La OCDE rebaja la previsión de crecimiento mundial al 3,3% en 2019
El organismo alerta del «aumento de la incertidumbre política, las tensiones comerciales persistentes y una continua disminución de la confianza de las empresas y de los consumidores»
El crecimiento de la economía mundial solo alcanzará el 3,3% en 2019 debido a las tensiones comerciales y a la incertidumbre política, prevé la OCDE en su último informe publicado el miércoles. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que en noviembre predecía un crecimiento del 3,5%, explica este freno por «el aumento de la incertidumbre política, las tensiones comerciales persistentes y una continua disminución de la confianza de las empresas y de los consumidores».
«La economía global se está ralentizando y persisten riesgos importantes», alerta el organismo en un comunicado. La OCDE también alerta de que «el crecimiento se está debilitando mucho más de lo esperado en Europa«. Sin embargo, no solo el Viejo Continente está en el foco de la entidad. «Las perspectivas económicas son ahora más débiles en casi todos los países del G20 de lo que se había anticipado previamente. Las vulnerabilidades procedentes de China y el debilitamiento de la economía europea, combinados con la ralentización del comercio y la fabricación globales, la alta incertidumbre política y los riesgos en los mercados financieros, podrían socavar un crecimiento global a corto plazo fuerte y sostenible».
Además de la previsión de este año, también ha rebajado la previsión de crecimiento del año que viene, al pasar del 3,5% de hace tres meses al 3,4%. Las revisiones a la baja con respecto al anterior informe «son particularmente significativas para la zona euro, especialmente Alemania e Italia, además de para Reino Unido, Canadá y Turquía«, señala el documento.
«La economía mundial se enfrenta a obstáculos cada vez más graves», ha valorado la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone. “Una desaceleración más aguda en cualquiera de las principales regiones podría descarrilar la actividad en todo el mundo, especialmente si se extiende a los mercados financieros. «Los Gobiernos deben intensificar el diálogo multilateral para limitar los riesgos y coordinar las acciones de política para evitar una mayor recesión», ha dicho Boone.