quien defendió la legitimidad de la «operación especial militar» en Ucrania al apelar al derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Putin puso como ejemplo el precedente de Kosovo y destacó que había leído «personalmente todos los documentos del Tribunal Internacional de la ONU».
«Recuerdo perfectamente el veredicto del Tribunal Internacional, que afirmó que determinado territorio de un Estado no está obligado a pedir permiso para declarar su soberanía a las autoridades centrales del país», indicó.
Por ello, aseguró Putin, «si este precedente existe, las repúblicas del Donbás también podían hacerlo. Por nuestra parte, recibimos el derecho a reconocerlos como Estados independientes» y posteriormente darles la ayuda militar «contra el Estado que llevaba a cabo una operación militar contra ellas» desde 2014.
«Teníamos el derecho a hacerlo en total correspondencia del artículo 51 de los estatutos de la ONU», concluyó el presidente ruso.
Guterres propone un Grupo de Contacto
No obstante, pese a estas profundas diferencias, las partes también tendieron lazos de posibles contactos sobre Ucrania.
Guterres propuso la creación de un Grupo de Contacto con Rusia y Ucrania para «la búsqueda de las posibilidades de abrir corredores humanitarios seguros con un cese al fuego para garantizar que sean realmente efectivos» en las zonas de Ucrania afectadas por los combates.
El secretario general de la ONU reconoció la existencia de «una crisis dentro de una crisis» en la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol, «donde cientos de miles de civiles requieren ayuda humanitaria, muchos necesitan ser evacuados».
Señaló que actualmente la falta de coordinación entre Moscú y Kiev frustra estas iniciativas.
«La ONU está dispuesta a movilizar la totalidad de sus recursos humanos y logísticos para salvar a la gente en Mariúpol«, aseguró.
Una propuesta que radica en «coordinar el trabajo y los esfuerzos de la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Ucrania y Rusia para garantizar la evacuación segura de los civiles que quieran salir tanto de (la acería de) Azovstal como de la ciudad en la dirección que deseen».
La trágica Mariúpol, según Putin
Putin calificó la situación en esta urbe de «difícil e incluso trágica», pero insistió en que en la ciudad ya «no hay acciones bélicas» y Azovstal, donde están refugiados un millar de civiles y un número indeterminado de combatientes ucranianos, «está totalmente aislada».
Una posición que horas antes había expresado a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien señaló respecto a los militares ucranianos bloqueados en las ruinas del complejo industrial que «las autoridades de Kiev deben asumir su responsabilidad política y, por motivos humanitarios, darles la orden de deponer las armas».
Sobre los civiles que según las autoridades ucranianas permanecen en estas instalaciones, aseguró a Guterres que «los militares ucranianos están obligados a liberarlos, porque de lo contrario, estarían actuando como los terroristas del Estado Islámico».
Además, el mandatario ruso defendió que los corredores rusos en Mariúpol «sí funcionan» y aseguró que han sido utilizados por miles de ucranianos para abandonar la ciudad tanto en dirección a Rusia como hacia las zonas controladas por Kiev.
«Usted dice que los corredores humanitarios de Rusia no funcionan. Señor secretario general, le han informado mal. Funcionan», dijo , al destacar que de Mariúpol han salido entre 130.000 y 140.000 civiles, que «se pueden ir a donde quieran».
Salvar vidas y prevenir una hambruna
Aunque llegó con críticas a Moscú, Guterres insistió en que su visita está «vinculada exclusivamente con la salvación de vidas y el alivio del sufrimiento».
Es por ello, aseguró, que «mientras más rápido llegue la paz, mejor. Esto va en el interés de Ucrania, Rusia, y del resto del mundo».
Guterres, quien se presentó en esta visita «como mensajero de paz», señaló que este conflicto trasciende de Ucrania, «ya que se observan ecos en otras partes del mundo».
«La aceleración catastrófica de los precios de los alimentos y combustibles, que ya tenía lugar durante el transcurso del último año, genera sufrimientos considerables entre cientos de millones de las personas más vulnerables de todo el mundo», alertó.
Fuente: EFE