Pinker denuncia la «caza de brujas» contra Peterson por cuestionar la ideología de género
El Colegio de Psicólogos de Ontario amenazó al psicólogo Jordan Peterson con retirarle la licencia para ejercer si no se somete a un curso de «reeducación»
Jordan Peterson.
El psicólogo evolucionista Steven Pinker y el psicólogo y profesor de liderazgo ético Jonathan Haidt lideran una carta abierta en defensa de Jordan B. Peterson después de que el Colegio de Psicólogos de Ontario haya anunciado su disposición a retirarle la licencia de psicólogo si no se somete a un curso de «reeducación», titulado Programa de Educación Continua, y diseñado para abordar cuestiones relacionadas con la profesionalidad en las declaraciones públicas.
El también psicólogo canadiense saltó a la popularidad por grabar y subir en YouTube sus clases en la Universidad de Toronto y haber vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo de su libro 12 reglas para vivir. Debido a su reciente actividad en las redes sociales, criticando al primer ministro Justin Trudeau, ha visto amenazada su licencia profesional para ejercer como terapeuta.
Peterson no dudó en denunciar públicamente que «ahora estamos en una situación en Canadá donde los profesionales en ejercicio pueden ver amenazados sus medios de subsistencia y su reputación pública de manera muy grave por estar de acuerdo con la oposición oficial y criticar a las principales figuras del Gobierno». En aquel momento, uno de los pocas personalidades que salió en su defensa fue Elon Musk, actual propietario de Twitter, que tachó los hechos de «extremadamente preocupantes».
«Tácticas macartistas»
En la ‘Carta Abierta contra la caza de brujas a Jordan Peterson’, publicada en Substack y que suscriben más de 75 profesionales, denuncian que el «Colegio de Psicólogos de Ontario se está involucrando en tácticas macartistas, exigiendo que el Dr. Peterson firme la siguiente declaración: ‘Es posible que me haya faltado profesionalismo en las declaraciones públicas y durante una aparición en el podcast del 25 de enero de 2022’».
Estos profesionales entienden que el hecho de no compartir todas la ideas del autor de 12 reglas para vivir no es argumento para vetarle profesionalmente, como ha hecho el Colegio de Psicólogos de Ontario: «Los temas en cuestión son conspicuamente políticos y no clínicos. El Colegio alega que algunos de los comentarios del Dr. Peterson, incluidos los relacionados con la ideología de género, el cambio climático, la superpoblación y la energía nuclear, «parecen socavar la confianza del público en la profesión en su conjunto y plantean dudas sobre su capacidad para cumplir con sus responsabilidades.como psicólogo».
«A esa afirmación, respondemos: No, no lo hacen, y la acusación de que lo hacen es sintomática precisamente de la ideología dogmática del victimismo que el Dr. Peterson es famoso por criticar».
«No es necesario estar de acuerdo con nada de lo que el Dr. Peterson haya dicho o escrito para darse cuenta de que la preocupación del Colegio no tiene nada que ver con su práctica clínica. El Colegio no ha presentado evidencia de que el Dr. Peterson haya carecido de profesionalismo, haya socavado la confianza pública en la profesión o haya dicho o hecho algo que pudiera generar dudas sobre su capacidad para llevar a cabo sus responsabilidades como psicólogo», prosiguen.
Finalmente, consideran que el Colegio «está abusando de su mandato de garantizar la integridad profesional para participar en la vigilancia del pensamiento, el adoctrinamiento ideológico y el discurso forzado, lo cual es inaceptable en una democracia liberal». «Denunciamos este comportamiento extremadamente poco ético sin reservas. Le instamos a que abandone su inquisición y salve lo que queda de la posición moral y profesional del Colegio», concluyen.
Es increíble que en un país como Canadá se pretenda censurar a un formador de disenso.
Hay que entender que el disenso permite convatir las tribus (que muchísimo mal causan y causarán en el futuro)
La censura es el arma de los mediocres que manejan el status cuo y que se les hace mas fácil reprimir que permitir libertad intelectual.
Pasando al supuesto movimiento social llamado feminismo, está muy mal direccionado y carente de visión, se parece más a una «Orda Salvaje» del siglo V que a un movimiento del siglo XXI.
No han entendido que el papel de la mujer en la sociedad es junto al hombre, para liderar una evolución de conciencia hacia la paz y la armonía (algo en lo que la mujer es experta porque lo ha realizado durante siglos dentro del núcleo familiar
Celebro que lo denuncien, porque el grado de mansedumbre y servilismo con la la imposición directa e indirecta de la ideología woke es insoportable. No ocurre solamente en Estados Unidos, es que el virus traspasa fronteras y ha infectado los órganos de dirección de los colegios profesionales de psicólogos. La única causa que les mueve y les conmueve es la del corporativismo que defienda su permanencia de sus puestos privilegiados que les permiten marcar las directrices de la profesión sin mayor criterio que el que les viene impuesto desde el stasblishment.
Solo hay que observar la complicidad con esas propuestas de «reeducación» a (la carta woke) sobre la base de falacias impresentables que ni están avaladas por la ciencia ni resisten el más mínimo análisis objetivo. Callan ante cualquier disparate legislativo para proteger sus intereses, que no son los de la mayoría de psicólogos y desprestigian la profesión, relegada a la última fila para hacerse escuchar en el debate social.
Este hombre es un disidente del discurso dominante y eso molesta, pero no es menos cierto que ha ido de mal en peor, cada vez más extremista. Empezó no mal del todo, pero la fama repentina y su activismo ideológico le produjeron desequilibrios mentales, tuvo pensamientos suicidas y se convirtió en adicto a psicofármacos. No lo veo muy cabal, aunque no sé cómo será como clínico. Lo de “reeducación”, que es como la periodista llama al Curso de Educación Continua, suena fatal.
«¿Activismo ideológico?» sería para contrarrestar el activismo imperante y manifiesto que domina en la profesión. Los psicólogos son ante todo humanos y como tales, no están exentos de padecer aquellos trastornos o desequilibrios que pueden identificar y tratar en los demás. Si usted conoce de sus trastornos será porque él nunca ha ocultado esas experiencias desestabilizadoras en sus propias carnes. Pero eso no justifica que se le persiga ni que se le haga comulgar con ruedas de molino.