La crisis climática «no ha descansado» durante el confinamiento provocado por el coronavirus y «todos tenemos un papel que desempeñar a la hora de enfrentar sus consecuencias», ha advertido este lunes el británico Alok Sharma, presidente de la COP26 que se celebrará en Glasgow.
Lo más importante: los puntos en los que Sharma cree imprescindible actuar para sentar las bases de un crecimiento verde y limpio que «pertenecerá a todos» son la reducción de emisiones, la adaptación al cambio climático, la financiación a los países más vulnerables y el afianzamiento del libro de normas del Acuerdo de París.
Los ejes principales de la reunión que se celebrará a primeros de noviembre se han abordado durante la jornada ‘El camino a COP26’, organizada este lunes por la embajada del Reino Unido en Madrid. En el encuentro han participado la ministra española para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera y el ministro de Medio Ambiente de Italia, Roberto Cingolani, así como los embajadores del Reino Unido y de Italia en España y una veintena de expertos en política, empresa, finanzas y ONG ambientales.
La importancia de la COP26 también ha sido destacada por el embajador británico en España, Hugh Elliott, que la ha calificado de «prioridad para la diplomacia británica a nivel mundial», ya que demostrará los compromisos reales de los países firmantes del Acuerdo de París y lo hará «operativo».
No obstante, la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica española, Teresa Ribera, ha reconocido que «de momento no partimos con buenas noticias» ya que, tras revisar 48 planes nacionales, los expertos de la ONU aseguran que los gobiernos «están muy lejos del nivel de ambición necesaria».
Por ello, 2021 será un año para «armar unas contribuciones creíbles» en la reducción de emisiones a medio y largo plazo, ha insistido Ribera, mientras el ministro italiano de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, ha apostado por el Pacto Verde Europeo como «herramienta clave para acelerar la economía y crear empleo verde». Economía circular, eficiencia energética, movilidad sostenible y reducción del desperdicio alimentario han sido algunos de los conceptos en torno a los cuales han girado las aportaciones de los expertos.
La alcaldesa de Glasgow, Susan Aitken, ha recalcado el papel de los líderes políticos y empresariales para «facilitar el cambio» en el estilo de vida de los ciudadanos y explicar «cómo va a beneficiarles». Aitken ha asegurado que «no nos falta tecnología, pero necesitamos inversión y recursos» a la hora de transformar los obstáculos actuales en oportunidades y establecer «una nueva economía verde».
Para los representantes de la sociedad civil que han participado, es necesario aumentar la ambición y los esfuerzos para alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050, por lo que la COP26 debería servir de «revulsivo para evitar la catástrofe climática».
Requerirá más financiación, como ha advertido el director de la OIT en España, Joaquín Nieto, que ha cifrado en 100.000 millones de euros al año la cantidad necesaria para alcanzar los objetivos climáticos y acabar con la crisis generada por la pandemia.
Ante esta situación, el portavoz de Fridays For Future España, Diego Ferraz, ha exigido «acuerdos vinculantes para cumplir el Acuerdo de París», de manera que la cita de Glasgow «no se parezca a la COP25, que fue un fracaso» en su opinión, y ha anunciado una «huelga contra la inacción climática» el próximo 19 de marzo.
Los representantes del mundo empresarial han confirmado los avances de los últimos años en transición ecológica. «No somos conscientes de la revolución tecnológica a la que estamos asistiendo», ha dicho el director de cambio climático[contexto id=»381816″] de Iberdrola, Gonzalo Sáenz de Miera, pues las renovables ya no son «tan complejas ni tan costosas», aunque ha precisado que «necesitamos objetivos y políticas asociadas a lo verde y también alianzas para ir todos juntos».
En el acto de clausura de este seminario, el embajador italiano en España, Ricardo Guariglia, ha resumido los debates al señalar que la respuesta a la crisis climática «ha puesto en marcha procesos sociales, económicos y tecnológicos que ya no se pueden parar» y en los que «estamos actuando todos juntos», por lo que «nuestra forma de vivir en el futuro será diferente a la que hemos experimentado hasta la pandemia».