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Calorías vacías: qué son, en qué alimentos se encuentran y por qué son un peligro en verano

Fiestas, alcohol, nuevas rutinas, mucho calor… Todos los caminos llevan a la misma e ingrata Roma nutricional

Calorías vacías: qué son, en qué alimentos se encuentran y por qué son un peligro en verano

Una mujer comiendo un helado

Un runrún por partida doble salpica a nuestro verano. Por un lado, el del reloj que advierte de que los días empiezan a ser más cortos. Por el otro, el de nuestro estómago rugiendo cuando las calorías vacías se convierten en el pan nuestro de cada día. El verano es la época de los excesos —con permiso de la Navidad— y de las calorías vacías.

Pasan desapercibidas en la forma en las que las ingerimos, pero lo que no dejan de pasar es factura. Especialmente cuando volvemos a la rutina de septiembre y comprobamos que, sin haber comido de más, nos presentamos ante la báscula con unos gramos o kilos de más.

También es cierto que cuando el verano y las vacaciones aparecen por la puerta, las rutinas alimenticias saltan por la ventana. Comidas a deshoras, caprichos, antojos o falta de apetito se suman en un cóctel que invita a que las calorías vacías sean las reinas de un baile poco saciante pero muy calórico que es del todo indeseable.

Casi podría ser una canción del verano, pues las calorías vacías son muy recurrentes en este período, aunque debemos tener claro que no son exclusivas de las vacaciones. Ponerles cara, saber qué son, dónde las encontramos y por qué nos hacen poco bien —y por qué abundan en verano— resulta relevante para no llevarse sustos.

Qué son las calorías vacías

Dos jóvenes comen helados, una fuente habitual de calorías vacías
Los helados, típicos del verano, suelen ser una fuente de calorías vacías. ©Freepik.

El concepto de calorías vacías no entiende de estación y tampoco es un concepto clínico. En esencia, nos referimos a alimentos o productos que tienen una cantidad elevada de calorías pero no están aportando un valor nutricional significativo o relevante. De esta manera, podríamos calificarlos como alimentos de baja densidad nutricional en contrapartida de lo que llamamos alimentos de alta densidad nutricional, de los que ya te hablamos en THE OBJECTIVE.

De manera muy somera, las calorías vacías van a venir en alimentos que son ricos en azúcares añadidos, en grasas poco saludables y bajos en micronutrientes como vitaminas y minerales, además de tampoco ser importantes en proteínas o en fibra. Como es evidente, el abuso en la dieta de las calorías vacías podría afectar negativamente a la salud.

Entre los campos de batalla, elementos de sobra conocidos. Aumento de peso, posibilidad de desarrollar enfermedades como la obesidad y el sobrepeso y las que a estas se vinculan. Diabetes tipo 2, además de problemas cardiovasculares entran en la orden del día de todo lo que se vincula con la obesidad. Del mismo modo, el abuso de las calorías vacías —sobre todo depende de dónde provengan— pueden marcar un desequilibrio nutricional complicado.

Este consumo excesivo podría llevar a una sensación de hambre constante, que iría aparejada a una falta de energía al carecer de nutrientes esenciales en detrimento de, generalmente, azúcares añadidos e hidratos de carbono simples que crean una falsa sensación de energía.

Dónde aparecen las calorías vacías

No es difícil saber dónde se esconden las calorías ocultas. En la mayoría de casos bastará con dar la vuelta a las etiquetas de nuestros alimentos y comprobar cuánto azúcar, grasas saturadas o sal tienen. El último valor no es tan relevante para medir calorías vacías, pero sí para comprobar que deberían ser alimentos de consumo esporádico.

Un niño come patatas fritas
Los cambios de rutina pueden afectar a abusar de ciertos alimentos. ©Freepik.

Aun así, hay elementos muy fácilmente identificables. Bebidas azucaradas como refrescos, zumos de frutas, bebidas energéticas o cócteles dulces se llevan la palma. Dentro de lo sólido, más de lo mismo: galletas, golosinas, caramelos, chocolate, helados, repostería… Y en el otro escalón, el abuso de snacks salados y fritos, además de comida rápida. Por último, no perdamos de vista al alcohol, que es por sí solo una fuente de calorías vacías que, además, puede aumentar si lo emparejamos con refrescos.

Por qué el verano es el festival de las calorías vacías

Es fácil culpar al verano de que las calorías vacías proliferen, pero la realidad es que los patrones de consumo son los nuestros. Eso no quita que haya circunstancias que inviten a una mayor laxitud de ciertas costumbres alimenticias, que van a ser la puerta de entrada para estas calorías vacías.

Los propios vacaciones y los viajes invitan a que hagamos comidas menos saludables o a que tengamos menos tiempo. Como lo que nos puede pasar en aeropuertos, estaciones o simplemente con el picoteo en hoteles o establecimientos turísticos. También cambia el tipo de ocio, aumentando el número de fiestas o reuniones sociales. En ese caso, suelen ser los procesados y las bebidas azucaradas y las alcohólicas las que llevan la voz cantante.

Un joven consume un refresco con calorías vacías
El alcohol sólo aporta calorías y ningún micronutriente o macronutriente. ©Freepik.

A ello también hay que sumar que el clima no ayuda. Por eso, invita de manera cotidiana a que helados o bebidas frías, generalmente refrescos, entren en acción. Lo mismo que sucede con el cambio de rutinas, donde este tipo de modificaciones invita también a que busquemos opciones rápidas o menos saludables.

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