The Objective
Internacional

Las 7 guerras que Trump dice haber zanjado y con las que quiere obtener el Nobel de la Paz

El presidente estadounidense se presenta como un pacificador a nivel mundial, pero su verdadero impacto genera dudas

Las 7 guerras que Trump dice haber zanjado y con las que quiere obtener el Nobel de la Paz

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. | Sergei Bobylev (Zuma Press)

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lleva aspirando años al Premio Nobel de la Paz. Ahora, en su segundo mandato, asegura haber mediado en seis conflictos internacionales en apenas unos meses con la fuerte ambición de que este papel diplomático, lo lleve a ganar uno de los galardones más importantes del mundo. El lema Make America Great Again ya no se limita a la política interna ni a la economía estadounidense. Trump ha trasladado esa consigna al escenario internacional con la ambición de convertir a Estados Unidos en la primera fuerza diplomática del mundo, proyectando su liderazgo más allá de las fronteras y usando la paz como bandera.

Uno de los primeros en llevar a la esfera internacional la aspiración al Nobel fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Ambos mandatarios se reunieron en el Salón Azul de la Casa Blanca y, nada más comenzar el encuentro, el mandatario israelí
le entregó a Trump una carta en la que lo proponía para el Premio Nobel de la Paz.
Ademas, Netanyahu ha declarado que «Si alguien merece el Premio Nobel de la Paz, ese es el presidente estadounidense Donald Trump».

El presidente republicano ha desplegado una ofensiva diplomática en Oriente Medio, Europa del Este, África y Asia, con la intención de reposicionar a Estados Unidos como centro de la geopolítica mundial. Su objetivo es liderar procesos de paz en distintos continentes y reforzar el papel de La Casa Blanca como actor indispensable en la escena internacional.

El conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en 2014 e intensificado con la invasión de 2022, sigue siendo el epicentro de la política internacional. Moscú, bajo el mando de Vladimir Putin, ha ocupado territorios clave en el este ucraniano como Crimea, Lugansk y Donetsk y por otro lado, el presidente Volodimir Zelenski exige la retirada completa de las tropas, «garantías de seguridad» y luego «deberíamos tener una reunión bilateral» con Putin. Hasta la fecha, la guerra suma casi 1,4 millones de bajas entre los soldados rusos y ucranianos, según un estudio publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, en el mes de junio.

En febrero de 2025, Trump envió a su secretario de Estado, Marco Rubio, y al enviado especial Steve Witkoff a Arabia Saudí para un primer contacto con el ministro ruso Serguéi Lavrov, donde se discutió un marco de negociación inicial sin participación de Kiev ni de Europa. A su vez, esta reunión marcó el fin del aislamiento occidental de Moscú y generó un punto de partida para las conversaciones.

El 15 de agosto, Trump recibió a Putin en Alaska, en la primera cumbre oficial entre Estados Unidos y Rusia de su segundo mandato. En esta ocasión, Zelenski no fue invitado, pero el presidente estadounidense presentó el encuentro como preliminar para evaluar si su homólogo ruso quiere la paz. Inicialmente, Trump dudaba de que la reunión fuera a tener éxito, pero luego, en una comparecencia, se mostró satisfecho, aunque sin revelar detalles. Días después, Putin sugirió reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en Moscú, pero el presidente ucraniano rechazó la invitación. Trump, en cambio, insistió en que ambas partes debían aceptar concesiones para lograr un acuerdo.

Posteriormente, el 18 de agosto, Trump reunió a Zelenski con los jefes de gobierno de Reino Unido, Keir Starmer, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el primer ministro alemán, Friedrich Merz y la presidente italiana, Giorgia Meloni en la Casa Blanca. Se acordó trabajar en garantías de seguridad a Ucrania y la posibilidad de una cumbre bilateral con Vladimir Putin. Otro tema tratados en Washington fueron las concesiones territoriales a lo cual Zelenski tiene una postura clara «los ucranianos no entregarán su tierra al ocupante».

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump junto a el presidente de Rusia, Vladimir Putin | Zuma Press

Aunque la paz aún no se ha concretado, la intervención de Trump ha sido clave para facilitar avances diplomáticos que hasta hace poco parecían inalcanzables. Su participación directa ha contribuido a abrir nuevas vías de diálogo y a evaluar posibilidades reales para poner fin al conflicto, algo que no se había logrado en más de una década de guerra. No obstante, muchos analistas coinciden en que la paz definitiva dependerá de la celebración de una cumbre bilateral entre Putin y Zelenski, o incluso trilateral con la participación de Trump, sin la cual difícilmente se alcanzará un acuerdo duradero entre ambas naciones.

