Cada crema necesita su tiempo para actuar y ese puede ser un error que cometes a diario
La piel tiene unas características únicas que hacen que los cosméticos tarden más o menos minutos en penetrar
Cuando aplicamos una crema en la cara esperamos que haga maravillas, nutriendo, hidratando o rejuveneciendo. Sin embargo, nunca nos preguntamos por el tiempo que tarda realmente en absorberse y hacer efecto en nuestra piel. Tampoco nos planteamos en cómo este proceso influye en su efectividad y si en nuestra rutina habitual realizamos alguna acción perjudicial de manera inconsciente que impida conseguir los mejores resultados.
La absorción de una crema puede ser un fenómeno fascinante que involucra una interacción entre la química del producto y la biología única de nuestra piel. Un fenómeno que no es solitario ya que lo más normal es que en nuestros cuidados diarios de belleza utilicemos más de una crema, tanto por la mañana como por la noche. Sérums, hidratantes, contornos de ojos, factor solar… ¿realmente esperas lo necesario entre una y otra aplicación?
Debemos de tener en cuenta que, dependiendo del número de productos que utilicemos en el rostro, debemos esperar cierto tiempo para que se absorban todos y cada uno de los productos. Solo así lograremos que todos ellos sean efectivos y que unos no pisen a los otros. Coge el cronómetro porque desde THE OBJECTIVE te vamos a indicar los tiempos necesarios para que la piel absorba todos los activos de tus cremas.
La importancia de conocer tu piel
Para poder entender cómo y por qué la tez absorbe las cremas de cierta manera, es necesario conocer lo compleja que es la estructura de la piel. El rostro está compuesto por tres capas principales. La primera de ellas es la epidermis o barrera protectora. Es la capa más externa y, por tanto, la que es visible. Tras ella nos encontramos con la dermis. Esta sección es más gruesa, contiene fibras de colágeno y elastina y su función es proporcionar soporte y nutrición. Por último, se encuentra la hipodermis. Es la capa más profunda y está formada por un tejido adiposo que almacena energía y proporciona aislamiento y amortiguación.
Los cosméticos, cuánto más penetren en la piel, más efectivos serán. Por ello, pensarás que los ideales son aquellos que logran traspasar hasta la hipodermis. «Aunque la mayoría de cosméticos no están diseñados para penetrar hasta ella, esta capa tiene su importancia en la absorción general y en la eficacia de los productos que usamos en la piel», comenta Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma cosmética sevillana Nezeni Cosmetics.
En la absorción de las cremas influye su formulación y cómo esta interactúa con estas tres capas. El nivel más crítico es el primero, la epidermis, porque es la responsable de la absorción inicial. Para poder superarla, las firmas cosméticas trabajan con algunas propiedades de las cremas, como su tamaño molecular y sus bases que pueden ser lipídicas o acuosas.
Además, nosotros también tenemos nuestra parte de responsabilidad. La salud y el estado de cada una de las capas influyen mucho en cómo se absorbe una crema. Si la piel está seca y dañada, la absorción no será tan buena como en una tez sana y bien hidratada.
Factores que influyen en la absorción
La manera en que la piel absorbe un cosmético no es un proceso uniforme y general, está influenciado por varios factores. Entre ellos podemos incluir el tipo de cutis, la formulación y los ingredientes activos que contiene. Estos elementos son los que determinan la rapidez y eficacia con la que un producto penetra en el rostro.
Si nos fijamos en la primera de las variables, el tipo de piel, debemos de saber que un rostro seco tiene poca humedad y su barrera cutánea estará comprometida. Si la piel es grasa y produce un exceso de sebo, la absorción de las cremas va a ser más lenta. También podríamos hablar de la piel envejecida o madura. Es aquella que tiende a la perdida de elasticidad y que ha sufrido ya una disminución de colágeno y elastina.
Otro factor a tener en cuenta es el daño solar. Los rayos solares provocan alteraciones en la piel como volver más gruesa la capa córnea o ralentizar la renovación celular. Para ponerle solución, «lo ideal es usar cremas que incluyan ingredientes reparadores y regeneradores como la vitamina C o el retinol, que además ayudarán a mejorar la textura de la piel», explica la experta de Nezeni Cosmetics.
