Manifestantes prorrusos intentan acceder a la sede del Gobierno de Moldavia
Desde el Gobierno, han acusado a los organizadores de intentar «desestabilizar la situación en el país», mientras estos demandan medidas de alivio en los precios
La Policía impide el acceso a los manifestantes a la sede del Gobierno. | Reuters
La Policía de Moldavia se ha enfrentado a centenares de simpatizantes del partido prorruso Sor cuando intentaban acceder este martes a la sede del Gobierno, en el centro de Chisináu, la capital, dejando el registro de varias detenciones.
Después de los enfrentamientos, el resto de la movilización se ha trasladado a las cercanía del Ayuntamiento de la capital, desde donde el gobernador de la región de Orhei, Dinu Turcanu, del partido Sor, se ha dirigido a los allí presentes, quienes exigen ayudas al Gobierno para hacer frente a la crisis energética.
Chisináu está siendo este martes el epicentro de unas movilizaciones que han congregado a decenas de personas llegadas desde otras partes del país. Sor ha denunciado que muchos de sus simpatizantes han sido retenidos a su entrada a la capital de Moldavia, informa el portal de noticias News Maker.
Se trata de la segunda movilización convocada por un grupo de partidos y plataformas civiles, entre ellas Sor, que se hacen llamar Movimiento por el Pueblo y en las que exigen que el Gobierno sufrague las facturas de electricidad durante estos meses de invierno.
Desde el Gobierno, han acusado a los organizadores de intentar «desestabilizar la situación en el país» y más directamente a Sor de usar la situación de las personas más vulnerables de Moldavia «para esconderse de la Justicia».
A mediados de febrero, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, denunció que la oposición, con la ayuda de Rusia, estaba gestando un plan para revertir por la fuerza el orden constitucional. Desde entonces varias personas han sido detenidas y otras expulsadas del país tras ser consideras non gratas.
Según Sandu, este supuesto plan incluía el sabotaje de infraestructuras, el ataque a edificios gubernamentales y la toma de rehenes por parte de moldavos entrenados militarmente, así como por ciudadanos de Rusia, Bielorrusia, Serbia y Montenegro.
