Brasil celebra la segunda vuelta de las elecciones con Lula como claro favorito
Aunque la diferencia de siete puntos parece insalvable, el todavía presidente, Jair Bolsonaro, espera revertir la situación tras el debate de este viernes
Este domingo se pone punto y final a una de las elecciones más agitadas de los últimos tiempos en Brasil, con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva al frente sin discusión de unas encuestas, que subestimaron en la primera vuelta a su rival, el candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, quien no ha logrado recuperar terreno a la velocidad que esperaba.
La encuesta de esta semana de Ipec y Datafolha da al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) el 50%de los votos, mientras que Bolsonaro quedaría con el 43% de los apoyos. Una diferencia de siete puntos que parece insalvable y que el todavía presidente brasileño espera revertir tras el debate de este viernes.
El definitivo cara a cara televisado ha sido la última oportunidad para un Bolsonaro que ha visto cómo una serie de malas decisiones han podido echar por tierra de manera definitiva sus aspiraciones de reelección tras semanas en las que algunos sondeos hablaban incluso de empate técnico.
Las polémicas de Bolsonaro
La aparente recuperación de Bolsonaro en sondeos anteriores coincidió con uno de sus peores momentos en toda la campaña. El PT ha aprovechado estos desvaríos para intensificar sus críticas mientras el Tribunal Superior Electoral (TSE) se afanaba por dirimir las quejas que una y otra candidatura han presentado por el contenido de las respectivas propagandas electorales de sus rivales.
Desvaríos de Bolsonaro como unas polémicas declaraciones en las que se refirió a unas menores venezolanas como posibles prostitutas, pero también por parte de algunos de sus seguidores, que han reventando actos religiosos por su supuesta afinidad con el PT, o más recientemente de uno de los bolsonaristas más extremos, el antiguo diputado Roberto Jefferson, ahora repudiado, después de que recibiera a tiros a los policías que fueron a su casa a arrestarle.
El optimismo que ha estado sobrevolando el cuartel general de Bolsonaro durante gran parte de la segunda vuelta parece haberse esfumado en la recta final, después de este último sondeo, que podría haber sido incluso peor si se hubiera realizado después del caso Jefferson, que ha mostrado cómo el bolsonarismo es capaz de tirotear a la Policía, un gremio sobre el que siempre se erigió protector.