Interesante es también la formulación de la crema, que puede ser con una base de agua o de aceite. En el primer caso se incluyen las cremas y lociones que son ligeras y que suelen ser absorbidas más rápidamente. Son muy buenas para una hidratación superficial y para quiénes no busquen una sensación grasa. Las que tienen una base de aceite son más densas y ricas. Tardan más en absorberse pero la hidratación es más profunda y prolongada. Estas últimas son ideales para pieles secas o en condiciones de baja humedad.
Seis trucos para mejorar la absorción
Apunta los siguientes seis trucos de expertos para conseguir que la absorción de tus cremas sea más rápida y eficiente:
1) Masajear suavemente la crema sobre la cara con movimientos circulares facilitará que sea más efectiva. También puedes dar golpecitos con la yema de los dedos, especialmente alrededor de los ojos.
2) Una limpieza profunda es fundamental. Cuando el rostro está limpio, libre de suciedad, grasa y restos de maquillaje, el paso de los activos es más eficiente. Utilizar un limpiador suave que respete el pH natural de la piel ayuda a mantener su barrera protectora intacta. Se recomienda una doble limpieza: por la mañana y por la noche.
3) La exfoliación regular ayuda a eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie. Esto no solo mejora la apariencia y la textura de la piel, además facilita una mejor absorción. Dependiendo de tu tipo de cutis, la exfoliación puede realizarse con productos químicos o exfoliantes con partículas suaves. Una o dos veces a la semana será suficiente.
4) Aplica siempre la crema con la cara húmeda para mejorar su penetración. Por ejemplo, después de la ducha o al lavarte la cara, ya que los poros están abiertos y la piel es más receptiva. Sigue además un orden específico, primero los productos más livianos, como los serums, y luego las cremas más pesadas.
5) Usa herramientas de belleza como rodillos faciales o piedras Guasha. También puedes meter algunos cosméticos en la nevera para ayudar a calmar la irritación y reducir la inflamación, lo que puede facilitar la absorción de los activos.
6) Más cantidad de producto no significa mejores resultados. La sobreaplicación de cremas satura la piel, impidiendo la absorción adecuada y dejando un residuo graso. Es importante usar solo la cantidad recomendada.
Cuánto hay que esperar entre crema y crema
Las rutinas de belleza se basan en la aplicación de diferentes cosméticos. Capa sobre capa, se van incorporando todos esos componentes beneficiosos para la piel. ¿Esperamos lo suficiente entre una aplicación y otra? Es importante dejar pasar al menos un minuto entre la colocación de un producto y el siguiente si no queremos que la absorción se vea comprometida.
Lo esencial es comenzar con un limpiador a base de aceite para remover cualquier partícula de maquillaje. Tras este producto, no hace falta esperar ningún espacio de tiempo para continuar con la doble limpieza. Inmediatamente después podemos seguir con el limpiador a base de agua para eliminar cualquier partícula que haya podido quedar.
Tras la limpieza, le llega el turno al serum. Elegiremos una alternativa u otra dependiendo de qué necesite nuestra piel. Esta vez, sí hay que esperar. En concreto, dejaremos actuar el serum durante un minuto antes de continuar con la siguiente fase es que la crema hidratante. Este cosmético se debe de aplicar con movimientos ascendentes para poder combatir la flacidez que, a partir de los 25 años, empieza a hacer su aparición en el rostro.
La hidratante hay que dejarla actuar durante un par de minutos tras los cuales pasaremos al siguiente paso de la rutina de belleza que es el protector solar. Este producto beauty también es importante que lo dejemos reposar dos minutos sobre nuestra piel. Tras esperar este tiempo, podemos arrancar la rutina del maquillaje aplicando la base.
No pienses que ya es hora de dejar de mirar el reloj. Debes de recordar que el protector solar debe actualizarse a lo largo del día, exactamente cada cuatro horas sería lo más recomendado. Para estos retoques, nada mejor que confiar en un sistema en bruma que será rápido y no alterará el maquillaje.