La capitana del 'Sea-Watch 3', ante la Justicia en Italia
Carola Rackete deberá explicar por qué rescató a los migrantes sin esperar a los guardacostas libios
La joven capitana del buque humanitario Sea-Watch 3, Carola Rackete, que atracó por la fuerza en Italia para desembarcar un grupo de 40 migrantes rescatados en el mar, será interrogada este jueves por un magistrado italiano por las acusaciones de favorecer la inmigración ilegal. La audiencia, que tuvo que ser aplazada 10 días debido a una huelga de abogados penalistas, se celebrará en Agrigento, Sicilia.
La capitana alemana, de 31 años pero con mucha experiencia por haber navegado entre glaciares, pasó tres días en detención domiciliaria a comienzos de julio por haber entrado en aguas italianas pese al veto impuesto por el ultraderechista ministro del Interior, Matteo Salvini. Una juez italiana invalidó después la detención de Carola Rackete, argumentando que actuó para salvar vidas, pero sigue siendo investigada por resistencia a un oficial y ayuda a la inmigración clandestina. La fiscalía de Agrigento apeló esa decisión y espera así establecer un precedente jurídico para que no se repita el caso.
Mientras tanto, el Sea-Watch 3 permanece secuestrado en el puerto siciliano de Licata y la capitana, que se ha convertido en un emblema contra la política de mano dura del Gobierno, deberá explicar por qué rescató a los migrantes sin esperar a los guardacostas libios a cargo de esas operaciones en ese sector del Mediterráneo. Igualmente deberá explicar por qué navegó hacia un puerto italiano y no hacia un puerto libio o tunecino, más cercanos, o hacia uno holandés, nacionalidad del barco.
Batalla judicial
Desde hace cerca de dos años, las embarcaciones humanitarias han sido sistemáticamente sometidas a investigaciones judiciales para impedir que sigan rescatando migrantes en el Mediterráneo. En marzo de 2017, el buque español humanitario Open Arms fue puesto bajo administración judicial y dos funcionarios fueron procesados porque la tripulación se negó a entregar a los migrantes a los guardacostas libios que llegaron al lugar durante el rescate. Un juez levantó el secuestro después de un mes alegando que Libia no era un país seguro para desembarcar a migrantes que escapan de la guerra y el hambre. La fiscalía de Catania terminó archivando el caso.
Lo mismo le pasó a la ONG Sea-Watch después de una operación de rescate en enero y la Justicia concluyó que las decisiones de la tripulación estaban justificadas. A finales de junio, la guerra de Salvini contra las ONG que rescatan migrantes se agudizó y la decisión de detener a la joven capitana provocó un vasto movimiento de solidaridad con ella por internet, logrando la recaudación de más de un millón de euros para el juicio. Los hechos han provocado incluso que las relaciones entre Italia y Alemania se tensaran.
El Parlamento de Cataluña ha votado unánimemente para que se otorgue un premio a la joven capitana, mientras que la ciudad de París ha anunciado una donación de 100.000 euros a la ONG y una medalla para Carola Rackete. El anuncio de París ha provocado la ira de la extrema derecha italiana, que ha recordado que el Gobierno francés no se pronunció durante los 15 días que la joven capitana navegaba sin rumbo con los 40 migrantes rescatados.
Salvini considera que estas organizaciones son «cómplices de los traficantes de seres humanos» y ha tildado a Carola Rackete de «criminal», «problemática», «rica y mimada», además de «dispuesta a matar cinco militares italianos». La capitana ha demandado al ministro por difamación e incitación a la ofensa, señalando que cada mensaje de odio de Salvini en las redes sociales ha provocado una cadena de insultos sexistas, violentos y amenazantes.