Meloni levanta ampollas en Italia al anunciar que quiere ser llamada "el primer ministro"
A pesar de las protestas de la oposición y de algunos medios, la Academia de la Crusca (la RAE italiana) no considera un error que la mandataria use el masculino
A pesar de las protestas de la oposición y de algunos medios, la Academia de la Crusca (la RAE italiana) no considera un error que la mandataria use el masculino
La nueva primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha levantado la polémica en Italia después de anunciar que quiere ser denominada como «el presidente del Consejo» de Ministros en lugar de «la presidenta», apostando por una declinación de género masculina en lugar de una femenina.
En los primeros comunicados emitidos desde su constitución este domingo, el nuevo Gobierno italiano ha presentado a la primera ministra (cargo que en su traducción literal al español sería «presidenta del Consejo de Ministros») como «el presidente, Giorgia Meloni». «Intervención de réplica de la Presidenta del Consejo, Giorgia Meloni, al término de la discusión general sobre la dirección programática del Gobierno», señala el último tuit Palacio Chigi [el equivalente transalpino de La Moncloa], que también se refiere así a Meloni en sus misivas oficiales.
«Cordial y fructífera conversación, de más de una hora entre el primer ministro, Giorgia Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron», reza uno de los escritos, en este caso difundido tras la reunión del domingo entre los mandatarios de Italia y Francia.
Esta decisión en la declinación del puesto de Meloni no ha pasado desapercibida para la oposición y los medios de comunicación italianos. En concreto, la expresidenta de la Cámara de los Diputados Laura Boldrini, del socialdemócrata Partido Democrático (PD), está entre los más críticos, preguntándose si «es demasiado» para la líder de Hermanos de Italia (HDI) usar el femenino.
«La primera mujer premier se hace llamar por el masculino, el presidente. ¿Qué le impide reivindicar en la lengua su liderazgo?», ha expresado Boldrini en su cuenta de Twitter, «¿afirmar lo femenino es demasiado para HDI, un partido que ya olvida a las hermanas en su nombre?».
La Unión Sindical de Periodistas de la RAI (Usigrai) –la televisión pública de Italia– ha lamentado en un comunicado que Meloni vaya en contra de las normas europeas sobre el uso del femenino en los cargos públicos y las profesiones. «El abogado, la abogada. El primer ministro, la primera ministra. Mientras Italia se adapta laboriosamente a las normas europeas sobre el uso del femenino en los cargos públicos y las profesiones, en muchas redacciones de la RAI asistimos a un peligroso retroceso», ha afirmado Usigrai, asegurando que existen presiones de la dirección para que se use la denominación masculina para dirigirse al nuevo cargo de Giorgia Meloni porque «ella lo ha pedido».
El masculino, opción correcta
La polémica ha llegado incluso a la Academia de la Crusca (la RAE italiana), cuyo presidente, Claudio Marazzini, se ha pronunciado al respecto: «No hay prioridad gramatical. Existe una preferencia ideológica por parte de quienes ostentan este cargo. Desde el punto de vista lingüístico, puede decirse que el masculino está relacionado con la tradición (….), el femenino, que es absolutamente legítimo, lleva consigo una carga de modernidad más evidente, porque deriva de las reivindicaciones feministas realizadas desde los años 80».
El responsable de esta institución concluye que no se puede imponer «un uso obligatorio» ni tanto por parte de Meloni y los partidarios de «el presidente», ni como por sus detractores de «la presidenta».
La académica y lingüista italiana Vera Gheno, especializada en lenguaje inclusivo, ha insistido en esta idea y ha declarado al diario Fanpage que la forma determinada en el lenguaje italiano en el caso de Meloni prevé el uso del femenino, si bien no es considerado un error por la Academia de la Crusca.
Gheno ha resaltado que, a pesar de la primera ministra italiana tiene libertad en elegir una declinación masculina o femenina para su cargo, «en este punto hace una elección política». «Es una elección que se desvía de la dirección en la que iría nuestra gramática. Hasta hace no muchos años, elegir el femenino, en lugar del masculino, se consideraba la opción marcada, mientras que ahora se está invirtiendo la cuestión», ha dicho la lingüista al citado diario.