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Portugal se encamina a elecciones anticipadas tras el abrupto cierre de la 'era António Costa'

La dimisión del primer ministro supone el fin de un ciclo político y los principales partidos ya exigen comicios

Portugal se encamina a elecciones anticipadas tras el abrupto cierre de la ‘era António Costa’

El primer ministro portugués en funciones, António Costa. | Reuters

Fin a toda una era en Portugal. La dimisión este martes de António Costa, primer ministro socialista desde 2015, por su implicación en un escándalo de corrupción ha puesto patas arriba la política de un país en el homólogo de Pedro Sánchez gozaba no solo de una mayoría absoluta en el parlamento, sino también de popularidad en las calles. Por el momento, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa,—cuyas funciones son similares a las del monarca español— ha comenzado este miércoles a escuchar a los partidos con representación parlamentaria, con la convocatoria de elecciones anticipadas como escenario más posible.

Por el momento, los principales partidos de la oposición de izquierda y de derecha ya se han pronunciado a favor de esta opción, aunque el Partido Socialista ha afirmado estar preparado para todos los escenarios, «ya sea elecciones anticipadas o un cambio de líder en el gobierno». «Las circunstancias justifican dar la palabra al pueblo portugués organizando elecciones anticipadas», dijo Luis Montenegro, presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), principal partido de la oposición de derecha. 

Después de escuchar a los partidos, el presidente reunirá el jueves por la tarde al Consejo de Estado, órgano consultivo en el que participan expresidentes, antes de dirigirse a la nación por la noche para comunicar su decisión. Y es que, por el momento, lo único que está claro es que la dimisión del primer ministro ha provocado una auténtica onda de choque que ya se deja notar en la vida política y mediática: «fin de ciclo», «terremoto del 7 de noviembre», «bomba política» eran los titulares de los periódicos de este miércoles por la mañana para describir un martes que marcará la historia lusa reciente.

Poco antes, durante la jornada del martes, el terremoto había comenzado con una serie de registros en ministerios, bufetes de abogados y dentro de la residencia del primer ministro, antes de desembocar horas más tarde en la dimisión sorpresa de Costa. Una decisión que explica que tomó después de descubrir que su nombre fue citado en un caso de corrupción relacionado con la producción de hidrógeno en el sur de Lisboa y la explotación de litio en el norte del país. 

El caso que salpica a Costa, uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno europeo, se refiere a sospechas de «malversación, corrupción activa y pasiva de titulares de cargos políticos y tráfico de influencia», según la fiscalía. En concreto, se cree que podría haber intervenido «para desbloquear procedimientos» en el marco de este asunto, por lo que será «objeto de una investigación» autónoma por parte de la Corte Suprema de Justicia, precisó el ministerio público.

La salida de Costa, de 62 años, y que asegura que no se presentará a un nuevo mandato, abre así la carrera por su sucesión en el seno de su partido. Por el momento, el también secretario general del Partido Socialista, ha convocado una reunión en la sede de su partido el jueves por la noche para analizar la situación política.

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