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¿Qué es el síndrome de la vida ocupada y cómo nos afecta? La psicóloga Ramírez da las claves

Esta situación plantea un desafío en la búsqueda del equilibrio entre la productividad y el bienestar emocional

¿Qué es el síndrome de la vida ocupada y cómo nos afecta? La psicóloga Ramírez da las claves

Una persona con síndrome de la vida ocupada | Unespash

En la sociedad en la que vivimos, el ritmo acelerado y la constante ocupación han definido un nuevo concepto de éxito y valía personal.

Este fenómeno, conocido como el síndrome de la vida ocupada, plantea un desafío significativo en la búsqueda del equilibrio entre la productividad y el bienestar emocional.

La psicóloga Patricia Ramírez ofrece perspectivas clave sobre cómo esta cultura de la actividad constante impacta nuestra salud mental y emocional, revelando las repercusiones de no permitirnos el necesario tiempo de descanso y autocuidado.

Explorar las causas y consecuencias de este síndrome no solo es esencial para comprender nuestras dinámicas personales, sino también para promover un enfoque más saludable hacia el éxito y la satisfacción en la vida moderna.

La falacia de la productividad constante

En el mundo en que nos ha tocado vivir, se ha creado una cultura donde la ocupación constante se considera sinónimo de éxito y valía personal.

Este fenómeno, denominado el síndrome de la vida ocupada, se manifiesta en personas que llenan cada minuto de sus días con tareas y responsabilidades, sacrificando así el descanso y el tiempo de ocio.

Además, estas personas sienten mucha ansiedad y, paralelamente, cuando no están ocupadas por un momento, experimentan una sensación de vacío.

Según Patricia Ramírez, psicóloga reconocida en España, este fenómeno se fundamenta en una creencia arraigada: nuestra valía como personas está directamente ligada a la cantidad de tareas que realizamos y el reconocimiento que obtenemos por ellas.

En este contexto, la medida del éxito se convierte en cuánto hacemos y cuánta validación recibimos por ello. Esta mentalidad conduce a la creencia errónea de que nuestra valía disminuye cuando no estamos constantemente ocupados.

Consejo de una psicóloga

Según Ramírez, el cerebro requiere períodos de descanso entre 15 y 20 minutos al día para funcionar de manera óptima. Y es que estudios indican que dedicar estos minutos a la inactividad consciente permite a la red neuronal regenerarse, mejorando así la creatividad y el bienestar mental.

Es crucial recalcar que, especialmente en el contexto del autocuidado, dedicar tiempo a actividades que promuevan la relajación es fundamental.

Establecer límites: un acto de respeto y dignidad, según la psicóloga Ramírez
Establecer límites: un acto de respeto y dignidad, según la psicóloga Ramírez

Sin embargo, muchas personas, en especial las mujeres, enfrentan la presión social de justificar estos momentos de cuidado personal.

Esta situación muestra que necesitamos revisar urgentemente cómo manejamos la productividad y el descanso, reconociendo que el equilibrio entre ambos es crucial para vivir de manera plena y saludable. Y desafiar el síndrome de la vida ocupada implica no solo reconsiderar nuestras prioridades y valores personales, sino también permitirnos el tiempo necesario para el descanso.

Este cambio de perspectiva no solo beneficia nuestra salud mental y física, sino que también fomenta una mayor autenticidad y satisfacción en nuestras vidas.

¿Por qué es tan importante descansar y dormir bien?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lograr un bienestar completo implica seguir una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente y, lo más importante, disfrutar de un sueño reparador.

La falta de descanso adecuado y suficiente afecta directamente el bienestar de una persona, por lo que la OMS recomienda dormir al menos siete horas continuas cada noche.

Cuando descansamos, nuestro cuerpo se recupera y se reinicia: la memoria mejora, el sistema inmunológico se fortalece, la presión arterial disminuye, la inflamación del cuerpo se reduce, la concentración y la capacidad mental aumentan, y se recupera la energía.

Dormir bien también contribuye a mantener un peso saludable, ya que la parte del cerebro que regula el sueño también controla el metabolismo. Por esta razón, cuando no se duerme lo suficiente, el cuerpo libera una hormona que aumenta el apetito.

Además del sueño reparador, es fundamental aprender a incorporar momentos de descanso consciente durante el día.

Dedicar tiempo a no hacer nada y permitir que nuestra mente se relaje sin sentir culpa es esencial para nuestra salud mental y emocional.

Estos momentos de inactividad consciente ayudan a reducir el estrés, mejorar el enfoque y promover una sensación general de bienestar.

Aprender a descansar sin sentirse mal, por ello es una habilidad importante que contribuye a una vida equilibrada y saludable.

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