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Internacional

Trump cumple 200 días en el poder: ¿realmente ha hecho a Estados Unidos más grande?

Su gestión ha reconfigurado el panorama político, económico y diplomático del país

Trump cumple 200 días en el poder: ¿realmente ha hecho a Estados Unidos más grande?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. | Samuel Corum (Zuma Press)

Donald Trump cumple 200 días al frente de su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos. Desde que asumió nuevamente el cargo, el 20 de enero de 2025, su administración ha impulsado una serie de medidas que han reconfigurado el panorama político, económico y diplomático del país.

En el plano interno, el gobierno ha impulsado reformas fiscales, reforzado el control fronterizo y consolidado su influencia en el Partido Republicano. En política exterior, ha retomado una agenda marcada por tensiones con aliados tradicionales y organismos multilaterales, al tiempo que ha fortalecido vínculos con algunos socios estratégicos.

A 200 días de su segundo mandato se ha caracterizado por una presidencia que no ha bajado el ritmo, la administración continúa implementando medidas que impactan en áreas clave como la economía, la migración y la diplomacia, en un contexto de desafíos estructurales tanto a nivel nacional como internacional.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. | Yuri Gripas (Europa Press)

Política interna y reformas institucionales

El presidente estadounidense ha eliminado programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), desactivando oficinas, contrataciones y sitios web relacionados, con el objetivo de desmantelar cualquier iniciativa que fomente la discriminación inversa o que imponga criterios ideológicas en las instituciones ya sean publicas o privadas que reciben fondos federales. Sus defensores han considerado que estos programas incitaban a una visión deficiente de la igualdad y por otro lado, sus críticos han alertado sobre el retroceso en la lcuha de la equidad y representación de minorías.

Protesta contra Trump en el centro de Dallas, Texas. | Jaime Carrero (Zuma Press)

Desde su reelección en noviembre de 2024, una de cada cinco empresas estadounidenses han eliminado los programas DEI. Mas del 50% de las compañas han reconocido que contratan a menos personas de grupos subrepresentados, según una encuesta de Resume.org que ha sido realizada a 965 lideres empresariales del país.

Según el estudio, el retroceso en las políticas de inclusión ha tenido un impacto desigual en las contrataciones: las mujeres racializadas registran una caída del 37%, seguidas por personas LGBTQIA+ (33%), hombres racializados (33%) y personas con discapacidad (26%). En comparación, la disminución en la contratación de hombres blancos es significativamente menor, con apenas un 12%.

Kara Dennison, directora de asesoría profesional en Resume.org ha advertido que «la eliminación de los programas DEI, especialmente por razones políticas, es una decisión miope que conlleva riesgos a largo plazo» señalando que «estas medidas no solo afectan la diversidad en las contrataciones, sino que también socavan la innovación, el rendimiento y la fidelidad de los empleados».

Economía y aranceles proteccionistas

Como parte de su política de reducción del gasto federal, la administración Trump ha recortado o eliminado subsidios a universidades públicas y privadas que reciben fondos federales. La medida ha afectado especialmente a centros con programas de diversidad e inclusión, así como a instituciones que, según el gobierno, «no garantizan resultados laborales concretos». La Casa Blanca justifica la decisión como un ajuste a la «eficiencia del gasto público», mientras que rectores y asociaciones académicas denuncian un intento de control ideológico y una amenaza a la autonomía universitaria.

Manifestación pro-palestina en la Universidad de California, en Los Ángeles, Estados Unidos. | Amy Katz (Europa Press)

Por otro lado, Trump ha restablecido aranceles generalizados, con un impuesto mínimo del 10% a todos los países y un 100% sobre microchips anunciado el miércoles para fomentar la producción nacional. Aunque algunos sectores industriales se han beneficiado, la inflación ha aumentado en los últimos meses y hay incertidumbre en los mercados internacionales.

La Unión Europea cerró el martes 5 de agosto un acuerdo para limitar los aranceles al 15% a los productos europeos y a su vez evitar represalias por parte de Estados Unidos, lo cual ha causado una ola de criticas hacia la Comisión Europea. Por otra parte, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, subrayó que el acuerdo frena una guerra comercial de graves consecuencias y se refirió al pacto como el «mejor acuerdo» que se logró en unas circunstancias «muy difíciles».

El presidente de EEUU, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. | Fred Guerdin (DPA)

Migración y control fronterizo

La administración declaró emergencia fronteriza desde el primer día. Se bloquearon nuevas solicitudes de asilo, se endurecieron las deportaciones y se firmó la Laken Riley Act, que impone detenciones obligatorias y permite a los estados demandar al gobierno federal. El gobierno afirma que hay migración neta negativa, aunque se haya cuestionado por muchos países.

El pasado dieciseis de junio, Trump ordenó a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que «logren la mayor deportación masiva de la historia».

«Por la presente se ordena a los agentes del ICE (…) que hagan todo lo que esté en su mano para alcanzar el importantísimo objetivo de llevar a cabo el mayor programa de deportación masiva de la historia», ha afirmado en una publicación en Truth Social.

Agentes de ICE detienen a inmigrante ilegal en Nueva York. | Europa Press

Estas medidas, junto con el discurso oficial en torno a la seguridad fronteriza, han intensificado las tensiones políticas y sociales dentro del país, reavivando el debate migratorio y generando preocupación tanto a nivel nacional como internacional.

