Protector solar: claves para saber elegir (y usar) el producto ideal para tu piel

Con la llegada del calor y las vacaciones, a todos nos apetece ponernos bajo los rayos de sol para tomar esa dosis de vitamina C que necesitamos y poder presumir de bronceado. Por este motivo, estamos en la época en la que la compra de protectores solares se dispara. Usar este tipo de productos no es negociable, pero tan importante como utilizarlos es saber escogerlos.

Si la aplicación del protector solar es solo un paso que realizas ocasionalmente, lo más seguro es que te olvides de él la mayoría de los días. Es hora de poner este cosmético en el lugar que se merece y aplicarlo diariamente ahora que el sol pega con más fuerza. Además, conviene conocer el significado de muchas de las palabras que los acompañan a la hora de comprarlos, como saber qué es el SPF, el amplio espectro o los distintos formatos. Solo así sabremos elegir el perfecto para nuestro tono y tipo de piel.

Otra idea que se ha puesto de moda es conseguir un bronceado sostenible. La mentalidad eco se hace cada vez más patente en cada paso de nuestro día a día y la cosmética no es una excepción. En la actualidad, unas 14.000 toneladas de protectores solares al año terminan en nuestros océanos, lo que deteriora cada vez más el planeta en el que vivimos. 

Desde THE OBJECTIVE te vamos a dar todas las claves necesarias para acertar con tu elección del protector solar. Piensa que se trata de toda una inversión ya que lo que te gastes en protección será un dinero ahorrado en futuras cremas antiarrugas o tratamientos de belleza. El protector es el cosmético que nunca debe faltar porque es fundamental para prevenir el envejecimiento de la piel.

¿Qué es el SPF?

Lo primero que llama la atención a la hora de enfrentarnos a las distintas opciones de protectores solares son las letras SPF. Son las siglas en inglés de Sun Protection Factor, es decir, el factor de protección solar contra los rayos UVB. El número que aparece al lado indica la medida en que protegerá la piel contra las quemaduras solares. Cuanto mayor sea, mayor será también la protección que ofrece.

Tenemos que tener en cuenta que ningún filtro protege al 100%, siempre hay un pequeño porcentaje de rayos que inciden en nuestra epidermis. El número solo se refiere al tiempo que le llevaría al sol quemar tu piel, en comparación con la cantidad de tiempo que tardarías en quemarte sin protector solar. «Por tanto, con un SPF 30 tardarás 30 veces más en quemarte que lo que tardas habitualmente sin protector solar», explica Esperanza Sáenz, responsable de la firma Nezeni Cosmetics.

Se recomienda aplicar, como mínimo, un protector con SPF 30. En las pieles claras, con pecas o manchas, bebés, niños y embarazadas, es preferible utilizar siempre SPF 50 o superior. Además, en épocas de alta exposición, como las vacaciones en la playa, los expertos siempre van a recomendar este último. Un índice de protección más alto no significa que nos proteja más, sino que lo hace durante más tiempo.

Además, hay que fijarse en que el producto tenga un de amplio espectro que proteja de los rayos UVA, UVB, los infrarrojos e, incluso, de la luz azul. Los rayos UVA son los responsables de provocar un envejecimiento prematuro de la piel con la aparición de arrugas y manchas. Los infrarrojos potencian los efectos nocivos de los rayos UV acelerando los signos de la edad. Por último, la luz azul, también la de los dispositivos electrónicos, tiene consecuencias negativas para la piel como un aumento de la sequedad o la destrucción del colágeno.

También hay que fijarse que cuente con el sello CE en el envase, un identificativo exclusivo de los productos sanitarios que garantiza que ha pasado los controles a nivel europeo que demuestran su eficacia y seguridad.

Cómo elegir el mejor protector solar

Para poder elegir el protector solar ideal debemos de tener en cuenta solo tres factores:

• El tono de piel: las personas con una tez más oscura suelen tener problemas para encontrar un producto que no deje un aspecto blanquecino en su piel. «Lo ideal es elegir un producto que combine filtros químicos, físicos y biológicos que logre un acabado transpararente y mate en todos los tipos de piel», recomienda Esperanza Sáenz.

• Tipo de piel: si la tez es grasa, se debe elegir una fórmula sin aceite para impedir que aparezcan brillos. Los cutis secos se beneficiarán de una composición más hidratante. Por su parte, las personas con piel sensible deben considerar un producto suave y respetuoso con la dermis que no contenga fragancias químicas, ni parabenos, ni sulfatos. La protección es indispensable en pieles con acné para evitar que queden manchas o cicatrices. Para ellos, es esencial usar fotoprotectores específicos que sean oil free, para que no aporten grasa, y no comedogénicos, para que no taponen los poros.

