Del 'Qatargate' a las puertas giratorias: los escándalos en las instituciones europeas que marcan sus últimos años
El último caso de sobornos del Parlamento Europeo con Qatar y Marruecos ha desempolvado otros escándalos que lastran al bloque comunitario
El último caso de sobornos del Parlamento Europeo con Qatar y Marruecos ha desempolvado otros escándalos que lastran al bloque comunitario
Antes del «Qatargate», el caso de sobornos que ha sacudido al Parlamento Europeo este diciembre, otros escándalos de distinta envergadura -con protagonistas menos mediáticos que la eurodiputada socialdemócrata griega Eva Kailí y su pareja Francesco Giorgi– agitaron la política europea en las últimas décadas, aunque pocos alcanzaron tanta notoriedad.
Comisión Santer
Un caso muy sonado fue la dimisión en bloque en 1999 de la Comisión Europea dirigida por el francés Jacques Santer, tras una investigación sobre irregularidades y fraude en el seno de la institución.
La ex primera ministra francesa y excomisaria europea Edith Cresson precipitó esa dimisión colectiva por haber favorecido a la sociedad francesa Agenor, encargada de la asistencia técnica y la gestión del programa europeo de formación profesional Leonardo, y tras proporcionar un trabajo en la institución a su antiguo dentista.
Escándalo inmobiliario
Un funcionario europeo de la unidad encargada de las delegaciones de la Comisión Europea fuera de la UE, Giancarlo Ciotti, fue condenado en 2015 a tres años de prisión por haber participado años antes (el escándalo se hizo público en 2007) en la concesión a empresas italianas de contratos de reforma, alquiler o instalación de medidas de seguridad, saltando las reglas de los concursos públicos y a cambio de sobornos. También fueron condenados como corruptores los empresarios italianos Angelo Troiani y Gianni Tanzi.
La propia Comisión Europea fue la que pidió la apertura de la investigación llevada a cabo por la OLAF y la Policía federal belga.
Dalli y tráfico de influencias
El excomisario europeo de Sanidad y Protección del consumidor John Dalli dimitió de su cargo en 2012 salpicado por un presunto caso de tráfico de influencias destapado por la tabacalera sueca Swedish Match.
La tabacalera aseguró que un empresario maltés presumía de su amistad con el comisario y de poder convencerle para modificar la legislación de productos del tabaco a cambio de recibir dinero.
La oficina antifraude de la UE (OLAF) no encontró «pruebas concluyentes» de la implicación directa del político maltés pero consideró que estaba al tanto de lo que ocurría.
El expresidente de la Comisión Europea de la época, el portugués José Manuel Durao Barroso, forzó la dimisión de Dalli, quien después recurrió esa decisión ante la Justicia europea (que desestimó el recurso).
Puertas giratorias
Muchos de los casos que crearon polémica en la última década tienen que ver con los empleos que algunos exmiembros de la Comisión Europea ocuparon después de dejar su cargo.
El propio expresidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso fue muy criticado cuando pasó a trabajar para el banco Goldman Sachs Internacional en 2016, menos de dos años después de haber estado al frente del Ejecutivo comunitario.
Las normas europeas establecen un periodo de «enfriamiento» de 18 meses para que los exresponsables de la Comisión puedan ocupar puestos en grandes empresas disputadas por los grupos de presión.
En ese periodo tienen obligación de informar a Bruselas sobre sus futuros puestos de trabajo para que se verifique si hay algún conflicto de interés. En este caso concreto, la Comisión concluyó que no lo había.
No obstante, nueve de los 26 comisarios de la Comisión Barroso trabajaban apenas un año después de terminar la segunda legislatura en grandes empresas u organizaciones ligadas a ellas, según dio a conocer en su día el Observatorio Europeo de las Corporaciones (CEO).
Otro caso de «puertas giratorias» del que se habló mucho fue el de la exvicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia Neelie Kroes. Según informaciones publicadas este año en medios europeos, antes de terminar el periodo de «cuarentena» impuesto por las normas europeas, Kroes asesoró a la plataforma de servicios de transporte privado Uber, vulnerando el código deontológico europeo.
Kroes fue protagonista de otra polémica, cuando salió a la luz que no había informado a la Comisión de que mientras ostentaba la cartera de Competencia figuraba también como directora de una sociedad opaca en Bahamas.
Pandemia
Uno de los casos más sonados fue los contratos de Von der Leyen con las farmacéuticas durante la crisis generada por el covid 19. Y es que la Fiscalía Europea contra el Fraude (EPPO) anunció en octubre que abría una investigación sobre la compra de vacunas contra el covid-19 en la Unión Europea, que la Comisión Europea realizó en nombre de los Estados miembros.
Además, en agosto de 2020 el irlandés Phil Hogan renunció a su cargo de comisario de Comercio tras verse envuelto en una polémica por saltarse normas sanitarias durante la pandemia al acudir a una cena en pleno confinamiento, poniendo fin a una ambiciosa trayectoria en la Comisión Europea en la que se mostró firme defensor del multilateralismo comercial.
Pero quizá el escándalo político más célebre de los últimos años fue el protagonizado por el eurodiputado húngaro József Szájer, del partido conservador Fidesz -el del primer ministro de Hungría, Viktor Orban – que participó en diciembre de 2020 en una orgía en Bruselas donde 25 hombres fueron multados por no respetar las restricciones sociales de la pandemia. Además, la policía encontró drogas en su mochila cuando fue registrado tras intentar huir de la fiesta.