La mejor hora del día para tener sexo (y los beneficios que ello conlleva)
Si tienes pocas relaciones sexuales, no te compliques: cualquier hora es buena. Pero si eres activo, igual puedes orientar la fiesta hacia la mañana
En realidad, lector, cualquier hora para tener sexo es buena, sobre todo cuando se lleva mucho tiempo en pareja. Pero si nos ponemos quisquillosos, hay una que destaca sobre las demás. En esta, los orgasmos, las sensaciones, el deseo y el disfrute, en definitiva, se maximizan.
Y si no eres una persona diurna, esto no te va a gustar. Según una encuesta reciente realizada por la compañía británica Forza Industries, el mejor momento para tener relaciones sexuales es poco después de despertarte.
El mejor momento para tener sexo: 45 minutos después de despertarte
Los resultados han demostrado que el sexo es muchísimo más placentero si se disfruta poco después de despertarse. En concreto, 45 minutos tras poner el primer pie en el suelo. ¿La razón? «El nivel de energía está en su punto más alto después de toda una noche de descanso, lo que significa que ambos miembros tienen más resistencia», explican los responsables del estudio.
Comenzar el día teniendo sexo (y muy buen sexo) no sólo es bueno en el momento, sino también en las horas posteriores. La encuesta ha revelado también que la mayoría alcanzamos el nivel máximo de estrés en torno a las 10:45 horas de la mañana, y, si nos desfogado antes de salir de casa, este pico será menor y, por tanto, es menos probable que tengamos un día malo.
Iremos felices a la oficina, saludaremos al inútil de administración e invitaremos a café a la cotilla de marketing; la bandeja de entrada del email nos parecerá poca cosa; abriremos con gusto nuestro tupper con comida mediocre cocinada la noche anterior; y, en definitiva, tendremos ese aura especial y vibrante que únicamente tienen las personas que han hecho arroz hace poco. Y todo ello gratis; no se puede pedir más.
Dos complicaciones importantes
El primer punto complicado del asunto es que hay que madrugar un poco más que de costumbre para cumplir con la misión, así como coordinarte matutinamente con tu compañero sentimental. Pero, en fin, si es para tener un coito sensacional y un orgasmo fuerte, ¿qué más da adelantar la hora del despertador?
El segundo y no por ello más importante punto complicado radica en la diferencia entre mujeres y hombres, siempre que hablemos, evidentemente, de sexo heterosexual. Normalmente, ellas tienen más deseo sexual según va avanzando la jornada, ya que cuando se levantan, su organismo está aún adormecido y el nivel de melatonina, la hormona del sueño, es mucho más alto que en ellos.
Esto ocasiona que las féminas, por normal general, tarden más en despertarse y, por tanto, en querer marcha en horizontal. En los hombres sucede justo lo contrario, pues por las mañanas sus hormonas sexuales están disparadas, revolucionadas y piden acción. Por eso, ellos prefieren hacer el amor entre las 6 y las 9 de la mañana, esto es, justo lo que dice la mencionada encuesta.
Ellas, en cambio, prefieren intimar a partir de media mañana, que es cuando su cuerpo está más receptivo al sexo. Un deseo que aumenta mucho por la noche, que es justo cuando a ellos no les apetece nada de nada.
A todo esto se suma que la libido de las mujeres suele verse condicionada por su estado anímico y el momento del mes en el que se encuentren (ojo a los procesos de ovulación), una variación que no ocurre en los hombres, cuyo deseo sexual suele ser constante a lo largo de la semana.
Entonces, ¿qué hacemos? No te agobies, esto sólo son datos y es lo que suele suceder en la mayoría de los casos y en la mayoría de los días, pero aunque ella sea nocturna sexualmente, algún día, evidentemente, le apetecerá fiesta mañanera. Y si él odia madrugar, seguro que algún día hará el esfuerzo en pro de un orgasmo de cine.
Sea como fuere, lo ideal es conocer a la pareja, sus ritmos, sus gustos, sus deseos. Y en función de eso, hacerlo cuando mejor os venga a ambos.