Irán ignora las peticiones de liberar el petrolero británico incautado en el estrecho de Ormuz
La república islámica responde así a la retención de un carguero suyo por parte de las autoridades gibraltareñas
Irán hace caso omiso a los llamamientos del Reino Unido, Estados Unidos y sus aliados para que libere el petrolero de bandera británica incautado el viernes en el estrecho de Ormuz.
Los Guardianes de la Revolución iraníes han dicho haber abordado el Stena Impero el viernes por «no respetar el código marítimo internacional» en ese paso por el cual circula un tercio del petróleo mundial. El buque, de propiedad sueca, fue trasladado al puerto iraní de Bandar Abbas, según las autoridades portuarias de la provincia de Hormozgán.
Se trata de la segunda incautación de un buque en pocos días por parte de Irán, y ocurre después de que la justicia del enclave británico de Gibraltar decidiese prolongar 30 días la retención de un petrolero iraní, interceptado el 4 de julio bajo sospecha de querer entregar crudo a Siria en violación de las sanciones europeas contra Damasco. Iran negó esta acusación y ya había advertido que respondería a este acto de «piratería».
El Reino Unido ha advertido este sábado a Irán que estaba eligiendo un «camino peligroso de comportamiento ilegal y desestabilizador», en palabras de su canciller Jeremy Hunt, y ha aconsejado a sus barcos evitar el estrecho. En un tuit, Hunt ha explicado luego que había hablado con su homólogo iraní Javad Zarif: «Le expresé mi gran decepción porque tras haberme asegurado el sábado pasado que Irán quería desescalar la situación, se comportaron en el sentido opuesto«. Además, Londres ha convocado al encargado de negocios de Irán.
El presidente estadounidense Donald Trump dijo el viernes que lo ocurrido «muestra» lo que él dice sobre Irán: «Problemas, nada más que problemas». Tanto Francia como Alemania exhortaron a Irán a que libere de inmediato al petrolero británico. «Una nueva escalada sería muy peligrosa para la región», advirtió Berlín. «Una acción de este tipo perjudica la necesaria desescalada de las tensiones en la región del Golfo», advirtió París.
Por su parte, la Unión Europea ha lamentado que «en esta situación ya tensa, esta noticia entraña el riesgo de incrementar la escalada y mina el trabajo para resolver la crisis«.