En cuestiones de cama, ninguno es el indicado para decir lo que está bien o mal. Es la pareja la que acepta sus propias reglas, sus propios límites, sus propios juegos sexuales. El problema –y sucede mucho en nuestro país– es que aún sigue siendo tabú hablar de ciertos temas, ya sea con amigos o con el propio sexólogo o psicólogo. Hay cierto pudor a la hora de reconocer lo que le gusta a uno en horizontal, sobre todo si esto no es «lo normal». Y el juego del que hoy te vamos a hablar, la asfixia erótica, no es común.
Quizá, por su rareza, conozcas a tantas pocas personas a las que les gusta asfixiar, o que la asfixien, durante el sexo (a ver, nos entendemos, casi asfixiar, el amago…). Es posible que a ti te llame la atención la idea pero que no haya nadie de tu entorno con quien puedas hablarlo. Tranquilo, en las siguientes líneas te despejamos todas las dudas.
Asfixia erótica: excitante pero peligrosa
Antes de entrar en materia, es importante recalcar que ‘jugar a’ la asfixia durante las relaciones sexuales es extremadamente peligroso y que debe hacerse con máxima precaución, pues implica muchos riesgos. Debes ser precavido. El hecho de que hayas visto asfixias en una escena porno o estés interesado en ellas no significa que debas salir corriendo y ponerte a hacerlo. No es lo mismo que dar un azote aquí o una bofetada allá: es un juego muy peligroso que puede tener consecuencias fatales si no se hace como se debe.
Es preciso que antes de probarlo con tu pareja o compañero sexual, lo habléis y tengáis ambos el consentimiento verbal explícito. También se debe negociar cómo se va a estrangular y establecer una palabra o gesto de ‘rescate‘. En cuanto esa palabra suene o se haga ese gesto, el juego debe finalizar de inmediato.
Esto es importantísimo, ya que corremos el riesgo de dejar sin respiración a la otra persona o asustarla en demasía. Al respecto, un estudio reciente, de 2019, realizado por Debby Herbenick, profesora e investigadora sexual de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Indiana, descubrió que 23 de las 347 mujeres encuestadas confesaron haberse sentirse asustadas durante las relaciones sexuales porque su pareja había intentado estrangularlas inesperadamente.
Orgasmos más intensos
¿Qué proporciona la asfixia durante el sexo, además del juego en sí? La asfixia eleva el CO2 y conduce a la persona a estar más consciente de lo que siente en el momento. Esto hace que las sensaciones se multipliquen y se sientan con más intensidad.
Según la sexóloga Lia Holmgren, la asfixia erótica es tremendamente placentera para ambos: «Para los hombres, quedarse sin respiración cerca del orgasmo puede tener un efecto eufóricoal al alcanzar el clímax, pero siempre debe hacerse de manera segura. Las mujeres también pueden tener orgasmos si se combina la penetración con juegos de respiración (asfixia)», asegura la experta a Men’s Health.
Además de lo físico, la asfixia es un juego de poder en el que ambos pueden disfrutar, si le gustan estas cosas, claro, pues consiste en otorgar y recibir el control. Darle permiso a alguien para que lo estrangule, o viceversa, es liberador para muchas personas, las que se sienten atraídas hacia la liberación del control o hacia la toma del mismo.
«La asfixia es un acto de rendición, cuando confiamos completamente en la otra parte dominante y les dejamos tomar el control total sobre la parte sumisa», añade la sexóloga.
Pues nada, si lo pruebas… cuidado, mucho cuidado. Y cuéntanos después, claro.