División en la Unión Europea por el posible permiso a Ucrania para atacar territorio ruso
La propuesta también contempla que se extienda la misión de entrenamiento europea a soldados ucranianos en Kiev
La Unión Europea ha mostrado este martes división respecto a la posibilidad de permitir a Ucrania usar armas occidentales para atacar a Rusia en su propio territorio, así como para extender la misión de entrenamiento europea a soldados ucranianos en la propia Ucrania.
En la rueda de prensa tras la reunión de los ministros de Defensa de la UE, el Alto Representante para Política Exterior, Josep Borrell, ha señalado que hay debate en el seno del bloque entre algunos Estados miembros que «se oponen firmemente» a levantar las restricciones al uso de armamento occidental mientras que «otros están a favor».
«Unos dicen explícitamente que van a levantar la limitación, otros lo dicen pero no de una forma clara y otros piden más tiempo para pensarlo», ha asegurado el jefe de la diplomacia europea sobre la discusión a nivel de los 27. En todo caso, ha recordado que el paso depende de cada Estado miembro y no es una competencia de la UE.
Según ha explicado Borrell, la cuestión de si los aliados de Ucrania tienen que permitir a Kiev emplear los sistemas de Defensa enviados en el marco de la guerra para golpear objetivos militares en territorio ruso sigue generando debate en la UE, aunque ha indicado que la situación evolucionará, en referencia al debate suscitado sobre el envío de tanques o aviones de combate.
«En la vida hay que tomar decisiones»
En este sentido, ha avanzado que el número de países que permitirán a Kiev atacar objetivos militares en suelo ruso «cambiará». «Los eventos cambian y la gente cambia», ha indicado Borrell, quien ha recalcado que Moscú cuenta con una importante ventaja al lanzar ataques desde su territorio a los que Ucrania, por las limitaciones al uso del armamento, no puede responder.
Frente a las voces que avisan de que levantar las restricciones al Ejército ucraniano representa un riesgo de escalada, el Alto Representante ha dicho entender las preocupaciones pero ha reiterado que «en la vida hay que tomar decisiones». «Si consideras que el riesgo de escalada es más grande que la ventaja para la guerra tomas otra posición. Los Estados miembros tienen distintos enfoques», ha admitido.
Este martes, Borrell ha sumado al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la reivindicación ucraniana para que se permita atacar territorio ruso, ante el riesgo de una guerra «asimétrica», pese a la oposición de Estados Unidos, Alemania o Italia, que rechazan este escenario. Por contra, Estonia, Lituania y Países Bajos están entre los países del bloque que piden retirar las limitaciones a las fuerzas ucranianas.
Precisamente, de viaje en Bélgica, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha abogado por que sus aliados permitan emplear sus armas con este propósito asegurando que las restricciones facilitan que Moscú avance en el campo de batalla. «No podemos responder. Esto es injusto pero es un hecho, no podemos arriesgar el apoyo de nuestros socios y por eso no usamos sus armas para atacar territorio ruso. Por eso les pedimos el permiso», ha instado una vez más el presidente ucraniano.
Misión de entrenamiento en Ucrania
Igualmente, ha estado sobre la mesa la extensión de la misión de entrenamiento de la UE a tropas ucranianas, con la opción de adiestrar en territorio ucraniano, algo que pero que por el momento no concita el consenso de los ministros de Defensa.
«Algunos Estados miembros creen que hay ventaja en entrenar en un ecosistema de guerra, otros piensan que es mandar adiestradores y son agentes militares en territorio ucraniano con el riesgo que ello implica», ha explicado Borrell.
En este sentido, ha resumido que en el seno del bloque europeo hay «diferentes visiones». «No puedo decir que haya consenso para hacer esto mañana, pero las cosas cambian», ha apuntado.
La misión de la UE ha formado ya a 50.000 militares ucranianos y se espera que llegue al total de 60.000 efectivos en verano. La operación se puso en pie a finales de 2022 con el objetivo inicial de instruir a 15.000 militares y desde entonces ha ido aumentando sus medios para instruir a más efectivos.