Antes del virus, el confinamiento y los toques de queda, Juan Madrid tuvo tiempo de algo: recibió el Premio Pepe Carvalho –por su «compromiso literario, político y ético»– en la última BCNegra. Fue en febrero; parece que fue en otra vida. Nueve meses después tiene una nueva novela, que se llama Gloria bendita y que edita –cómo no– Alianza. «Me van a hacer hijo adoptivo». Junto a él, en una rueda de prensa telemática, Valeria Ciompi, directora editorial del sello desde hace 19 años, que nos habla con orgullo de «un artefacto casi perfecto», de un libro que demuestra dos asuntos: el inconformismo de Madrid, que «ha querido retocarlo hasta que se lo arrancamos de las manos», y «la maestría de un escritor».
En contexto: el novelista malagueño vuelve con la experiencia de un ictus, todavía con algún gesto que intuye el golpe, y confiesa que la escritura es su forma de canalizar ciertas energías, sobreponerse a los contratiempos y las restricciones: «Me faltan cosas por contar».
El padre literario de Toni Romano agradece las palabras de su editora, su consejo y su compañía: «Todo el mundo sabe que este es un trabajo solitario». Y reconoce que la escritura de Gloria bendita se planteó como un desafío; cuenta que quería demostrarse que «podía seguir escribiendo». Tuvo sus dudas, no fue sencillo. «Me entró una manía extraña de que no contaba lo que quería contar», dice. Pero misión cumplida: aquí está la novela, ya van 60, y amenaza con seguir, infatigable. «Esta es una novela que es hija de la furia. Este es un país siniestro, nefasto; un país de ladrones. Yo manejo la furia escribiendo».
Esta obra, que nace de «estar hasta las narices» de España, llegó a las librerías el pasado 29 de octubre y puedes leer sus primeras páginas en este enlace.