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Marruecos da prioridad a Rusia frente a la UE para pescar en sus aguas

Ambos países ultiman la renovación de su colaboración pesquera en el Atlántico ante la retirada europea

Marruecos da prioridad a Rusia frente a la UE para pescar en sus aguas

Barcos de pesca de arrastre amarrados. | EP

Rabat y Moscú ultiman un acuerdo que permitirá a la flota rusa pescar en aguas de Marruecos. Los gobiernos de ambos países han acordado la extracción de 80.000 toneladas de pescado de la zona económica especial marroquí a lo largo de la costa atlántica, incluyendo la del Sáhara Occidental, y ya preparan la letra pequeña de un acuerdo de cuatro años, según la agencia rusa Interfax.

El reino alauita ha señalado que solo firmará una colaboración en la que se respete su integridad territorial. Un acuerdo similar que mantenía con la Unión Europea hizo aguas cuando el Tribunal de Justicia de la UE lo tumbó en 2023 por vulnerar los derechos del pueblo saharaui. Rusia siguió pescando en este territorio sin competencia de la flota europea hasta finales de 2024, cuando expiró la prórroga del anterior compromiso.

Para Marruecos, esta negociación es una oportunidad de minimizar el vacío europeo, mientras que para Rusia es una forma de impulsar su pujante negocio pesquero y proyectar influencia en el norte de África, una de las regiones prioritarias en su estrategia geopolítica. Por eso, algunos observadores ven en estos pasos para extender cuatro años más la colaboración pesquera «una evidencia más de que el sur global está bajo control ruso».

Tradicionalmente, Argelia ha sido vista como el país más orientado a Moscú en el Mediterráneo occidental, mientras que Marruecos se ha acercado más a Estados Unidos. Sin embargo, estas alianzas no impiden que ambas naciones magrebíes puedan alcanzar pactos puntuales con la otra potencia.

Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, señala que «con Rusia hay que tomar todas las precauciones». Aunque se muestra abierto a los acuerdos internacionales cuando sean necesarios, ya que Europa solo produce un 30% de la alimentación que consume, pide «ir con cuidado con lo que se firma».

El patrón y armador recuerda que al menos dos embarcaciones españolas pudieron acogerse a la subvención por las pérdidas derivadas del fin del acuerdo UE-Marruecos, que establecía «condiciones muy laxas». «No era un acuerdo muy utilizado», indica Otero, que destaca el tránsito de paso como uso principal del mismo, ya que «si utilizas el espacio para navegar, dependiendo de la velocidad, consideran que estás pescando».

«Estamos a la expectativa», añade Antonio Nieto, gerente de Pesca España, que considera que «todo lo que sea pescar ayuda». Asegura que, mientras duró el acuerdo entre la UE y Marruecos, «era un desahogo» para pescadores de zonas como Isla Cristina (Huelva). «No era su caladero principal, pero ayudaba».

En este momento hay una gran incertidumbre tanto sobre la posibilidad de nuevos acuerdos como sobre la regulación de la pesca en Europa en general. El nuevo comisario europeo del ramo, Costas Kadis, se ha mostrado abierto a una mayor flexibilidad que en el anterior mandato, marcado por un fuerte rechazo del sector a las estrictas restricciones. «La UE necesita hacerse fuerte y no podemos cercenar a nuestro sector primario», alerta Nieto, que aun así valora que se estén «dando pasos» hacia un nuevo consenso.

El sector pesquero ruso ha crecido significativamente en los últimos años. En 2024, su facturación ha aumentado un 1,8%, según los datos de la principal patronal, aunque este ritmo es inferior al de ejercicios anteriores y refleja el impacto de las sanciones y el aumento de los costes. Sin embargo, Rusia ha seguido exportando pescado, especialmente congelado, y su producto ya pesa un 17% en el mercado de exportaciones a nivel global.

Consolidar el crecimiento de su industria pesquera es un motivo de peso por parte de Rusia para extender el acuerdo con Marruecos, cuyo lucrativo sector de pesca ha crecido un 8% en beneficios en 2024. Hay quienes ven la presencia rusa con desconfianza. Las aguas bajo negociación están cerca de puntos estratégicos como las Canarias, los cables submarinos de internet y el acceso al Mediterráneo. Ello puede generar inquietud, especialmente teniendo en cuenta que barcos supuestamente comerciales han sido utilizados en el Báltico con fines hostiles hacia las infraestructuras europeas, aunque no hay constancia de episodios parecidos en la zona del acuerdo pesquero.

Lo que sí le permitirá a Moscú es un mejor acceso en las aguas del Sahel, aunque solo sea con fines económicos, en un momento en el que le interesa proyectar poder en esta región y en el que incluso se especula con la posibilidad de una nueva base militar rusa en Argelia -el nivel de colaboración ha ido en aumento, con la formación de soldados argelinos en el país eslavo o la primera compra de los avanzados y misteriosos cazas Su-57 que la aviación de Putin apenas se ha atrevido a usar en Ucrania para no exponer su ingeniería- o Libia, ante el elevado precio que exige el nuevo régimen sirio para mantener las de Khmeimim y Tartús. Son sus únicas posiciones oficiales en el Mediterráneo, aunque la presencia de mercenarios y apoyo de Rusia a distintas facciones, milicias o regímenes en el norte de África ha ido en aumento.

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