Sánchez imita a Orbán: Hungría busca recaudar 4.120 millones con tasas a bancos y eléctricas
El anuncio de un impuesto a las grandes empresas energéticas y a las financieras es prácticamente idéntico al que hizo Hungría hace ya casi dos meses
El presidente de Hungría, Viktor Orbán. | Attila Volgiy (EP)
A pesar de estar teóricamente en las antípodas políticas, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el presidente de Hungría, Viktor Orbán han encontrado esta semana un terreno común. El anuncio de un impuesto a las grandes empresas energéticas y a las financieras para intentar paliar la elevada inflación, una medida con la que el Ejecutivo pretende recaudar unos 7.000 millones de euros en dos años, es prácticamente idéntico al que hicieron las autoridades húngaras hace ya casi dos meses.
En concreto, el pasado 26 de mayo el Gobierno de Orbán, tildado regularmente de reaccionario e incluso ultraconservador por los analistas políticos, anunció que recaudará 2.040 millones de euros, y otros 2.080 en 2023, con el nuevo impuesto al beneficio extraordinario a las grandes empresas. En el mismo se incluyen objetivos semejantes tanto a nivel de destinatarios como de consecuencias: los afectados son bancos, aseguradoras y compañías eléctricas, mientras que la meta final no es otra que compensar la inflación y el aumento de los precios de energía.
«La inflación crece, hay que defenderse para controlar la deuda estatal y el presupuesto», explicó en su momento el ministro de Economía, Márton Nagy, quien agregó también que el Gobierno buscaba solo recaudar «los beneficios extra» en los sectores afectados y en ningún caso pretendía afectar a su actividad económica. Argumentos muy similares a los empleados este martes por Sánchez.
Lo que se busca financiar con esta medida también tiene algunos paralelismos con lo que pretende hacer el Gobierno español, ya que las autoridades húngaras han prometido que el 77 % de esos ingresos extras en 2022 y 2023 se dedicarán a evitar que los hogares tengas más gastos. Además, el resto irá destinado a políticas de defensa, un punto que en España está siendo polémico por las divergencias de parecer entre los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos.
Eso sí, la medida de Hungría va más allá: Orbán espera recaudar 766 millones tanto de la banca como de las empresas energéticas, pero también pretende obtener otros 127 de las aseguradoras; 153 del comercio; 102 de las telecomunicaciones; 76 millones de las aerolíneas; otros 51 de las farmacéuticas; y 38 millones extras, sólo el año que viene, del sector publicitario.
Además, no es la primera vez que los húngaros recurren a esta medida fiscal. Viktor Orbán, en el poder desde 2010, ya introdujo en 2011 y 2013 impuestos extraordinarios a las grandes cadenas de supermercados y bancos, y luego ha ido aplicando otras tasas a las grandes empresas.