• El formato: debemos de fijarnos en el tipo de consistencia y textura del protector. Las lociones tradicionales tienden a ser más espesas que los geles y las espumas. Son más fáciles de ver al aplicar pero contienen más grasa y generan más brillos. Los aerosoles son cómodos de usar, livianos y se secan rápidamente pero, al ser invisibles, podemos dejar áreas desprotegidas, además de que  pueden ser peligrosos si los inhalas accidentalmente. Si se aplica en maquillaje, son perfectos los protectores en polvo, pero se recomienda una buena capa para conseguir los valores de SPF que marca el envase. Los aceites son emolientes, por lo que evitan la evaporación del agua, mientras que las cremas son hidratantes y aportan agua.

Las dudas más frecuentes

La protección solar es indispensable todo el año pero, cuando llega el verano, aún es más importante. Los rayos UV son más fuertes y pasamos más tiempo al exterior, por lo que es el momento de llevar siempre encima una buena fotoprotección. La farmacéutica Belén Acero, titular de la Farmacia Avenida América, nos ofrece algunos consejos que no debemos de olvidar.

PREGUNTA. ¿Por qué hay que protegerse del sol?

RESPUESTA. Los rayos UV tienen efectos nocivos, provocan quemaduras, cáncer de piel, manchas y envejecimiento prematuro. Por eso es esencial exponerse a él siempre con protección.

P. ¿Cómo debemos de aplicarlo?

R. Es importante aplicar la protección 10 minutos antes de exponerse al sol y reaplicar cada dos horas, o antes, si nos bañamos, sudamos en exceso o nos secamos con la toalla. Hay que ser bastante generosos con la crema. Para el rostro puedes tomar como referencia esta medida: dos líneas extendidas en dos dedos. Si utilizas fotoprotección en spray o bruma, necesitarás al menos 12 pulverizaciones en cada zona del cuerpo.

P. ¿Se puede usar el mismo protector en la cara que en el cuerpo?

R. Algunos productos están formulados para ello, pero recomiendo usar productos diferentes. Las texturas de los solares corporales son más densas y nutritivas y en el rostro pueden resultar incómodos e incluso provocar grasa y brillos. Los protectores faciales incluyen además principios activos que ayudan a hidratar, combatir las manchas, evitar los brillos, etc.

P. ¿Cómo se combina la protección solar con el maquillaje?

R. La protección solar siempre será el último producto de la rutina facial antes del maquillaje. Otra opción es utilizar un maquillaje con protección o un protector solar con color. No hay que olvidar que hay que reaplicar la protección solar, aunque la piel esté maquillada. Para hacerlo de forma sencilla, podemos recurrir a los productos en bruma o stick.

Recomendaciones a tener en cuenta

La doctora Estefanía Arredondo, directora médica del laboratorio Olyan Farma, nos aporta más claves fundamentales para usar la protección solar de manera correcta, así como los ingredientes ideales y otros cosméticos que son buenos aliados.

Lo primero que tenemos que tener claro es que es igual de importante protegerse en verano que en invierno, en días soleados que en días nublados. «De hecho, debido a la falsa creencia de que el sol del invierno no es perjudicial, los filtros solares se usan menos o no se usan, dejando que se produzcan los efectos nocivos del sol sobre nuestra piel», asegura la experta.  

Es cierto que durante el verano las horas de máxima exposición solar aumentan y la cantidad de radiación recibida es mayor, pero eso no hace que sea menos importante proteger la piel durante el invierno. En esta época de frío debemos seguir aplicando protección en las zonas expuestas como el rostro. 

Además de un filtro solar UVA/UVB, y que sea resistente al agua, es importante fijarse en que contengan algunos componentes hidratantes, como el ácido hialurónico que hidrata desde las capas más profundas, e ingredientes calmantes, como el betaglucano, que disminuye el enrojecimiento o la irritación y es rico en antioxidantes. También son muy interesantes los activos calmantes, cicatrizantes y antiinflamatorios, como la caléndula. 

Tras tomar el sol es bueno el uso de cremas específicas para reparar los tejidos que puedan estar dañados. Este tipo de productos cuentan con ingredientes que restauren la barrera cutánea como son la manteca de karité, urea o aceite de coco. También tienen componentes refrescantes, como el mentol, para aumentar la sensación de bienestar tras una jornada de exposición a los rayos soleres. Es muy recomendable que incluyan activos calmantes, como la caléndula o el azuleno; y regenerantes como el pantenol. Con estos productos after sun podremos conseguir que la piel esté sana y bonita tras las exposiciones solares veraniegas.

Tomar el sol no implicará ningún riesgo si sigues todos estos consejos y recomendaciones de los expertos.