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Johnson desafía a la UE con una modificación unilateral del pacto sobre Irlanda del Norte

El Gobierno ha iniciado el trámite parlamentario para aprobar cambios fundamentales del Protocolo mientras Bruselas avisa sobre las consecuencias

Johnson desafía a la UE con una modificación unilateral del pacto sobre Irlanda del Norte

El primer ministro británico, Boris Johnson. | WIktor Szymanowicz (EP)

Boris Johnson ha emprendido una huida hacia delante. Tras la rebelión de sus propios diputados que casi le cuesta el cargo, el primer ministro británico ha presentado este lunes en el Parlamento el proyecto de ley que pretende anular unilateralmente partes del protocolo suscrito con la Unión Europea sobre Irlanda del Norte que forma parte del acuerdo del Brexit. Una decisión que ya ha recibido la reprobación de Bruselas incluso antes de presentarse y que presagia un nuevo enfrentamiento entre ambos lados del Canal de la Mancha.

No han pasado ni siete días desde que, el pasado lunes, un 41% de sus compañeros conservadores en el Parlamento votaron por sacar a Johnson de Downing Street, lo que dejó al primer ministro malherido. Pero el premier británico ha decidido apostar por dos temas polarizantes para relanzar su figura. Si esta mañana se conoció la decisión de deportar a Ruanda a los demandantes de asilo que entren en el país por vías ilegales, esta tarde le ha tocado el turno a otro tema candente: el estatus de Irlanda del Norte tras el Brexit.

En concreto, el Gobierno de Johnson ha presentado una ley con la que quiere reducir controles y burocracia en el comercio con el Úlster. En este sentido, el objetivo del Reino Unido es realizar una revisión de carácter burocrático para reducir costes y papeleo en el comercio interior británico al tiempo que se mantienen «plenos controles» para aquellos bienes que sí terminen entrando en territorio de la UE. Las empresas también podrán determinar si sus bienes deben regirse por la normativa británica o europea, para evitar la supuesta discriminación de productos británicos, mientras que Irlanda del Norte podrá beneficiarse de las mismas exenciones fiscales y políticas de gasto que el resto del país, por ejemplo en rebajas del IVA.

Además, los británicos aspiran igualmente a «normalizar» que cualquier posible disputa sea resuelta por un sistema de arbitraje independiente y no por el TJUE, cuya implicación última ha sido durante estos últimos años motivo recurrente de disputas en las negociaciones.

Londres defiende el cambio unilateral escudándose en que la situación actual es «insostenible», ya la que la población de Irlanda del Norte recibe un trato «diferente» al del resto de ciudadanos británicos. Además, hace un llamamiento a «proteger la supremacía de los tribunales (de Reino Unido) y la integridad territorial».

El Protocolo fue pactado en su día por Londres y Bruselas para evitar una «frontera dura» en el Úlster e implica que Irlanda del Norte sigue dentro del mercado común europeo. En la práctica, esto obliga a las autoridades británicas a introducir controles en el tráfico de mercancías con la isla de Gran Bretaña, que sí quedó al margen del mercado único.

Enfado en Bruselas

Desde que se consumó el Brexit y Londres amenazó con romper con el protocolo negociado con los Veintisiete, la UE ha ido avisado al Gobierno británico de las posibles consecuencias de tomar medidas unilaterales respecto a Irlanda del Norte. Para Bruselas, esta decisión supondría violar un Tratado internacional.

De hecho, la propia Comisión expedientó a Reino Unido en marzo del pasado año cuando constató los primeros incumplimientos del régimen negociado para el Úlster pero aparcó el procedimiento de infracción en junio para tratar de favorecer una solución negociada. Eso sí, hasta ahora, no se han producido evoluciones de ningún tipo, al menos en el sentido que buscaba Bruselas. De hecho, el movimiento de Johnson de este lunes ha provocado que el Ejecutivo reabra la vía judicial contra Reino Unido.

«La Comisión considerará continuar el procedimiento de infracción abierto en marzo de 2021 contra el Gobierno de Reino Unido. Suspendimos esa acción en un espíritu constructivo de cooperación para dar espacio a la búsqueda de soluciones conjuntas, pero la acción unilateral de Reino Unido va directamente contra ello», ha dicho desde Bruselas el vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable de las relaciones con Reino Unido, Maros Sefcovic.

Según señala Europa Press, Sefcovic había hablado ya a primera hora de este lunes con la ministra de Exteriores británica, Liz Truss, en un intercambio telefónico durante el que ella defendió la necesidad de esta nueva norma para resolver «problemas» de aplicación del protocolo, al tiempo que aseguró que no afectará al Mercado Único ni obliga a reintroducir una frontera física entre las dos irlandas. El vicepresidente comunitario, por su parte, replicó a Truss que las medidas unilaterales solo sirven para «dañar la confianza» entre las partes y a crear mayor incertidumbre.

Dudas en Belfast

En la propia Irlanda del Norte, donde recientemente consiguió una victoria histórica el partido nacionalista irlandés Sinn Féin, tampoco ha sentado bien la decisión de Johnson. La líder del este partido, Michelle O’Neill, ha acusado al primer ministro de seguir una política «deshonesta» al insistir en que el protocolo del Brexit para la provincia británica no está funcionando.

Esta estrategia es «imprudente y lamentable», ha afirmado la dirigente republicana en Belfast, donde insistió en que Johnson trata de «ocultar el éxito del protocolo» y el hecho de que la economía norirlandesa «va mucho mejor» que «la de Gran Bretaña» (Escocia, Gales e Inglaterra).

«La mayoría de la ciudadanía aquí está a favor del protocolo. Nos opusimos al Brexit pero aceptamos (que este instrumento) sirve para mitigar el impacto de este divorcio», ha explicado en declaraciones The Guardian la vicepresidenta del Sinn Féin, primer partido en la región tras los comicios autonómicos del pasado mayo.

«Las acciones de Boris Johnson son ilegales, pues violan claramente la legalidad internacional», ha recordado O’Neill, después de que su partido promoviera en la Asamblea de Belfast la firma de una carta al «premier» para censurar su posición. Hasta 52 de los 90 diputados que componen este parlamento insistieron en la misiva en que, «aunque no es ideal», el citado protocolo representa actualmente el «único» mecanismo disponible para cumplir con los arreglos comerciales acordados por Londres y Bruselas tras el Brexit.

En el texto faltaron las rúbricas de los miembros de los partidos unionistas protestantes, a pesar de que estos mantienen ciertas diferencias respecto a la gestión de este delicado asunto. De hecho, el Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza regional, se niega a compartir el Gobierno autónomo con los nacionalistas si el diálogo entre Londres y Bruselas no desemboca en la eliminación del protocolo.

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