La oposición democrática de Bielorrusia, una iniciativa de un grupo de mujeres valientes, figuras políticas y de la sociedad civil que ha plantado cara a Alexandr Lukashenko después de las elecciones fraudulentas del pasado agosto, recibió el premio Sájarov a la libertad de conciencia del Parlamento Europeo. Svetlana Tijanóvskaya ha recogido el galardón en Bruselas este miércoles acompañada de muchos de sus compañeros, pero también en nombre de quienes están en la cárcel o exiliados.
Por qué es importante: la líder opositora que disputó la presidencia a Lukashenko es uno de los rostros visibles de esta iniciativa, que ha puesto contra las cuerdas al considerado como el último dictador de Europa
La mención de nombres como el de la dirigente opositora y música María Kolésnikova, en prisión desde septiembre, o de Serguéi Tijanovski, el marido de Tijanóvskaya, ha arrancado los aplausos del hemiciclo. «¿Qué mejor reconocimiento de que somos librepensadores, qué mejor motivación para seguir adelante? Estamos destinados para ganar y ganaremos», ha afirmado Tijanóvskaya al recoger el premio.
Han sido estas dos mujeres, junto a la también activista Veronika Tsepkalo, las que han logrado organizar la resistencia contra Lukashenko después de que tres hombres cercanos a ellas y a la vez prominentes en la escena opositora bielorrusa se vieran obligados a huir o fuesen encarcelados.
El marido de Tijanóvskaya, el bloguero más popular del país, fue detenido por organizar mítines; el jefe de Kolésnikova, Víctor Babariko, fue encarcelado por delitos económicos, y el marido de Tsepkalo, Valeri, abandonó el país antes de ser procesado tras intentar concurrir a las elecciones.
Sin experiencia previa en política, estas tres mujeres han coordinado un movimiento que lleva desde agosto sacando a las calles de Bielorrusia a miles de personas cada domingo pese a la muy tangible amenaza de la represión, la violencia o el encarcelamiento arbitrario. «El mundo», dijo la líder opositora, «ha visto el despertar de Bielorrusia».
Tijanóvskaya ha recordado que el premio que reciben pertenece precisamente a los «miles de bielorrusos que les inspiran»: las mujeres valientes, los trabajadores, los médicos, estudiantes, abogados, escritores, periodistas y activistas que continúan su lucha: «Soy una de miles de bielorrusos que solía tener miedo. Un muro invisible de miedo se construyó sobre nosotros y nos retuvo durante casi tres décadas. Pero este año todo ha cambiado y estamos unidos en nuestra aspiración de cambio. Unidos creemos que el muro del miedo puede destruirse ladrillo a ladrillo».
En esta edición de Sájarov, resultaron finalistas la ambientalista hondureña Berta Cáceres, asesinada en 2016, y los activistas de Guapinol (Honduras), encarcelados por participar en una protesta pacífica contra una empresa minera, así como el arzobispo de Mosul (Irak).