La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado este miércoles que recomienda continuar las vacunaciones contra la COVID-19 con dosis de AstraZeneca pese a la suspensión ordenada en varios países europeos, ya que las ventajas de esta inmunización «son mayores que los riesgos».
Lo más importante: la agencia de Naciones Unidas ha subrayado en un comunicado que es común que se detecten efectos adversos en algunas personas tras recibir distintos tipos de vacunas, «lo que no necesariamente significa que éstos estén relacionados con la inmunización». También ha señalado que los episodios tromboembólicos detectados en algunos pacientes tras recibir la vacuna de AstraZeneca, que motivaron la suspensión de su uso en varios países europeos, «ocurren con frecuencia y son la tercera enfermedad cardiovascular más común».
La suspensión de las vacunaciones en algunos países, ha recalcado la OMS, es una medida de precaución que no todos los sistemas sanitarios han ordenado pese a tener la misma información sobre efectos adversos, y en todo caso muestra que «el sistema de vigilancia funciona y hay controles efectivos». La organización con sede en Ginebra ha añadido además que sigue en contacto con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y otros órganos reguladores en el mundo para vigilar la seguridad de las vacunas contra la COVID-19.
También ha destacado que su Comité de Asesoramiento para la Seguridad de las Vacunas sigue analizando los datos de la vacuna de AstraZeneca y podría emitir nuevas recomendaciones en los próximos días.
Las dudas surgidas en Europa por la vacuna de AstraZeneca afectan a la OMS de forma especial ya que por ahora la mayoría de dosis que esta organización distribuye a países en desarrollo mediante el programa COVAX son producidas por la firma sueco-británica.
Desde finales de febrero la OMS y la Alianza para las Vacunas GAVI, con ayuda de otras organizaciones, están distribuyendo unos 230 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca en más de 140 países. La OMS aclaró la semana pasada que las vacunas afectadas por las suspensiones en países europeos habían sido fabricadas en el Viejo Continente, mientras que las del programa COVAX salieron de factorías de India y Corea del Sur, por lo que los problemas de AstraZeneca en Europa no deberían afectar a su programa de distribución.