Al menos 62 inmigrantes, entre ellos un bebé, mueren al naufragar su embarcación frente a la costa del sur de Italia
No se descarta que el número de muertos sea mayor y se ha podido rescatar a unos 50 supervivientes que lograron llegar a una playa de la localidad de Cutro
No se descarta que el número de muertos sea mayor y se ha podido rescatar a unos 80 supervivientes que lograron llegar a una playa de la localidad de Cutro
Los cadáveres de al menos 62 inmigrantes fueron localizados este domingo frente a la costa del sur de Italia, en la región de Calabria, después de que naufragara la precaria embarcación en la que viajaban más de 200 personas, que llevaban cuatro días navegando desde Turquía.
Según la fuente, no se descarta que el número de muertos sea mayor, mientras que se ha podido rescatar de momento a unos 80 supervivientes. Algunos de ellos lograron llegar a una playa de la localidad de Cutro (provincia de Crotone), donde fueron atendidos por equipos de emergencia desde primera hora de la mañana.
Los supervivientes han explicado a las autoridades que la precaria barca de pesca en la que viajaban se partió por la mitad y muchos de sus pasajeros naufragaron, ya que el mar se encontraba agitado. Al parecer, la barca chocó contra unas rocas antes de que los inmigrantes pudieran pedir ayuda.
Los cadáveres, entre los que hay un recién nacido y varios niños, aparecieron en la turística playa de Steccato y, de acuerdo con los Carabineros, están dispersos a lo largo de varios kilómetros.
No se descarta que el número de muertos llegue al centenar, ya que en la barca viajaban entre 200 y 250 inmigrantes, de acuerdo con los primeros testimonios de los supervivientes, según la misma fuente.
Las imágenes compartidas por la prensa local muestran los pedazos de una embarcación de madera arrastrados por las olas hasta la playa, aunque se desconocen la circunstancias que provocaron su destrucción.
En un primer momento se creyó que la barca perdió el rumbo y se partió tras chocar con unas rocas, aunque algunos de los supervivientes explicaron a las autoridades que el motor que la empujaba explotó en mitad de la noche, causando decenas de heridos y, finalmente, dejando el bote en añicos.
Las autoridades italianas ya conocían la existencia de esta embarcación desde este domingo, cuando fueron alertadas por un helicóptero de una patrulla de la agencia Frontex, desveló el diario La Reppublica.
Tras la llamada, un dispositivo salió en su búsqueda pero las condiciones agitadas del mar y la oscuridad impidieron las operaciones y obligaron a sus agentes a volver a tierra.
Así, todos los supervivientes llegaron por sus propios medios a la costa, donde están siendo atendidos por la Guardia Costera y la Cruz Roja. Una veintena de ellos han sido trasladados al hospital de Crotone mientras que el resto permanece en un albergue.
La gran mayoría, todos menores de 30 años, provienen de Irán, Pakistán, Siria y Afganistán, y partieron hacia Italia desde el puerto de la localidad Esmirna, en el extremo occidental de Turquía.
De acuerdo con la televisión pública RAI, las autoridades han detenido a uno de los presuntos traficantes y responsables de la embarcación.
«Es una enésima tragedia en el Mediterráneo que no puede dejar a ninguno indiferente», lamentó el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, en un comunicado.
El mandatario apuntó que es «indispensable que la Unión Europea asuma finalmente la responsabilidad de gobernar el fenómeno migratorio para liberarlo de los traficantes de seres humanos».
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, denunció en un comunicado que «es criminal embarcar un barco de apenas 20 metros de eslora con hasta 200 personas a bordo y con previsión de mal tiempo».
«El Gobierno se ha comprometido a impedir las salidas, y con ellas la perpetuación de estas tragedias, y seguirá haciéndolo, ante todo exigiendo la máxima cooperación de los estados de salida y de origen», añadió.
La tragedia se produjo tres días después de que el Parlamento italiano aprobase este jueves un nuevo decreto migratorio, elaborado por el Gobierno liderado por los ultraderechistas Hermanos de Italia, que modifica sustancialmente las operaciones de socorro de los buques de ONG.
Entre otras cuestiones, la norma obliga a pedir la asignación de un puerto tras el primer rescate de un grupo de migrantes y a dirigirse a esa localización sin desviarse para localizar otras embarcaciones en peligro.
Además, las ONG han denunciado en repetidas ocasiones que desde hace meses las autoridades italianas asignan puertos lejanos, en el norte y centro de Italia, a los que tardan en llegar hasta cuatro y cinco días desatendiendo sus operaciones en la zona del Mediterráneo central, donde naufragan la mayoría de este tipo de embarcaciones.
«Es intolerable que la única vía de acceso a Europa sea el mar. La ausencia de una misión europea de búsqueda y rescate es un crimen que se repite cada día», protestó la ONG SeaWatch en sus redes sociales.
Otra entidad, Médicos Sin Fronteras, señaló que la tragedia sucedió «a unas decenas de kilómetros de la costa italiana».
«Cuando tenían el destino delante de los ojos, se ahogó el futuro de decenas de personas que buscaban una vida más segura en Europa«, añadió la organización, que está prestando ayuda psicológica a los supervivientes.
Fuente: EFE