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Internacional

Los pensionistas británicos se radicalizan más que los jóvenes, al contrario que en la UE

Cada vez más mayores abrazan el populismo patriótico mientras cientos son detenidos por «terrorismo» propalestino

Los pensionistas británicos se radicalizan más que los jóvenes, al  contrario que en la UE

La policía detiene a una activista propalestina de 89 años en Londres el pasado 9 de agosto. | Reuters

Una vez más, Reino Unido avanza en la dirección contraria a la del resto del continente europeo. En la UE, la tendencia que se generaliza es la adopción por parte de los votantes más jóvenes de opciones políticas menos convencionales, mientras las personas mayores priorizan mantener sus derechos y pensiones y se suelen decantar en mayor número por partidos tradicionales. En cambio, en la sociología británica está ocurriendo todo lo contrario: son los pensionistas quienes lideran y brindan más apoyo a los movimientos alternativos a uno y otro extremo del espectro político, a pesar de que el statu quo es favorable a sus intereses. El Estado revaloriza sus pensiones cada año al porcentaje que sea mayor entre estos tres: 2%, tasa de inflación o subida salarial media.

Esta dinámica no es nueva y su origen se remonta como mínimo al Brexit: fueron los votantes más experimentados quienes impulsaron la salida del bloque comunitario, en contraste con los más novatos, que se declaraban europeístas en niveles superiores, aunque evidentemente existiesen partidarios del y el no en todos los grupos de edad. Sin embargo, el fenómeno ha ido volviéndose más visible y marcado con el tiempo.

Quizá uno de los ejemplos más curiosos de ello sea el fuerte impulso que ha adoptado la causa propalestina. En los últimos meses, se han organizado importantes protestas contra la ofensiva militar de Israel contra Hamás en Gaza. Tanto las imágenes de las manifestaciones como las detenciones revelan que, como es habitual, los jóvenes sí estuvieron en estas movilizaciones con un marcado tono antisistema, pero fueron eclipsados por los pensionistas, mucho más numerosos, implicados y activos en ellas. De los 532 miembros de Palestine Action arrestados, la mitad tenían 60 o más años, según The Guardian. En un editorial, The Times alertó de que prohibir este grupo radical le dará alas al proporcionar una inmerecida legitimidad a sus ideales.

La revolución de los ‘abuelos terroristas’

Estas protestas han puesto contra las cuerdas al sistema democrático británico, usado recurrentemente como ejemplo de tradición, estabilidad y contrapesos fiscalizadores del poder. Los manifestantes son por lo general pacíficos, pero es cierto que en ocasiones han ido más allá de un mero apoyo al pueblo palestino y han ensalzado como faro de resistencia al grupo yihadista que combate el país hebreo. Además, este movimiento ha llegado a sabotear instalaciones militares de la aviación inglesa (RAF).

Activistas de Palestine Action con un histórico aeroplano de la RAF de fondo. | Reuters

Todos estos elementos –incidentes puntuales de sabotaje, apología de Hamás, manifestaciones mayoritariamente pacíficas y dominadas por ancianos– plantea un dilema para la democracia parlamentaria con la continuidad institucional más larga del mundo. Varios detenidos han sido procesados por terrorismo, algo que, si bien ha sido denunciado como excesivo, es perfectamente posible en el marco legal británico actual, muy duro con este tipo de delitos. Medios londinenses como The Economist han lanzado la hipótesis de que la predominancia de pensionistas en este tipo de protestas pueda deberse a que no tienen nada que perder. Tener antecedentes por terrorismo puede arruinar la carrera profesional de alguien que justo empieza en el mercado laboral, y además puede impedirle de por vida la entrada en Estados Unidos.

Por otro lado, es cierto que son los mayores quienes más participan en las elecciones, mientras que los jóvenes están por lo general más desencantados y hay entre ellos más abstencionistas. Esta situación provoca que los pensionistas británicos puedan condicionar más la política si adoptan una tendencia, aunque esta no sea mayoritaria en otras franjas de edad. Esta realidad de jubilados idealistas o antisistema tiene como uno de sus referentes a Jeremy Corbyn, de 76 años y exlíder de Partido Laborista con posturas más radicales que las que adopta su compañero de partido y actual primer ministro Keir Starmer.

El histórico ‘sorpasso’ de Farage

Pero el fenómeno no es único de la izquierda. Si los británicos de edad más avanzada fueron clave en la emergencia del euroescepticismo, también lo han sido de la continuidad que este movimiento ha tenido en la política del país, convertido ahora en patriotismo de derecha identitaria e institucionalizado a través del partido Reform UK. Lo lidera el histórico predicador del Brexit, Nigel Farage, que lleva cuatro meses liderando las encuestas, dando un histórico sorpasso tanto a laboristas como a conservadores. La creciente inseguridad ha hecho que sus eslóganes calen: se ha disparado el robo de coches para revenderlos en países más pobres; además, Gran Bretaña ya concentra el 40% de los robos de móviles de toda Europa.

Tanto Farage como Starmer apenas superan la sesentena, pero la nueva líder de los tories, Kemi Badenoch, de 45 años, de familia nigeriana y criada en este país africano y en Estados Unidos, no ha logrado conectar con los votantes conservadores, especialmente los mayores. La mayoría de los sondeos dejan ahora a su partido –que ha dado primeros ministros como Winston Churchill, Margaret Thatcher, David Cameron, Theresa May o Rishi Sunak– en tercera posición por debajo del 20% de intención de voto.

Nigel Farage, líder de Reform UK, el pasado 8 de agosto. | Reuters

Los hoteles para inmigrantes encienden los ánimos

Uno de los aspectos centrales en estos momentos en la política británica es la inmigración. La justicia ha dado recientemente un mazazo a la política del premier Starmer al impedir el uso de hoteles para alojar a inmigrantes, en una decisión relevante tanto para Reino Unido como el resto de Europa –incluida España, si bien con marcos normativos diferentes–, donde se recurre a esta solución ante la falta de instalaciones adecuadas, a menudo con fuerte resistencia vecinal. El juez entiende que esto es ilegal, ya que se salta los usos urbanísticos para los que está ideado el espacio, especialmente si se para ello se inutiliza el uso turístico del conjunto del establecimiento.

Una encuesta publicada por Ipsos el pasado 22 de agosto muestra cómo la inmigración se ha convertido en una cuestión importante a la que se enfrenta Gran Bretaña para el 48% de los consultados, lo cual representa un aumento de ocho puntos en solo un mes. También en este asunto existe brecha generacional: un 59% de los mayores de 55 años mencionan este problema, frente a solo un 34% en el grupo de edad de entre 18 y 34 años. Para los simpatizantes de Reform UK, la preocupación es mayor (84%), pero también está subiendo rápidamente entre los conservadores (59%) y laboristas (34%).

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