Rusia admite que las sanciones de Occidente han cambiado "para siempre" la economía del país
Las predicciones apuntan a que la economía rusa se desplomaría este año entre un 8% y un 10%, lo que supondría la peor recesión desde 1994
Las predicciones apuntan a que la economía rusa se desplomaría este año entre un 8% y un 10%, lo que supondría la peor recesión desde 1994
Rusia ha admitido que las condiciones externas han cambiado para mucho tiempo o incluso para siempre para la economía del país debido a las sanciones occidentales, que impactan en su sistema productivo, logístico y tecnológico.
«Las condiciones externas han cambiado para mucho tiempo por no decir para siempre», señaló la gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiúlina, durante una conferencia en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Según la economista, está claro que la situación «es muy compleja, muy desafiante», y por ello se trata de ser «flexible».
«Hay que responder a estos cambios de manera proactiva, afirmó. Sostuvo que Rusia, cuya economía depende considerablemente de las exportaciones, debe repensar este modelo, porque ahora «una parte importante de la producción debe beneficiar al mercado interior«.
También abogó por eliminar «la mayoría de las restricciones a las divisas» impuestas por el BCR al principio de la campaña militar rusa en Ucrania en respuesta a las sanciones a medida que el sistema financiero se estabiliza. Igualmente aseguró que los depósitos en dólares u otras monedas no serán confiscados en Rusia.
Maxim Oreshkin, asesor del presidente de Rusia, Vladímir Putin, sostuvo que «lo que ocurre en el mundo ahora mismo no es algo a corto plazo, sino cambios tectónicos en la geopolítica». «Las cosas ya no serán como eran. No hay peros. Y esto afecta a todos los niveles del Gobierno y cuanto antes lo asumamos mejor será para el país», recalcó.
El ministro de Desarrollo Económico, Maxim Reshétnikov, sostuvo que «la situación ha cambiado dramáticamente». Afirmó que la economía mundial está cambiando de manera dramática y, estando la economía bajo sanciones, «nos ha obligado a cambiar las cadenas de suministro, de producción, y la profundidad de los cambios afecta a todo: los pagos sociales, los gastos presupuestarios y el alcance de los programas de préstamos (…)».
El ministro de Finanzas, Antón Siluánov, a su vez consideró que la división entre Occidente y Rusia «es muy clara» ahora, ya que la globalización está basada en el principio «amigo o enemigo».
«La globalización se ha vuelto sesgada políticamente», indicó, al tiempo que consideró que es obvio que Rusia necesita ahora un «nuevo programa económico, su propio programa de producción y también el desarrollo de tecnología esencial» a la que el país ha perdido acceso por las sanciones y que «es absolutamente necesaria».
Rusia también necesita más libertad para los emprendedores y empresarios, además de menos cargas y obstáculos administrativos, dijo Siluánov. En cuanto a las perspectivas económicas, que el Banco Central de Rusia revisará en julio al augurar una recesión menos pronunciada este año de lo que había previsto en abril, Reshétnikov sostuvo que el Ministerio de Desarrollo Económico pretende hacer lo mismo.
El BCR predijo a finales de abril que la economía rusa se desplomaría este año entre un 8% y un 10% por el impacto de las sanciones, lo que supondría la peor recesión desde 1994 y el peor registro desde que el presidente Vladímir Putin está en el poder. El Gobierno ruso auguraba una contracción del 7,8%.
«Hemos visto mejoras en las previsiones en las últimas semanas. Podemos ver que las medidas que se están tomando producen buenos resultados», afirmó Reshétnikov.
Fuente: EFE