Armenia vs Azerbaiyán

El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por Nagorno-Karabaj ha marcado la historia reciente del Cáucaso, con guerras abiertas en 2020 y 2023, y con precedentes desde la década del 1980. Tras años de mediación fallida por parte de Rusia y la Unión Europea, la tensión amenazaba con una nueva escalada.

El 8 de agosto de 2025, Trump fue anfitrión de un acuerdo histórico en la Casa Blanca, firmado por el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev. El pacto establece el desarrollo del Corredor de Zangezur bajo un marco denominado TRIPP (Trump Route for International Peace and Prosperity), que incluye concesiones de explotación para Estados Unidos. El corredor, además, es fronterizo con Irán, lo que refuerza su importancia geopolítica.

Entre los puntos más relevantes del acuerdo se destacan el reconocimiento mutuo de integridad territorial, la apertura de relaciones diplomáticas entre ambos países, la delimitación de fronteras y la prohibición de desplegar fuerzas extranjeras en la zona. También se contempla la retirada de causas ante tribunales internacionales y la cooperación para esclarecer casos de desapariciones forzadas durante el conflicto.

El presidente Donald Trump firma una declaración conjunta trilateral con el presidente Ilham Aliyev de Azerbaiyán y con el primer ministro Nikol Pashinyan de Armenia. | Daniel Torok (La Casa Blanca)

Trump presentó el acuerdo como un triunfo de Washington frente a Moscú y Teherán, que históricamente habían influido en el Cáucaso. «Hemos traído estabilidad donde otros solo trajeron guerra», declaró el presidente estadounidense. El pacto es considerado la primera gran victoria diplomática de su nuevo mandato.

Israel vs Irán

El enfrentamiento entre Israel e Irán alcanzó un punto crítico en junio de 2025 en lo que se conoció como la «Guerra de los 12 Días». Durante ese breve pero intenso conflicto se registraron ataques aéreos y amenazas de guerra abierta. La posibilidad de una escalada regional alarmó a la comunidad internacional por sus consecuencias energéticas y de seguridad. Según versiones oficiales, el ejército israelí, bajo el mando del primer ministro Benjamin Netanyahu, bombardeó Teherán y otras ciudades con el objetivo de destruir instalaciones militares y nucleares.

En paralelo, Estados Unidos intervino directamente con el despliegue de bombarderos B-2 Spirit, que atacaron varios enclaves nucleares iraníes. El propio Trump declaró que los ataque fueron un «gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán» y que el objetivo «era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y darle un freno a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo». De esta manera, el presidente estadounidense le envió un mensaje claro al gobierno de Masoud Pezeshkian de que Washington estaba dispuesto a usar su poder militar para frenar el avance bélico de Irán.

Pocos días después, entró en vigor un alto el fuego mediado por Estados Unidos y Catar, que puso fin a los combates. Trump anunció el acuerdo en su red social Truth Social, presentándolo como un logro personal: «Hemos evitado una catástrofe mundial (…) por favor no lo violen».

Bombardero B-2. | Europa Press

Aunque el cese de hostilidades haya sido temporal, puesto que fue pactado verbalmente y no firmado por los mandatarios de cada país, el papel de Washington resultó decisivo para que Netanyahu y Pezeshkian aceptaran frenar la escalada. Trump ha insistido en que este pacto «prueba que Estados Unidos sigue siendo indispensable en Oriente Medio».

República Democrática del Congo vs Ruanda

El este de la República Democrática del Congo (RDC) ha sido escenario de violencia constante durante más de dos décadas. La región de Kivu del Norte se convirtió en el epicentro de la inestabilidad por la presencia de milicias armadas como el M23, acusado de recibir apoyo del ejército ruandés bajo el liderazgo del presidente Paul Kagame.

El gobierno congoleño, encabezado por Félix Tshisekedi, llevaba años denunciando la intromisión de Ruanda, a la que responsabiliza de explotar ilegalmente los recursos minerales de la zona, entre ellos el cobalto y el coltán, esenciales para la industria tecnológica global. Esta dinámica ha dejado un saldo de miles de muertos y millones de desplazados internos, además de una grave crisis humanitaria que ha generado la atención de organismos internacionales como la ONU.

