El candidato libertario Javier Milei gana las elecciones presidenciales en Argentina
El líder de la formación La Libertad Avanza ha logrado el 55,7% de los votos frente al 44,3% de su rival, Sergio Massa
El polémico economista Javier Milei se ha impuesto este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas. Milei, que se denomina como «liberal-libertario», ha logrado la victoria sobre el teórico favorito, el peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía del gabinete de Alberto Fernández.
El que será nuevo presidente de Argentina ha ganado los comicios con el 55,7% de los votos, frente al 44,3% de los apoyos logrados por el que ha sido hasta ahora el ministro de Economía. En cuanto a números totales de votos, con el 99,28%, Milei ha logrado 14.476.462 y Massa 11.516.142, una distancia de casi tres millones.
Massa reconoció su derrota
Massa reconoció la victoria de su rival al filo de la medianoche española y sin que se hubieran oficializado aún los resultados de los comicios, lo cual da buena muestra de que la distancia entre uno y otro ha sido mayor de lo esperado. De hecho, los primeros resultados oficiales ya anticiparon un triunfo muy holgado de Milei en las regiones interiores del país,algo que difícilmente podría compensarse con el recuento en Buenos Aires.
El ministro de Economía, que partía como favorito en los comicios tras una larga remontada durante los últimos meses, informó en su comparecencia que ya había llamado a su rival para «felicitarle y desearle suerte, porque es el presidente que la mayoría de argentinos eligió para los próximos cuatro años».
«Lo más importante que hay que dejarles a los argentinos es el mensaje de la convivencia, el diálogo y la paz ante tanta violencia y descalificación, es el mejor camino que podemos recorrer», ha manifestado. «Había dos caminos, nosotros optamos por el sistema de seguridad en manos del Estado, defendimos el camino de la defensa de la educación y la salud pública como valores centrales, a nuestras PYMES, que es la mejor forma de construir prosperidad, movilización social ascendente y progreso para nuestras nación», ha expresado.
El candidato oficialista, en su discurso, ha anunciado que «se termina una etapa» de su vida política, pese a que ha agregado que continuará «defendiendo los valores del trabajo, la educación pública, la industria nacional, el federalismo, como valores centrales de la Argentina». «Quiero decirles desde lo personal que traté de dejar todo lo mejor de mí en la campaña, lo hice convencido porque amo profundamente a la Argentina», ha afirmado.
Por su parte, Milei ha dado su primer discurso como presidente electo, saludando a todos «los argentinos de bien» y afirmando que «hoy comienza la reconstrucción» en Argentina y «el fin de la decadencia». «Basta del modelo de la casta. Hoy volvemos a abrazar el modelo de la libertad para volver a ser una potencia mundial», ha señalado, abogando de nuevo por sus ideales de propiedad privada y comercio libre.
Asimismo, le ha pedido al Gobierno saliente que se «hagan cargo hasta el final del mandato», mientras que ha abierto una puerta a otras fuerzas a sumarse a su proyecto. «Sabemos que hay gente que se va a resistir, hay gente que quiere mantener este sistema de privilegios para algunos y empobrece a la mayoría (…) «, ha enunciado, al tiempo que ha prometido que «no hay lugar para los violentos ni para los que violan la ley para defender sus privilegios».
«Argentina tiene futuro, ese futuro existe. Ese futuro es liberal», ha augurado, calculando que el país volverá a ser «potencia mundial» dentro de 35 años. Milei ha celebrado ser el «primer presidente liberal libertario de la historia de la humanidad» y ha dicho que ha afrontado la elección «más importante de los últimos cien años».
La participación ha sido del 76,37 por ciento, cifra superior a la primera vuelta de los comicios, celebrada el pasado 22 de octubre. En Argentina, el voto es obligatorio, salvo excepciones contempladas por la ley y que debe en cualquier caso justificar el elector. No acudir implica multa y, en caso de impago, la inhabilitación para realizar gestiones ante los organismos oficiales durante todo un año.
Fernández pide trabajar para garantizar una «transición ordenada»
El presidente saliente, Alberto Fernández, ha indicado que «el pueblo ha expresado su voluntad» al concurrir a las urnas y definir «el destino de la patria por los próximos cuatro años». «Soy un hombre de la democracia, y nada valoro más que el veredicto popular. Confío en que mañana mismo podamos empezar a trabajar con Javier Milei para garantizar una transición ordenada», ha agregado.
Asimismo, ha aprovechado la ocasión para agradecer a Massa por su labor a lo largo de la campaña y ha aseverado que seguirá «trabajando para fortalecer la democracia y las instituciones de la república, en unidad con todos los sectores que integran el movimiento nacional que siempre luchará por una patria justa, libre y soberana».
Por otro lado, Patricia Bullrich, que quedó tercera en la primera vuelta y había dado su apoyo a Milei, ha aseverado que «ganó el cambio». «Felicidades Milei por tu contundente e histórico triunfo. Este domingo ganó el cambio profundo por el que venimos trabajando hace años. Somos millones de argentinos dispuestos a defender la libertad y el progreso por el que tanto estamos luchando, que has sabido representar con ideas claras».
Macri: «No hay dudas de que hoy comienza una época»
Su aliado, el expresidente conservador Mauricio Macri, ha indicado que «la mayoría de los argentinos» se ha expresado «de forma contundente eligiendo el cambio y rechazando la continuidad». «No hay dudas de que hoy comienza una época. Eso nos da esperanza», ha declarado tras felicitar a Milei «por representar con valentía la voluntad de avanzar y prosperar que vive en el corazón de los argentinos».
«Él supo escuchar la voz de los jóvenes y el hartazgo de millones de personas postergadas y empobrecidas. Pero las responsabilidades del desastre económico producido por el gobierno actual, especialmente por la gestión de Massa, no pueden ser exoneradas tan fácilmente cuando entregan un país quebrado. No podemos aceptar en silencio que el culpable se despida como salvador», ha agregado.
Asimismo, ha pedido «apoyo, confianza y paciencia» al nuevo gobierno de Milei: «Nos espera un futuro espectacular, de crecimiento, trabajo, estudio y libertad», ha prometido después de considerar que «lo que vaya a pasar dependerá de su gestión y de la convicción que mantengamos los argentinos de no ceder ante la lucha que significará cambiar de verdad».
Abanderado de los denominados libertarios, Milei ha centrado la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principal responsables de los males Argentina. Sin embargo, el apoyo de Bullrich –que le ha felicitado «de corazón» y ha aseverado que «comienza una nueva Argentina»– provocó que rebajase el tono.
En materia social Milei no deja espacio a la duda y ya ha dejado claro, a veces con más histrionismo del que se le presupone a un líder político, que si de él dependiera reduciría el papel del Estado hasta el punto de justificar votar en contra de una ley que detecta cardiopatías congénitas en los bebés antes de nacer porque supondría más gasto público.
«Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado», dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende dolarizar la economía y ha cuestionado la cifra oficial de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura.
Una de sus últimas polémicas ha sido su defensa durante el debate del domingo de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, por quien siempre ha sentido una gran afinidad y a quien calificó de «gran líder», lo que ha provocado el rechazo, por ejemplo, de colectivos de veteranos de la guerra de las Malvinas.
Por su parte, Massa ha estado lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.