Relaciones éticas no monógamas: ¿es este el futuro de las parejas?
Es evidente que la sociedad está cambiando, y a su vez lo están haciendo las parejas. Analizamos hacia dónde va el asunto
Las parejas monógamas formadas por un hombre y una mujer parecen estar pasando de moda. Los modelos de relación se están expandiendo más allá de las fronteras tradicionales, y esto también tiene un efecto en los tipos de opciones de bienestar sexual disponibles.
Entre todas estas opciones, destacan las relaciones éticas no monógamas (ENM), pues están adquiriendo un claro protagonismo en los últimos años. En Estados Unidos, una reciente encuesta de YouGov –realizada a más de 1.300 adultos– reveló que aproximadamente un tercio (32%) afirma que su relación ideal es en cierto modo no monógama.
¿Se impondrán las relaciones éticas no monógamas en el futuro?
Las relaciones éticas no monógamas se definen como una práctica o una forma de vida en la que las parejas mantienen relaciones de diversa índole con personas ajenas a su relación. Este término engloba muchos formatos de relaciones diferentes, como el poliamor, el intercambio de parejas o los matrimonios abiertos. Todas estas prácticas se van generalizado a medida que las parejas adoptan una estructura de relaciones más liberal y diversificada.
Abby Moss, periodista especializada en sexo y relaciones, asegura que «las relaciones éticas no monógamas se están convirtiendo en un tema de conversación más amplio que nunca y, aunque un estilo de relación alternativo no es para todo el mundo, esta mayor visibilidad en la conversación social está ayudando a crear una mejor comprensión de lo que pueden ser las relaciones, y de lo que puede ser el sexo».
«Las suposiciones heteronormativas sobre el sexo, sobre lo que ‘cuenta’ como sexo, están siendo desechadas (¡ya era hora!) y esto está dando a las personas de todos los géneros, ya sean solteros o estén en una relación, mucha más libertad mental para explorar sexualmente. Al considerar el sexo como algo fundamentalmente relacionado con el placer, podemos eliminar la vergüenza que rodea al sexo», asegura Moss, recoge el informe anual de tendencias sexuales (Sex Trends 2022) elaborado por Lovehoney Group.
¿Cansados de estar sólo con una persona?
Antes, los matrimonios eran infieles, y ahora parece que la tendencia es hablarlo con la pareja y abrirse a nuevos caminos, por separado pero juntos. En una sociedad en la que nada es suficiente y en la que las posibilidades son infinitas, parece que se está imponiendo una nueva forma de relación no monógama, ya sea en forma de poliamor o de pareja abierta.
Un ejemplo de este cambio es un estudio realizado por We-Vibe en 2019, el cual reveló que el trío era la segunda fantasía más popular (del 28% de los encuestados). Alrededor de dos de cada 10 personas (un 19%) han tenido un trío en el pasado, siendo las países más propensos a esta práctica: Austria (23%), Reino Unido (22%) y Estados Unidos (23%).
La encuesta se realizó entre 9.009 encuestados de Australia, Austria, Francia, Alemania, Corea del Sur, España, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Como vemos, el deseo de ampliar experiencias sexuales es evidente.
Aunque no todas las relaciones éticas no monógamas se basan en el sexo con múltiples parejas o en sexo en absoluto, lo que es clave es el consentimiento, la transparencia y la comunicación abierta.
La infidelidad sigue a la orden del día
Aunque cada vez haya más relaciones éticas no monógamas, la infidelidad sigue a la orden del día, sobre todo en nuestro país. De hecho, los españoles somos los que más cuernos ponemos en Europa, y los quintos del mundo. Por ciudades, Madrid (con el 12,9% de usuarios del portal) y Barcelona (8,5%) aglutinan la mayoría cornamenta patria, según un estudio de Ashley Madison.
Al respecto, otra reciente encuesta determinó que en torno al 80% de hombres y más del 50% de mujeres reconoce haber cometido «al menos» una infidelidad. De todos los encuestados, aproximadamente la mitad cree que nunca les han sido infieles, una opinión mayoritaria en ellos.
Todo esto lleva a pensar que a las personas nos cuesta no dormir en camas ajenas cuando no debemos hacerlo. Una opinión que comparte Giulia Cunningham, psicóloga y sexóloga, en THE OBJECTIVE: «El ser humano no es una persona monógama. No hemos sido creados para ello, lo somos por un tema de negocio y por un bagaje cultural que viene de muy atrás. El matrimonio se creó más como una empresa para compartir bienes entre dos personas, bienes que el hombre proveía».
Al final, quien más quien menos ha sido infiel o conoce a alguien que ha pecado, lo que nos lleva a preguntarnos si las relaciones éticas no monógamas son realmente en futuro o si aparecerá otra fórmula que nos guste más.