«Hoy la violencia y la destrucción acaban y toda la región empieza un capítulo de esperanza y oportunidades, armonía, prosperidad y paz» anunciaba Donald Trump luego de reunirse el 27 de junio de 2025 en la Casa Blanca con Tshisekedi y Kagame para una cumbre histórica. Ambas partes firmaron el llamado «Washington Accord», un acuerdo que contempla la retirada progresiva de las tropas ruandesas del este de la RDC, la creación de un marco económico regional supervisado por Estados Unidos, y un compromiso para frenar el tráfico de armas hacia las milicias, según ha mencionado el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Tommy Pigott. Para asegurar el cumplimiento, Trump presionó a Kagame amenazando con sanciones económicas y la suspensión de cooperación militar, mientras ofrecía a Tshisekedi apoyo financiero a cambio de abrir parte de la industria minera a inversiones estadounidenses. El Departamento de Comercio de EEUU, estima en 24 billones de dólares los minerales en la RDC, los cuales en su mayoría están sin explotar y son cruciales para gran parte de la tecnología a nivel mundial.

Donald Trump con los ministros de Relaciones Exteriores del Congo y Ruanda | Yuri Gripas (Zuma Press)

Trump presentó el pacto como uno de sus mayores logros diplomáticos, afirmando que había puesto fin a una guerra que estaba presente durante décadas en el corazón de Africa. El acuerdo también buscó posicionar a Estados Unidos como actor relevante en el continente africano, en un momento en que China ha aumentado su presencia empresarial. La firma en Washington fue interpretada como un mensaje claro, EEUU quiere volver a influir en un continente clave, y lo hará no solo con diplomacia, sino también con proyectos económicos ligados a sectores estratégicos como la minería.

India vs Pakistán

La disputa territorial por Cachemira ha sido una de las más peligrosas del mundo. Las dos guerras abiertas (1947-48 y 1965), el conflicto de Kargil en 1999 y continuos choques fronterizos han convertido a esta región montañosa en un lugar conflictivo y con mucha tensión. Tanto India, bajo el liderazgo del primer ministro Narendra Modi, como Pakistán, dirigido por Shehbaz Sharif, poseen arsenales nucleares, lo que aumenta el riesgo de que una escalada local derive en una crisis global. A inicios de 2025, tras una serie de atentados y acusaciones cruzadas, ambos gobiernos intensificaron la retórica bélica, alimentando el temor a un nuevo enfrentamiento abierto.

Soldado indio patrulla cerca del centro de Srinagar, en Cachemira india. | Farooq Khan (EFE)

En mayo, tras gestiones indirectas de Washington, se alcanzó un alto el fuego aceptado por Modi y Sharif. «Millones de personas podrían haber muerto. Así que estoy muy orgulloso de ello», ha dicho el mandatario estadounidense, luego de anunciar el «total e inmediato» de los enfrentamientos entre ambas naciones.

Luego, el el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Ishaq Dar confirmo el anuncio de Trump, «Pakistán e India acordaron un alto al fuego con efecto inmediato. Pakistán siempre se ha esforzado por la paz y la seguridad en la región, sin comprometer su soberanía e integridad territorial» dijo el ministro pakistaní.

Trump celebró la tregua afirmando que «detener una guerra entre dos potencias nucleares es un logro histórico». El acuerdo sigue siendo frágil, pero ha reducido de momento las tensiones en una de las fronteras más peligrosas del mundo. Por otro lado, el presidente republicano ha anunciado que comerciara «mucho con Pakistán, vamos a comerciar mucho con la India” tras la tregua, lo cual es un incentivo tanto para ambos países como para EEUU.

Camboya vs Tailandia

El conflicto fronterizo entre Camboya, presidida por Hun Manet, y Tailandia, bajo el liderazgo de Srettha Thavisin, estalló en julio de 2025 con choques militares en la zona de Preah Vihear dejando a decenas de muertos y unos 300.000 de desplazados. La región se ha disputado históricamente por la presencia de un templo milenario protegido por la UNESCO, situado en territorio camboyano. Los enfrentamientos incluyeron intercambios de artillería y encuentros belicos entre tropas que dejaron decenas de heridos y obligaron a la evacuación de poblaciones cercanas. El riesgo de que el choque local se transformara en una guerra abierta generó preocupación en todo el sudeste asiático, donde la estabilidad regional depende de equilibrios frágiles entre países vecinos.

Los primeros ministros de Camboya y Tailandia sellando un alto al fuego. | Mohd Rasfan (EFE)

La comunidad internacional reaccionó de inmediato, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) convocó reuniones de emergencia y países como Malasia y China ofrecieron mediar directamente entre las dos partes enfrentadas. Fue en ese contexto cuando Trump intervino con conversaciones tanto con Hun Manet como con Srettha Thavisin, subrayando que Estados Unidos no podía quedar al margen de un conflicto que amenazaba una ruta estratégica para el comercio mundial. Washington advirtió a ambos países que una escalada militar podría derivar en sanciones económicas y en la pérdida de cooperación internacional.

