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Técnicos militares trabajan en obtener raciones alimenticias sacadas literalmente del aire

La finalidad última no es otra que la de otorgar independencia logística en destinos de difícil o costoso acceso, así como para situaciones de catástrofe

Técnicos militares trabajan en obtener raciones alimenticias sacadas literalmente del aire

Diego González (Unsplash)

La mitología griega cuenta que la cabra Amaltea crió con su leche a Zeus. De niño no tenía un balón sino rayos, y mientras jugaba con uno, el niño dios rompió por accidente uno de sus cuernos. Para compensarla, Zeus confirió al cuerno roto el poder de que a aquel que lo poseyera se le concediese todo lo que deseara. De ahí surgió la leyenda del cuerno de la abundancia, la cornucopia, y este es el nombre que ha elegido Darpa para denominar a su último proyecto: una mágica e inacabable fuente de alimentos nutritivos y sabrosos procesando aire. Pero tras esta jugada que parece propia de Harry Potter hay mucha ciencia. No solo de aire vive, o vivirá el hombre, sino también de electricidad, agua, y una suplementación mínima o casi nula de bacterias y microbios.

La idea en la que trabaja el laboratorio de ideas del ejército estadounidense es que esto acabe sirviendo de cocina de campaña para sus tropas destinadas en lugares alejados de sus bases. La finalidad última no es otra que la de otorgar independencia logística en destinos de difícil o costoso acceso, o para ayudar en situaciones de emergencia donde resulta complicado mantener un flujo de carga constante.

La magia

La ecuación aplicada es bien sencilla: llevar comida a donde se la necesita es lo normal, pero siempre será mejor ‘crearla’ in situ y de manera autónoma. Ya hay varios equipos trabajando en desarrollar la producción de biomasa microbiana compuesta por los cuatro macronutrientes de la dieta humana: proteínas, carbohidratos, grasas y fibra dietética. Estos cuatro componentes han de mezclarse en las proporciones necesarias para que se ajusten a los requisitos diarios de una nutrición completa.

Los resultados se obtendrán en diversos formatos alimenticios, como batidos, barritas, geles, y cecinas. El producto resultante sería de aspecto y textura similar a los artículos dietéticos. Todos ellos han de cumplir los requisitos energéticos militares y de palatabilidad en un sistema de producción diseñado para minimizar la cantidad de ingredientes necesarios. No solo eso, sino que al mismo tiempo debe ser un proceso sencillo, de fácil manipulación, y cuya huella de carbono y desechos industriales sean mínimos.

La teoría en que se sustenta estriba en que a diario consumimos miles de millones de microbios y bacterias. Están en quesos, panes, yogures y otros muchos alimentos basados en la fermentación. Desde un punto de vista químico, se generan a partir del proceso de carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno. De un tiempo a esta parte, el mercado comercial se ha visto invadido por decenas de productos centrados en las proteínas y basados en este principio. Hoy día una persona puede nutrirse de acuerdo con sus necesidades básicas en ausencia de carne y lácteos sin problema alguno. El proyecto pretende desarrollar la ciencia de esta idea y llevará un paso más allá.

El cuerno de la abundancia

Cornucopia se centra en dos escenarios de uso básicos: en primer lugar, proporcionar todos los nutrientes necesarios a una pequeña unidad militar de combate desplegada en un entorno austero durante al menos cuarenta y cinco días. Para esto se necesitaría un dispositivo que debería caber en la parte trasera de un todoterreno de grado militar, tipo Vamtac o Humvee. El segundo escenario, donde esta solución sería aprovechable, es en situación de ayuda humanitaria y socorro en caso de catástrofe. Para ello, los mecanismos necesitarían al menos cuadruplicar su tamaño, con lo que podría abastecer a un centenar de personas durante al menos tres semanas. Para ello serían necesarias cuatro unidades como las descritas en el esquema anterior, que deberían caber en un contenedor estándar de 20 pies, o lo que es lo mismo, la trasera de un camión pequeño.

Darpa ha seleccionado cuatro enfoques de investigación, todos ellos distintos. El sistema, básicamente, utilizará energía eléctrica para separar el agua en hidrógeno y oxígeno aprovechables; a cambio cosecharía nitrógeno y carbono depositados en el aire. Este es el principio energético, común para todos los desarrollos, pero luego está la parte química, y hay cuatro líneas de investigación:

Una es la de usar organismos adaptados para producir una materia prima rica en glucosa y amonio a partir de aire, agua y electricidad es una. Otra utiliza cultivos de oxihidrógeno con alto contenido proteínico y microalgas que genera alimentos ricos en carbohidratos. Este procedimiento se caracteriza por usar la extracción de nitrógeno del aire mediante plasma, y el dióxido de carbono capturado de los gases de escape de los generadores. Una tercera vía emplea el dióxido de carbono y el nitrógeno en sustratos orgánicos que posteriormente se alimentan a microbios especializados en la producción de alimentos cargados de proteínas, hidratos de carbono, grasas y fibras. El último camino pretende establecer una cepa de bacterias apta para la producción rápida y escalable de materia orgánica a partir de procesos aéreos y electroquímicos. 

Todos los proyectos están conectados con prestigiosas universidades como son la Johns Hopkins, la estatal de Carolina del Norte, Urbana-Champaign en Illinois, la de Harvard o compañías con experiencia en la materia como Meridian Biotech, SRI International, Kiverdi, Inc., Air Protein, Inc. y Nitricity, Inc. Esta amalgama de materia gris ha entrado en una carrera por crear una cornucopia real, el cuerno de la abundancia en el que, con una aportación mínima, obtengas un beneficio máximo.

Puede representar el futuro de la alimentación para un planeta que se calcula que alcanzará los 12.000 millones de habitantes en 2050. El conejillo de Indias serán los soldados. Cuando Cornucopia se haya extendido a varios ejércitos, con toda probabilidad, en el frente harán lo que hacen hoy: intercambiar sus raciones. Dicen que las más cotizadas son las de los españoles, que son las que mejor saben…

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