Derechos civiles y recortes sociales

En el plano de los derechos civiles, Trump reafirmó la Enmienda Hyde, eliminando el financiamiento federal para abortos. Además, ha respaldado leyes estatales que limitan los derechos reproductivos, restringen contenidos educativos vinculados a la diversidad de género y refuerzan el rol de las comunidades religiosas en escuelas.

«Durante casi cinco décadas, el Congreso ha promulgado anualmente la Enmienda Hyde y leyes similares que impiden la financiación federal del aborto electivo, lo que refleja un consenso de larga data de que los contribuyentes estadounidenses no deberían verse obligados a pagar por esa práctica», declaró el Donald Trump el 25 de enero del 2025.

Manifestantes en contra del aborto. | Michael Nigro (Zuma Press)

En estados como Texas, Florida y Tennessee, se han aprobado legislaciones que prohíben el uso de materiales educativos con referencias a identidad de género o sexualidad, y se han limitado los apoyos públicos a organizaciones vinculadas a los derechos LGBTQ+. A su vez, se han fomentado iniciativas para reforzar la presencia de valores religiosos tradicionales en las aulas y espacios públicos.

Estas medidas han sido celebradas por grupos conservadores, pero también han provocado una oleada de protestas en campus universitarios, marchas a nivel nacional y demandas judiciales por parte de asociaciones civiles y educativas.

Educación

En marzo, el presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva para iniciar el proceso de cierre del Departamento de Educación, con el objetivo de devolver competencias educativas a los gobiernos estatales. Posteriormente, la Corte Suprema respaldó la medida, autorizando a la administración a proceder con el desmantelamiento del organismo mediante el despido de más de mil empleados.

La orden representa una victoria significativa para el gobierno y refuerza los esfuerzos del presidente Trump por reducir el papel del gobierno federal en el sistema educativo, trasladando mayor autoridad a nivel estatal.

Protesta ante el Departamento de Educación el pasado mes de marzo, en Washington. | Kent Nishimura (Reuters)

Política exterior: tensión y alianzas

En sus primeros 200 días de mandato, la administración de Donald Trump ha introducido cambios significativos en la política exterior de Estados Unidos, marcados por un enfoque más unilateral y orientado a los intereses nacionales.

Con China, Trump ha intensificado la guerra comercial iniciada en su primer mandato. Ha impuesto grandes aranceles sobre cientos de productos chinos, en sectores clave como tecnología, acero, aluminio y productos manufacturados, con el objetivo de reducir el déficit comercial y presionar a Pekín en temas de propiedad intelectual y transferencia de tecnología.

En el caso de Rusia, la administración Trump ha mantenido una relación marcada por la tensión y la falta de avances significativos. Las fricciones se han profundizado debido al rol de Estados Unidos como mediador en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Washington ha reafirmado su respaldo a Kiev y ha condenado tanto las acciones militares rusas en el este de Ucrania como la anexión de Crimea, lo que ha provocado repetidos choques diplomáticos con Moscú.

El presidente estadounidense, Trump, se reúne con el presidente ucraniano, Zelensky. | (Zuma Press)

Respecto a la OTAN, Trump ha adoptado una postura de presión constante. Ha exigido que los países europeos miembros aumenten de forma inmediata su gasto en defensa hasta alcanzar el 5% del PIB. Esta exigencia ha causado malestar entre los aliados tradicionales de EEUU, especialmente Alemania y Francia, aunque también ha provocado un replanteamiento del reparto de cargas dentro de la estructura militar occidental.

En cuanto a Israel, el gobierno de Trump ha profundizado el apoyo histórico de EEUU al Estado hebreo. La Casa Blanca ha respaldado explícitamente las operaciones israelíes en la Franja de Gaza, defendiendo el «derecho a la legítima defensa» ante ataques de Hamás y bloqueando resoluciones críticas en organismos internacionales. Además, ha reiterado su intención de trasladar la embajada a Jerusalén y ha recortado fondos a agencias humanitarias en los territorios palestinos.

Protestantes disfrazados de Netanyahu y Trump. | Vuk Valcic (Zuma Press)

¿Sigue contando con el apoyo de la ciudadanía?

El presidente estadounidense mantiene un respaldo firme dentro de los votantes republicanos, pero enfrenta un escenario nacional marcado por la polarización y aprobación general baja.

Según una encuesta publicada por Reuters/Ipsos el 29 de julio de 2025, la aprobación de Trump ha caído al 40 %, su punto más bajo en lo que va del año. La desaprobación alcanza el 54%, con solo un 3% de apoyo entre demócratas, frente a un 83 % entre republicanos y un 33 % entre votantes independientes. Estos datos reflejan una división clara del electorado y una dificultad creciente para ampliar su base más allá de su núcleo tradicional.

También, una encuesta reciente realizada por la Universidad de Massachusetts Amherst revela que solo el 69% de los votantes que apoyaron a Trump en 2024 están «muy seguros de que tomaron la decisión correcta». Sin embargo, aproximadamente uno de cada diez votantes de Trump expresó cierto arrepentimiento, sentimientos encontrados o deseó no haber votado por él. Este grupo de votantes insatisfechos ha aumentado ligeramente desde abril, lo que indica una creciente incertidumbre dentro de su base electoral.

Pese a estas cifras en bajada, Trump mantiene una influencia decisiva dentro del Partido Republicano y continúa siendo la figura dominante de su electorado. No obstante, el descontento de sus votantes y los jovenes podría suponer un obstáculo si busca ampliar su margen de apoyo de cara a su futuro.

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