El diputado canario de Podemos Alberto Rodríguez anunció el pasado viernes que dejaba la formación morada: «Creo que toca cerrar un ciclo. (…) Anuncio que abandono la militancia en Podemos. Agradezco profundamente estos años que han sido muy intensos de muchísimo aprendizaje y de recibir muchísima leña», dijo.
La marcha de Alberto Rodríguez se produce tras su inhabilitación, de la que ha mantenido su inocencia: «Esto ha sido una cacicada y un atraco a la voluntad popular y democrática del pueblo canario».
Todo ello ha puesto al exdiputado en el objetivo, y ha hecho que muchos se pregunten qué es de su vida personal. Vamos a verlo.
Alberto Rodríguez, tras Podemos: ¿quién le consuela al llegar a casa?
Cuando uno tiene un mal día en el trabajo o una disputa con amigos, es la pareja quien lo consuela, le brinda apoyo, le dice que todo va a ir bien. Por eso, muchos nos hemos preguntando si Alberto Rodríguez tiene a esta persona en su hogar, ahora que su vida laboral ha dado un giro de 180 grados.
Una duda con la que, lamentablemente, tendremos que quedarnos, pues el ex de Podemos siempre ha sido muy celoso con su vida privada, hasta el punto de que nunca se le ha conocido compañera/o sentimental. En sus redes sociales, de hecho, comparte alguna que otra foto personal, pero nunca con visos de ser romántica o, al menos, amorosa.
Sus compañeros de partido siempre han cerrado filas para proteger la vida privada de su directiva. Y los más allegados a Alberto Rodríguez decían que antes de ser diputado no tenía pareja, pero que después no saben si esta situación cambió.
Su lado más personal (y económico)
Más conocido como El rastas, el canario Alberto Rodríguez llegó a la política nacional en 2016 de la mano de Podemos, justo después de estudiar un ciclo superior de Química ambiental y tras haber trabajado durante casi una década como operador en la refinería de petróleo de Cepsa.
Alberto, de 39 años, es de origen humilde. Creció en el barrio obrero de Ofra (Santa Cruz de Tenerife). Allí, en un piso de 69 metros cuadrados, vivió durante años con sus padres (una maestra y un electricista) y sus tres hermanos. En un mitin celebrado en la Universidad de La Laguna, en el año 2015, afirmó que su abuela era costurera y que hacía vestidos para la familia de Ana Oramas, exalcaldesa de Coalición Canaria entre 1999 y 2008. A esa familia, el expolítico acusó de tratar fatal a su abuela: «Mi abuela tenía los dedos reventados de la artrosis de tanto coser. Cuando iban a cobrar, a veces le tiraban el dinero al suelo. Las hijas y las nietas de la familia Oramas se burlaba de ella».
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Entre sus aficiones destacan el senderismo, el baloncesto y las artes marciales. Unos pasatiempos a los que, suponemos, dedicará más horas a partir de ahora.