El 28 de julio de 2025 se firmó un alto el fuego incondicional que frenó los combates en Preah Vihear. Aunque Malasia y China fueron reconocidos como los mediadores principales, Trump logró situar a Estados Unidos en la mesa de la negociación, presentando a su país como un «garante global» de estabilidad. El presidente republicano incluyó este acuerdo dentro de sus «seis guerras detenidas» y lo reivindicó como ejemplo de que Washington sigue teniendo peso en Asia frente a la influencia creciente de Pekín.

Por otro lado, el primer ministro camboyano, Hun Manet, ha nominado a el presidente estadounidense, Donald Trump, al premio Nobel de la Paz mediante una carta dirigida al Comité Noruego del Nobel «en reconocimiento por su histórica contribución para avanzar hacia la paz mundial».

Egipto y Etiopía

La construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) sobre el Nilo Azul ha generado una de las mayores tensiones en África. Egipto, liderado por Abdel Fattah al-Sisi, teme que el proyecto reduzca el caudal de agua para más de 100 millones de habitantes y acusan de que la presa pone en riesgo la seguridad hídrica del país, mientras que el primer ministro etíope Abiy Ahmed defiende la presa como esencial para el desarrollo y la energía de su país.

La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) | Europa Press

Tras la ruptura de las negociaciones en junio de 2025, Donald Trump intervino declarando que «si yo fuera Egipto, querría el agua del Nilo». El comentario fue aplaudido en El Cairo pero criticado en Addis Abeba, que acusó a Washington de parcialidad. Aunque no existe aún un acuerdo formal, Trump se atribuye haber evitado que la tensión escale a un enfrentamiento directo.

Serbia y Kosovo

Las tensiones entre Serbia, presidida por Aleksandar Vučić, y Kosovo, liderado por Albin Kurti, siguen marcadas por un legado de las guerras de los Balcanes de la década de 1990 y a su vez por incidentes mas recientes en el norte del territorio. En junio de 2025, la región vivía un clima de fuerte tensión política y militar, con riesgo de choques más graves.

Trump aseguró haber frenado una escalada al advertir a Belgrado y Pristina que, de enfrentarse militarmente, perderían todo comercio con Estados Unidos «Serbia y Kosovo iban a enfrentarse, iba a ser una gran guerra. Les dije que se enfrentaran, que no hay comercio con Estados Unidos. Dijeron, bueno, quizá no nos enfrentemos» declaró el Trump. Aunque no hubo una guerra abierta, el presidente estadounidense presentó el episodio como una de sus seis intervenciones exitosas.

Premio Nobel de la Paz

El Premio Nobel de la Paz se otorga cada año por el Comité Nobel Noruego en Oslo. El anuncio se realiza en octubre y la entrega en diciembre. El galardón reconoce a personas o instituciones que han promovido la fraternidad entre naciones, la reducción de armamentos o la resolución de conflictos.

Barak Obama recibiendo el premio Nobel de la Paz. | Reuters

Entre los presidentes de Estados Unidos que han recibido el Premio Nobel de la Paz se encuentran Theodore Roosevelt (1906), quien fue distinguido por su papel como mediador en la guerra ruso-japonesa; Woodrow Wilson (1919), galardonado por su labor en la promoción de la paz tras la Primera Guerra Mundial; Jimmy Carter (2002), reconocido por su incansable trabajo en la resolución de conflictos internacionales; y, finalmente, Barack Obama (2009), premiado por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y fomentar la cooperación entre naciones. También personas influyentes en el mundo como Martin Luther King Jr., Nelson Mandela y Malala Yousafzai. Por otro lado, Mahatma Gandhi nunca lo recibió, pese a su papel en la independencia de India.

Trump insiste en que desde que tomo nuevamente el poder ha detenido 7 guerras. A pesar de que algunas treguas son temporales, no cabe duda de que su segundo mandato ha estado marcado por un despliegue diplomático inédito por parte de EEUU. Si el Comité Noruego ve o verá suficientes méritos para premiarlo con el Nobel es aún una incógnita. Lo cierto es que Trump ha colocado de nuevo a Estados Unidos en el centro del debate sobre la paz mundial, generando apoyo y críticas en la misma medida.

Publicidad