La cosmética natural, a debate: ¿es realmente tan buena como parece ser?
Aunque lo natural siempre parezca la mejor opción, algunos expertos defienden el uso de los cosméticos industriales argumentando que son más efectivos
En los últimos tiempos la cosmética se ha unido a la fiebre por la sostenibilidad y la defensa de lo natural. Cada vez son más los clientes que se fijan en la composición de los productos cosméticos antes de comprarlos en busca del porcentaje de ingredientes naturales o los sellos que certifiquen su autenticidad. Ante esta gran demanda, las marcas se han puesto al día para sacar nuevos productos que encajan en estas cestas de la compra bio.
Con la misma rapidez con la que la cosmética natural ha triunfado, también se han alzado voces contrarias que critican este tipo de productos y defienden que no son tan buenos y efectivos como la publicidad nos hace creer. Además, algunos expertos, como por ejemplo la OCU, alertan a los consumidores que no todo lo que se nos vende como natural lo es, por lo que aconsejan tener los ojos muy abiertos para que no nos den gato por liebre.
Los detractores de la cosmética natural advierten que es imposible que funcione y que no es tan efectiva como los productos que salen de los laboratorios. Entre sus recomendaciones está el no dejarse guiar por el porcentaje de ingredientes naturales cuando estemos comprando cosméticos.
Estos dos frentes han comenzado una batalla y el cliente es el responsable de decantarse por uno u otro bando. Para que puedas tener más información, desde THE OBJECTIVE nos hemos puesto en contacto con representantes de ambas tendencias para crear un diálogo sobre los cinco aspectos que más debate suscitan en torno a la cosmética natural.
La cosmética natural, a debate
En nuestro debate damos eco a las declaraciones de Estefanía Ferrer, fundadora y CEO de la compañía cosmética LICO. Ella es una de esas voces contrarias a la cosmética natural que invita al consumidor a replantearse todas las afirmaciones que recibimos por parte de otras firmas o por la publicidad.
Al otro lado del ring nos encontramos con Estela Cuadrado. Ella es fundadora y CEO de otra firma cosmética, Ártica Bio. Esta marca es la primera empresa de cosméticos españoles que ha obtenido la máxima categoría de la certificadora Bio Vida Sana y todos sus productos cuentan con la distinción EcoPlus.
También tenemos el punto de vista de la firma cosmética natural Ringana, una marca austriaca que surgió hace más de 25 años con el propósito de eliminar todos los ingredientes innecesarios para conseguir unos cosméticos frescos y seguros.
Con estos tres invitados vamos a seguir los cinco aspectos que mayor debate generan sobre la cosmética natural viendo cada punto de vista. De esta manera, nos será más sencillo crear nuestra propia opinión.
1) La cosmética natural no existe
«La cosmética 100% natural realmente no existe», arranca la fundadora de LICO. Su razonamiento se basa en que, a día de hoy, no existen conservantes y estabilizantes en el mercado que sean capaces de asegurar las condiciones óptimas para los cosméticos sin la incorporación de productos químicos.
Lejos de ser una moda, la cosmética natural ha venido para quedarse
Estela Cuadrado opina todo lo contrario: «La cosmética 100% natural no solo existe, sino que es una realidad y una tendencia al alza». Buena prueba de ello es que cada vez son más las marcas de cosmética tradicional que apuestan por líneas donde los ingredientes naturales son los protagonistas. «Lejos de ser una moda, la cosmética natural ha venido para quedarse», asegura.
Entrando en el debate de las formulaciones, defiende que es posible crear cosméticos 100% naturales utilizando en ellos conservantes, emulsionantes y estabilizantes de origen natural para garantizar unas condiciones óptimas de uso y conservación. Lo que suele ocurrir es que su caducidad es inferior a la de la cosmética convencional. Un cosmético natural puede tener una fecha de caducidad de 18-24 meses, tiempo suficiente para su consumo, mientras que la cosmética industrial ofrece alternativas inalterables con el paso del tiempo.
«Por usar un simil, un tomate caducará antes que un alimento procesado como puede ser el kétchup. La pregunta que debemos hacernos es: ¿quiero alimentarme a base de kétchup o prefiero el tomate natural? ¿Qué es más sano y saludable para mí?», explica la fundadora de Ártica Bio.
El margen entre una y otra postura está en la clave que nos ofrece la firma Ringana desde nos explican que no existe una definición única para el término natural. Por tanto, decir que algo no es 100% natural depende de qué concepto se utilice.
2) No sirve para las grandes problemáticas
El uso de extractos naturales, aceites y mantecas ofrecen excelentes propiedades naturales y mejoran la hidratación y jugosidad de tu piel pero, según los expertos de LICO, no llegan a mejorar las arrugas, manchas u ojeras. «Por eso la cosmética compuesta solo por elementos naturales no es realmente efectiva», defienden.
