Estados Unidos valora la opción de disuadir a sus empresas de invertir en Arabia Saudí
La Casa Blanca alertó la pasada semana de una clara «ruptura» en la relación entre ambas naciones, por lo que Washington anunció que iba a «revisar» las relaciones
Estados Unidos está considerando la opción de disuadir a las empresas estadounidenses para que no realicen futuros negocios ni inviertan en Arabia Saudí ante la última decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), que incluía una revisión de los mercados petroleros con la consecuente reducción de la producción.
Además de intentar limitar los lazos comerciales con Riad, la Administración Biden tampoco enviará a ningún representante a la conferencia anual de la Iniciativa de Inversión Futura del país, aunque esta decisión ya se tomó antes de que la OPEP+ decidiera reducir su producción de crudo, según ha informado un funcionario estadoundiense a la cadena NBC.
En este sentido, ha explicado que ha habido problemas de agenda para enviar a un candidato «de alto perfil» a la conferencia, también llamada ‘Davos del Desierto’, que se celebra en la capital del país la semana que viene y empieza el martes 25.
La Casa Blanca alertó la pasada semana de una clara «ruptura» en la relación entre ambas naciones, por lo que Washington anunció que iba a «revisar» las relaciones diplomáticas con Arabia Saudí tras acusar a Riad de alinearse con Moscú en el marco de las consecuencias energéticas derivadas de la invasión rusa de Ucrania.
En este sentido, Riad rechazó las críticas que describen su postura como «un posicionamiento en conflictos internacionales» –en referencia a la guerra en Ucrania– y «una decisión motivada políticamente contra Estados Unidos».
«Habrá algunas consecuencias por lo que han hecho con Rusia», aseveró por su parte el presidente estadounidense, Joe Biden, en una entrevista concedida a la cadena de televisión CNN, si bien no especificó de qué medidas podrían tratarse. «Lo tengo en mente», dijo.
Las palabras de Biden llegaron después de que la OPEP+ anunciara que ajustaría a la baja de dos millones de barriles diarios la producción de petróleo, algo que provocó críticas ente los altos cargos de la Casa Blanca y los miembros del Congreso estadounidense.