Juzgan a un ex enfermero de 95 años por 3.681 muertes en Auschwitz
El acusado, que responde al nombre de Hubert Zafke, ha comparecido ante la Audiencia de Neubrandenburg en silla de ruedas, en el que ha sido el cuarto intento de iniciar el proceso después de que en tres ocasiones anteriores se suspendiera en el último momento por razones de salud del imputado. La vista se ha iniciado con la lectura de las acusaciones por parte de la Fiscalía, que relaciona al procesado con la maquinaria de la muerte nazi por haber servido como enfermero durante un mes a unos 650 metros de los crematorios del campo construido por el Tercer Reich en la Polonia ocupada. El juicio sigue el patrón de otros procesos abiertos en el país en los últimos años por complicidad en crímenes nazis, tras el precedente marcado en 2011 por la condena a cinco años contra el ucraniano John Demjanjuk, un exguarda del campo de Sobibor. Con esa sentencia se abrió una nueva vía de enjuiciamiento en Alemania, extensible a personas que, sin haber tenido una participación o una responsabilidad directa, podrían ser consideradas corresponsables de esos crímenes. Algunos juicios han acabado sobreseídos, por razones de edad y salud de los procesados, mientras que en otros han terminado en penas simbólicas que los condenados han recurrido o no han llegado a cumplir, como ocurrió con el mismo Demjanjuk, muerto en un asilo de ancianos unos meses después de la resolución del juicio.
La Justicia alemana ha abierto el proceso contra un ex enfermero de las SS nazis de 95 años, al que se le imputa la complicidad en la muerte de al menos 3.681 prisioneros del campo de exterminio de Auschwitz y cuyo caso se inscribe en la serie de juicios tardíos contra los crímenes del nazismo.
El acusado, que responde al nombre de Hubert Zafke, ha comparecido ante la Audiencia de Neubrandenburg en silla de ruedas, en el que ha sido el cuarto intento de iniciar el proceso después de que en tres ocasiones anteriores se suspendiera en el último momento por razones de salud del imputado. La vista se ha iniciado con la lectura de las acusaciones por parte de la Fiscalía, que relaciona al procesado con la maquinaria de la muerte nazi por haber servido como enfermero durante un mes a unos 650 metros de los crematorios del campo construido por el Tercer Reich en la Polonia ocupada.
El juicio sigue el patrón de otros procesos abiertos en el país en los últimos años por complicidad en crímenes nazis, tras el precedente marcado en 2011 por la condena a cinco años contra el ucraniano John Demjanjuk, un exguarda del campo de Sobibor. Con esa sentencia se abrió una nueva vía de enjuiciamiento en Alemania, extensible a personas que, sin haber tenido una participación o una responsabilidad directa, podrían ser consideradas corresponsables de esos crímenes. Algunos juicios han acabado sobreseídos, por razones de edad y salud de los procesados, mientras que en otros han terminado en penas simbólicas que los condenados han recurrido o no han llegado a cumplir, como ocurrió con el mismo Demjanjuk, muerto en un asilo de ancianos unos meses después de la resolución del juicio.