Según los expertos de Ringana, estas imperfecciones sí que pueden tratarse con cosmética natural. «¿Que existen ingredientes convencionales que pueden otorgar un efecto más rápido o con menos cantidad? Por supuesto», responden los responsables de la firma.
«La cosmética natural no solo es altamente efectiva sino que además sus efectos son duraderos en el tiempo», defiende Estela Cuadrado. En cosmética industrial es frecuente el uso de ingredientes que ofrecen efectos inmediatos, pero de corta duración. Por el contrario, en la natural, el objetivo real es ser efectivo, eficaz y cuidar la piel de una manera sana, saludable y con efectos duraderos. Lo único que aquí debemos tener un poco más de paciencia para conseguir resultados, pero serán duraderos en el tiempo.
3) Necesita de laboratorio para ser eficaz
Los detractores de las firmas que se venden como 100% naturales defienden que los cosméticos necesitan de la tecnología para poder conseguir resultados. Además apuestan por las marcas de laboratorio porque, al invertir en innovación y desarrollo, consiguen mejores resultados.
Desde Ártica Bio nos informan que actualmente se tiene que cumplir la normativa europea de fabricación de productos cosméticos y todos los cosméticos naturales deben de ser fabricados en un laboratorio acreditado. Pero existen laboratorios especializados en cosmética natural y ecológica donde se siguen todos esos estándares de calidad y los controles internos.
«El proceso de formulación de un cosmético natural es igual que en cosmética industrial. Desde la creación de la fórmula, la selección de las materias primas, los ensayos de estabilidad y eficacia, pasando por los test clínicos en piel para garantizar su seguridad y eficacia», aseguran desde la marca natural. La diferencia entre unos y otros reside en la materia prima y en los procesos de elaboración empleados en los productos.
La cosmética de calidad siempre va a necesitar de un laboratorio y de científicos cualificados, sea cosmética natural o convencional. De lo contrario, no conseguirán productos eficaces. «Los cosméticos naturales y sus ingredientes necesitan pasar por un procesamiento de algún tipo para ser efectivos. Pero esto pasa hasta con el agua potable», aseguran desde Ringana.
4) Natural no significa inofensivo
Los ingredientes naturales que encontramos en algunos cosméticos naturales pueden ser perjudiciales si la concentración introducida en la fórmula no es la adecuada. Incluso pueden producir efectos secundarios en la piel que van desde las irritaciones cutáneas hasta la toxicidad.
«Obviamente, natural no significa inocuo. Por poner un ejemplo llevado al extremo, la cicuta es una planta y es, con toda probabilidad, el veneno más famoso de la historia», explica Estela Cuadrado. Todos los ingredientes cosméticos, independientemente de su origen, deben ser estudiados y analizados antes de incorporarlos a una formulación. Además, el cosmético final es sometido a ensayos que garantizan su seguridad antes de su comercialización. «Cabe destacar que, en estos estudios, los cosméticos naturales siempre arrojan mejores datos», añade.
Así que, lo que garantiza la calidad y seguridad de un producto, es la empresa que lo fabrica y su riguroso control de calidad. «Lo mismo pasa en cosmética convencional. Puede tener ingredientes convencionales y ser fabricado o formulado de forma no segura», señalan desde la firma Ringana.
5) No lo apoyan los estudios científicos
Según la empres LICO, todos los estudios científicos existentes hasta la fecha demuestran que la cosmética natural consigue unos resultados menos eficientes. Pero Estela Cuadrado lo debate: «Es totalmente falso, cada vez son mayores los estudios que certifican la eficacia y efectividad de la cosmética natural».
Cada vez son más las marcas que quieren apostar por la cosmética natural porque ha quedado demostrado que tiene múltiples beneficios. «En mi caso, tengo cientos de reseñas de clientes donde resaltan la eficacia de mis cosméticos y la gran mejoría lo han notado al sustituir sus cosméticos habituales por los de Ártica Bio», asegura Cuadrado.
Hace cinco años la cosmética natural no tenía tantos avances como hoy en día
La clave está en los estudios que se pongan sobre la mesa, de cuándo se realizaron, quién los hizo y en comparación a qué. «Hace cinco años la cosmética natural no tenía tantos avances como hoy en día», confiesan desde Ringana. Los expertos coinciden en afirmar que, debido a los avances científicos, y al aumento de la demanda del público por la cosmética natural, los ingredientes y los productos serán aún mejores dentro de otros cinco años.
¿Cosmética natural o industrial? En tus manos queda elegir qué tipo de productos quieres utilizar para el cuidado de tu piel o tu cabello. ¿En qué bando te posicionas?