Los principales peligros de utilizar lentillas en la playa o piscina, pueden provocar ceguera
Aunque lo más recomendable es no usar lentillas en el agua debido a los riesgos, hay formas de reducir los problemas
Con la llegada del verano y el deseo de disfrutar de la piscina y la playa, las personas que utilizan lentes de contacto se preguntan si es seguro nadar con ellas.
Aunque lo más recomendable es no usar lentillas en el agua debido a los riesgos, hay formas de reducir los problemas si decides hacerlo.
¿Qué peligros existen?
Los problemas de visión afectan a muchas personas. En España, por ejemplo, siete de cada diez ciudadanos necesitan ayudas ópticas para ver correctamente, según revela el Libro Blanco de la Visión 2023, publicado por la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (FEDAO) con el apoyo de Correos Express.
En el día a día, es común usar lentillas para corregir este problema e ir cómodos por la vida. Sin embargo, llega un momento en el que todos los que las utilizan se enfrentan a la duda cuando llega el verano y las altas temperaturas, ¿qué tan peligroso es utilizar lentillas bajo el agua?
Disfrutar de un refrescante baño en la piscina durante los días de pleno verano es un placer para muchos. No obstante, quienes usan lentillas frecuentemente pueden preocuparse por las consecuencias de ello.
El principal peligro de nadar con lentillas es la exposición a bacterias y parásitos que pueden causar infecciones oculares graves.
El agua de piscinas y playas puede contener microorganismos como la acanthamoeba, que se adhiere a las lentes de contacto y provoca queratitis, una infección dolorosa y potencialmente dañina para la visión.
Además, el cloro y la sal pueden irritar los ojos y deshidratar las lentillas, aumentando la incomodidad y el riesgo de infecciones.
¿Qué aconsejan los especialistas?
Para quienes no pueden evitar usar lentes de contacto mientras nadan, los especialistas recomiendan optar por lentes de contacto diarias desechables.
Estas lentillas, diseñadas para un solo uso, se desechan al final del día, disminuyendo así el riesgo de acumulación de bacterias. Además, es fundamental usar gafas de natación bien ajustadas para evitar que el agua entre en contacto con los ojos.
Otro consejo esencial es mantener una excelente higiene ocular. Antes y después de nadar, lávate bien las manos y asegúrate de limpiar y desinfectar adecuadamente las lentillas si no son desechables.
Si sientes cualquier molestia, como irritación, enrojecimiento o visión borrosa, retírate las lentillas inmediatamente y enjuaga tus ojos con suero fisiológico. Si los síntomas persisten, consulta a un oftalmólogo.
Usar lágrimas artificiales puede ayudar a mantener los ojos hidratados y reducir la irritación causada por el cloro o la sal. Estas gotas son especialmente útiles para quienes usan lentillas en ambientes acuáticos, ya que proporcionan una lubricación adicional.
Para aquellos que nadan con frecuencia, una opción segura y práctica es el uso de gafas de natación graduadas. Estas gafas corrigen la visión bajo el agua y proporcionan una barrera efectiva contra la entrada de agua, permitiendo disfrutar de las actividades acuáticas sin comprometer la salud ocular.
Síntomas de una grave infección ocular
Nadar con lentillas puede causar infecciones, por lo que es recomendable quitárselas con cuidado y las manos limpias, usar lágrimas artificiales para hidratar los ojos y dejarlos descansar antes de volver a ponerse las lentillas.
Además, es importante estar atentos a los síntomas de infección ocular para poder acudir al especialista lo antes posible si es necesario.
Los síntomas más comunes y que debes de tener en cuenta cada vez que utilices lentillas bajo el agua incluyen:
- Enrojecimiento
- Picor en los ojos
- Hinchazón
- Irritación
- Dolor
- Ojos llorosos
- Visión borrosa
- Mayor sensibilidad a la luz
- Secreción ocular
Es fundamental tomar en serio estas infecciones, ya que pueden provocar pérdida de visión, como ocurre con la queratitis por acanthamoeba, que incluso puede llevar a la ceguera.