Álvaro M. Leiro, un cesteiro de lujo
CLASSPAPER visita su taller, donde crea tesoros de paja, junco, xesta (retama)… confeccionados a la manera tradicional
En el centro de un valle que podría ser el paisaje de un cuento vive, en la misma casa en la que nació, Álvaro M. Leiro (4 de diciembre de 1956). Mantiene su pequeño espacio en la parte de atrás de su casa, en medio de una típica leira (campo) gallega rodeada de helechos y frutales, donde observa cómo la naturaleza va cambiando con las estaciones. Leiro (la M. de Martínez la deja sólo para los amigos) es un hombre sencillo, que siempre ha buscado la excelencia en su trabajo y el máximo perfeccionismo.
Empezó a tejer con fibras naturales a finales de la primera década del siglo XXI para preservar una tradición que «estaba a punto de desaparecer en Galicia», rescatando las corozas, una prenda hecha con juncos y paja que protegía a los campesinos de la lluvia y cuyo origen se remonta casi a la prehistoria. Ha recuperado las técnicas de fabricación con nudos y las estructuras de esta prenda que varía entre provincias, pueblos e incluso parroquias. «Actualmente tengo 14 documentadas, y todas tienen diferencias», explica mientras muestra los meticulosos esquemas y patrones que ha realizado para diseñar cada una de ellas, y cuya confidencialidad preserva celosamente.
Su obsesión, preservar las tradiciones
Una lesión de rodilla en el 2000 le obligó a retirarse de su trabajo en el antiguo ICONA. «Me cambió la vida. Si no hubiera sido por esa lesión nunca me habría dedicado a la artesanía», reconoce. Tras hacer unos cursos de fotografía empezó a hacer fotos de naturaleza y de las tradiciones y a los artesanos gallegos. «Ahí fue cuando me di cuenta que todo aquello estaba a punto de desaparecer».
Pasado un tiempo, comenzó a hacer cestas y en esta nueva actividad, en la que fue autodidacta, su curiosidad y el análisis de las piezas tradicionales le hizo destacar en muy poco tiempo. Empezó con objetos tradicionales y poco a poco se animó a hacer otros propios. Vendía las cestas en 30, 40 o 60 euros… Ahora algunas superan los 500 euros y ya vende muy pocas.
La Fundación Artesanía de Galicia, dependiente de la Xunta, se fijó en él y lo seleccionó para sus muestras. En una de esas ferias, en la localidad de A Golada, muy lejos de las pasarelas de moda y de las principales ciudades del diseño, lo localizó un cool hunter de Loewe, la marca española del grupo francés de lujo LVMH. Ese día mostraba una cesta a base de juncos que le había encargado su hija para una tienda que tenía en Barcelona. Aquel desconocido «me preguntó si la podía hacer en cuero y me pareció un reto ser el primero en hacer cestería en este material».
No fue una tarea fácil. El primer prototipo le exigió 20 horas de trabajo diarias durante varias jornadas, pero no se rindió. «Le decía: esto es una guerra entre tú y yo, y conseguí enviar un prototipo» que se transformó en el bolso bombonera Loewe Buket Fringes, en diferentes tamaños y colores, que todavía se puede adquirir, con precios que oscilaban entre 1.400 y 1.600 euros. Hoy sus hijas, Belén y Vicky son las encargadas de ayudarle, sobre todo en el difícil trabajo de crear cada nuevo prototipo de bolso para la firma de lujo, que han subido su valor hasta los más de 6.000 euros que cuesta el último modelo que comercializa Loewe.
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