Cuatro beneficios de los lácteos para tu salud en verano
Leche, yogur, quesos, batidos… El mundo que deviene a través de estos alimentos nos permite tener un poquito más de bienestar en verano si sabemos cómo consumirlos
Sea en forma de leche, de yogur, de batidos o de quesos, las alternativas de los lácteos cobran una importancia vital durante el verano en la dieta de menores, adultos y ancianos. Salvo en los ejemplos de personas que puedan ser alérgicas a la lactosa —el azúcar de la leche— o a su proteína, amén de otras opciones que eviten el consumo de lácteos por otras cuestiones como pueden ser las dietas veganas o vegetarianas, la realidad es que podemos tener en ellos un aliado muy veraniego.
Fuente habitual de calcio y también una forma muy sencilla de aportar proteínas de alto valor biológico a la dieta, la presencia de ciertos lácteos en nuestras rutinas veraniegas puede ser muy positiva. Sobre todo cuando tenemos en cuenta que nuestras apetencias estivales en cuanto a sentarnos a comer varían bastante, alargando el tiempo entre comidas o incluso esquivando alguna de ellas. Una situación que, cuando tenemos menores a nuestro cargo, también invita a prestar más atención.
No solo sucede que las rutinas se alteren y dejemos de comer, sino que también es muy posible que lo que comamos no sea tan sano o beneficioso como solemos hacer. A ello se suma una inapetencia reiterada, provocada por el calor, que provoca que ingiramos menos cantidad de alimentos o que la desgana se apodere de nuestros estómagos. Este mezcla de desidia interna y externa también nos complica la tarea ante el momento de ponernos a cocinar, razón por la que la inclusión de ciertos lácteos en nuestro día a día veraniego nos puede echar un capote.
En cualquier caso, incluir lácteos en los menús veraniegos no es solo una cuestión de ver sus beneficios, sino también de leer a veces cierta letra pequeña. No todos los lácteos son iguales, como puede resultar obvio comprobar. En ocasiones, vamos a encontrar algunos con azúcares añadidos, sobre todo en yogures y batidos, que no se van a convertir en la panacea. En otras, como puede suceder con ciertos tipos de quesos, lo que pasará será que se disparen las cantidades de grasas o de sal que incluyan, como es el caso de los quesos especialmente añejos y maduros.
Beneficios del consumo de lácteos en verano
Siempre que pensamos en lácteos la vista se nos suele ir detrás de sus valores en calcio, mineral fundamental para mantener una buena salud tanto de huesos como de dientes, pero el calcio también se asocia a otros beneficios que, en verano, pueden ser más que relevantes contar contar con ellos.
También sucede con algo tan aparentemente evidente como es la hidratación, si bien es cierto que tampoco debemos excedernos en el consumo de lácteos como sustituto del agua, ya que no cumplen la misma función. A eso hay que recordar las propiedades saciantes que los lácteos pueden tener y la curiosa forma en la que también pueden proteger la salud de nuestra piel.
Mantener la hidratación
Resulta evidente pensar que ciertos lácteos como podrían ser los yogures o los batidos juegan una doble función. Por un lado son nutritivos, siempre y cuando no pequemos con el azúcar que incluyen, pero también son una forma sencilla de mantenerse hidratados en verano. Especialmente interesante cuando hablamos de menores de edad, recurrir a un yogur natural durante la media mañana o por la tarde, a modo de merienda, también es una manera de mantener cierta hidratación.
No es el mismo caso el que nos aborda con quesos y productos sólidos que han sido deshidratados por el tiempo donde el contenido en agua ha mermado considerablemente. Sí es una opción recurrir a la leche, que en función de nuestra edad o preocupación por la ingesta de grasas podría variar desde desnatadas a enteras, pues alrededor del 90% de ésta corresponde al agua, motivo por el que un vaso de leche de 200 mililitros (una ración) sería una buena forma de hidratarse.
Un aliado para dormir mejor
Es cierto que las noches de verano no suelen ser las más fáciles del año, al menos en lo que a pegar ojo se refiere. Por un lado están los nuevos hábitos que vamos incorporando, que trastocan las rutinas habituales, y a ciertas tendencias, como cenar tarde o consumir cierta cantidad de alcohol, que se dedican a torpedear el descanso nocturno.
No hace falta tampoco recordar que el verano y las altas temperaturas tampoco son los mejores amigos del descanso. Por eso existe el llamado estrés térmico nocturno, que nos impide dormir con regularidad debido a las altas temperaturas. No es que los lácteos vayan a ser un remedio infalible para subsanar esto, pero sí podemos apelar al triptófano que está presente en la leche por ejemplo. Este aminoácido esencial se encarga de liberar la serotonina, una hormona que tiene entre sus virtudes la regulación del sueño, así que podríamos tener en ellos a blancos socios con los que intentar dormir mejor.
Productos saciantes
A veces pasa inadvertida la función que ciertos lácteos, por ligeros que parezcan, tienen como elementos saciantes. La fortuna de los lácteos está en que son alimentos, generalmente, ricos en proteínas, llegando incluso a extremos como pueden ser los del queso proteico del que ya os hemos hablado en algunas ocasiones.
Gracias a la facilidad de consumo que una ración de queso podría tener (unos 30 gramos), podríamos estar ingiriendo proteínas de alto valor biológico (alrededor del 35% de un queso curado supone proteínas) sin apenas esfuerzo en un gesto tan sencillo como el aperitivo o un picoteo de media mañana.
Beneficio extra para la salud de tu piel
En un inesperado segundo plano pero fundamental cuando hablamos del verano, ciertas vitaminas como la D y la E cobran capital importancia en el cuidado de la piel. La sobreexposición solar y el envejecimiento celular pueden ser causas a largo plazo de ciertos melanomas para los que conviene prevenir.
La ventaja de los lácteos en este caso llega por la protección que la vitamina D ejerce de la piel, además de facilitar la absorción del calcio. Por el otro, si hablamos de vitamina E, hay que avalar la capacidad que esta vitamina tiene a la hora de regenerar la piel, previniendo su caída y ayudando a mantener el bronceado por más tiempo.