La Iglesia Anglicana critica el plan de Boris Johnson para deportar a emigrantes a Ruanda
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha aprovechado la homilía de la misa del Domingo de Resurrección para cargar contra la propuesta
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, máxima autoridad religiosa de la Iglesia Anglicana, ha criticado el plan del gobierno de Boris Johnson que deportará a los emigrantes que hayan entrado de manera ilegal a Reino Unido a Ruanda, a lo cual el representante de la iglesia ha afirmado que plantea «graves cuestiones éticas» y «es contrario a la naturaleza de Dios», según informa la agencia Europa Press.
Welby ha aprovechado la homilía de la misa del Domingo de Resurrección para cargar contra la propuesta. «Los detalles corresponden a la política y los políticos. Los principios deben estar con el juicio de Dios y no lo están», ha afirmado.
«No se puede cargar el peso de nuestra responsabilidad nacional como país formado por sus valores cristianos porque subcantratar nuestras responsabilidades, incluso a un país que quiere hacerlo bien, como Ruanda, es lo contrario a la naturaleza de Dios, quien él mismo asumió la responsabilidad de nuestros fallos», ha argumentado.
El Ministerio del Interior ha defendido la propuesta tras las críticas del arzobispo recordando que Reino Unido tiene una «orgullosa historia» de ayuda a la gente necesitada con programas de reasentamiento que han proporcionado a cientos de miles de personas «rutas seguras y legales hacia un futuro mejor».
«Sin embargo, el mundo afronta una crisis migratoria global de una escala sin precedentes y hay que cambiar para evitar que personas malvadas trafiquen con las vidas y reparar el sistema de asilo global, que está roto», ha añadido un portavoz del Ministerio, según recoge la BBC.
El Ministerio del Interior defiende que Ruanda es un país «seguro» y que allí se podrán procesar las solicitudes de asilo conforme al Derecho Internacional Humanitario.
La oposición, algunos diputados del gobernante Partido Conservador y más de 160 ONG han criticado la «cruel» propuesta cuya autoría ha asumido personalmente la ministra del Interior, Priti Patel.