Astenia primaveral: qué es, por qué aparece y cómo controlarla a través de la dieta
Determinados elementos de nuestra alimentación pueden contribuir a limitar el impacto cotidiano
La astenia primaveral es uno de los grandes clásicos que durante los primeros compases del buen tiempo aparece. Se trata de un pequeño peaje que no todo el mundo sufre. También es un lugar común en el que no solemos encontrar respuestas de cómo o por qué aparece. Lo cierto sobre la astenia primaveral es que no es una enfermedad. Tampoco un trastorno, sino más bien una sintomatología.
Acontecida entre el final del invierno y el comienzo de la primavera, lo que también sabemos de la astenia primaveral es que tiene un carácter generalmente leve y pasajero. El problema, como muchas veces sucede cuando no encontramos diagnóstico, es que nos sorprenda y no sepamos por qué acontece.
Sin embargo, es fácil identificar sus síntomas, por lo que también conviene comprender que hay formas de intentar limitar su influencia. No obstante, es fundamental comprender qué no es la astenia primaveral, especialmente para saber a qué nos enfrentamos.
Qué es la astenia primaveral
No está bien definida la causa ni la prevalencia de la astenia primaveral. En términos estrictos, astenia obedece a una sintomatología asociada al cansancio. También es conveniente entender que la astenia prolongada podría acabar derivando en lo que se conoce como síndrome de fatiga crónica.
En este sentido, la astenia primaveral sí se identifica en un período del año donde este cansancio es temporal y acontece de manera muy leve. También es conveniente comprender que suele tener una prevalencia baja, afectando a alrededor del 2% de la población, aunque pueda tener mucho más potencial.
De esta manera, se trata de una «sensación pasajera y subjetiva de cansancio, tanto físico como intelectual» que carece de una causa orgánica y que está vinculada al inicio de la primavera, pero por qué. Pues, según explica esta investigación, aparece cuando «el calor se presenta demasiado pronto y va unido a oscilaciones de la presión atmosférica y de la humedad ambiental».
No obstante, es conveniente que tengamos claro que no tiene rango de enfermedad. De hecho, la explicación está en que «parece estar relacionado con desórdenes en el mecanismo fisiológico normal de adaptación del cuerpo a las condiciones variables propias del cambio de estación». En torno a ella, lo que parece acontecer es que además aparezcan sentimientos de nostalgia, tristeza y apatía que son temporales.
Qué incluir en una dieta contra la astenia primaveral
Aunque la astenia primaveral podría tener un incremento en su prevalencia, es evidente que hay factores que pueden ayudar a cierta prevención. En este caso, suelen citarse factores ambientales en los que se incluyen factores de salud mental. Ansiedad, estrés, hiperactividad o sobrecargas laborales podrían influir en su desarrollo.
A partir de ahí, comprender que la dieta juega un papel relevante es parte del plan para favorecer la recuperación. En este sentido, una dieta baja en grasas y alta en fibra, con abundancia de elementos vegetales, sería lo más recomendable. Todos estos caminos deben ir enfocados también en el consumo de verduras en preparaciones crudas o al vapor, evitando carnes grasas, así como precocinados, procesados y azúcares refinados. De esta manera, también conviene evitar preparaciones fritas y cargadas de grasas, las cuales se ha comprobado que también afectan al cansancio y al estado de ánimo.
También se hace hincapié en los hidratos de carbono de absorción lenta, así como una ingesta abundante de agua que mantenga el equilibrio hídrico. Se recomienda igualmente minimizar el consumo de café e infusiones excitantes, así como eliminar el consumo de alcohol. Una realidad que luego también conviene adaptar a mejores hábitos de vida como el sueño o el ejercicio físico, aunque pueda sonar complejo.
La astenia primaveral está muy vinculada a los cambios climáticos donde las horas de luz solar varían y también se reajustan los ritmos circadianos. Por eso, es habitual que los problemas de sueño afloren en esta época del año. Aun así, también es fundamental no confundirlo con lo que se conoce como trastorno afectivo estacional. Este concepto, del que ya hablamos en THE OBJECTIVE, tiene que ver puramente con la salud mental, vinculada a la depresión.