Las tres claves de la cultura japonesa para vivir más tranquilo y feliz
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La cultura japonesa ha sido objeto de admiración durante siglos por muchas razones, una de las cuales es la notable longevidad y felicidad de su población. Diversos estudios han señalado que ciertos hábitos y prácticas culturales de Japón contribuyen a una vida más larga y plena. Y es que, según los mandamientos de la cultura japonesa al encontrar nuestro propósito de vida, aceptar lo que no podemos cambiar y asumir nuestras imperfecciones, podemos llevar una vida más significativa y satisfactoria. La clave está en integrar estos principios en nuestro día a día, permitiéndonos vivir más tranquilos y felices.
La cultura japonesa ofrece valiosas lecciones sobre cómo vivir una vida más tranquila y feliz a través de movimientos como: el ikigai, el shikata ga nai y el kintsugi. Estas prácticas no solo contribuyen a la longevidad de los japoneses, sino que encontrar nuestro propósito de vida, aceptar lo que no podemos cambiar y celebrar nuestras imperfecciones, podemos cultivar una vida más significativa y satisfactoria.
La clave está en encontrar nuestro propósito de vida, aceptar lo que no podemos cambiar y celebrar nuestras imperfecciones, podemos cultivar una vida más significativa y satisfactoria. La clave está en seguir la filosofía de vida formada por estos tres principios durante nuestro día a día, a través de hábitos y prácticas saludables para el cuerpo y la mente. Esto nos permitirá vivir con mayor paz y felicidad. Además, estas tres claves pueden ser adoptadas por cualquiera, en cualquier lugar del mundo.
Claves para vivir más feliz
1. Ikigai
El concepto de Ikigai es central en la filosofía japonesa y traducido a nuestro idioma su significado sería algo parecido a «la razón de ser» o «la razón para levantarse cada mañana». Por lo que, encontrar y perseguir nuestro ikigai, es decir tener un propósito de vida, puede ser la clave para tener una vida satisfactoria y longeva. Este término engloba cuatro elementos principales: lo que amas hacer, lo que el mundo necesita, la remuneración por lo que haces y lo que se te da bien.
Según el ikigai encontrar lo que queremos hacer, nuestro hobby o nuestra pasión, contribuirá a que nos sintamos realizados, se trata de hacer pasatiempos, practicar el deporte que nos gusta o descubrir nuestra profesión ideal. También, ayudar a los demás y pensar en lo que el mundo necesita, participando en causas solidarias marcará nuestra diferencia con el resto de miembros de nuestra comunidad.
Si decides practicar el ikigai, debes encontrar el equilibrio entre los trabajos y profesiones que están bien remunerados y te brindan sustento económico, y lo que se te da bien es decir tus habilidades, talentos y aptitudes (lo que eres bueno haciendo). Esto hará que te sientas pleno.
Encontrar la armonía perfecta entre estos elementos te ayudará a vivir con un propósito, tener un objetivo y dotar de un significado tu existencia. Porque diversos estudios y encuestas han comprobado que las personas que tienen un ikigai fuerte tienden a padecer menos estrés y ansiedad, lo que contribuye a una mejor salud mental y física.
2. Shikata ga nai
La cultura de la aceptación de uno mismo y la adaptación a las diferentes situaciones que nos plantea la vida es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la cultura japonesa. Esto es conocido como Shikata ga nai, que sería algo así como una expresión japonesa que se traduce como «no se puede hacer nada al respecto» o «es lo que es». Se trata de una filosofía de aceptación muy extendida en la cultura japonesa, que enseña a las personas a aceptar las cosas que no pueden cambiar.
Así en lugar de luchar contra lo inevitable o preocuparse excesivamente por situaciones fuera de nuestro control, la práctica del shikata ga nai nos invita a adaptarnos y seguir adelante. Esta mentalidad no es sinónimo de un acto de resignación, sino una forma de liberar energía mental para concentrarnos en lo que podemos cambiar y mejorar.
Además, seguir los principios del shikata ga nai puede reducir significativamente nuestros niveles de estrés y de ansiedad, hecho que nos va a permitir llevar una vida más tranquila, centrándonos en sus aspectos más positivos.
3. Kintsugi
El kintsugi es una antigua técnica japonesa que se utilizaba para la reparación de la cerámica rota, a la que se le aplicaba un barniz de resina mezclado con polvo de oro, plata o platino. Así en lugar de ocultar las cicatrices, el kintsugi celebra las imperfecciones de la cerámica y las hace visibles, creando una pieza aún más bonita que la original. Por lo que, el kintsugi pretende enseñarnos a mar la belleza de la imperfección.
Con el ejemplo de la cerámica, esta práctica pretende enseñarnos a aceptar y apreciar nuestras imperfecciones y malas experiencias pasadas. La filosofía del kintsugi puede aplicarse a la vida diaria, recordándonos que nuestras dificultades y heridas nos hacen únicos y valiosos. En lugar de buscar la perfección, debemos buscar la belleza en nuestras cicatrices y en las lecciones que nos han enseñado.
Así, adoptar el kintsugi como una metáfora de nuestra existencia nos ayudará a fomentar una actitud más positiva y resiliente con la que enfrentar los desafíos que nos plantee la vida, siendo más resolutivos y expresando gratitud ante lo que nos depare el destino.