La mejor manera de tratar con personas difíciles, según un experto
Todos tenemos algún familiar, amigo o compañero de trabajo que tiene un carácter irascible, fuerte y violento
Las personas difíciles pierden la compostura con frecuencia, y nos vemos envueltos en discusiones sin sentido en las que es prácticamente imposible hacerlas entrar en razón.
«Una situación frustrante, desesperante e incluso a veces aterradora», comenta la psicóloga Barbara Markway en Psychology Today.
¿Cómo abordar la situación sin salir mal parado?
Cuando debemos tratar con personas que tienen comportamientos irracionales, nuestro cerebro activa el centro de respuesta al miedo.
Esta parte del cerebro no distingue si te está gritando un cliente histérico o si un perro nervioso parece que va a atacarte, por lo que dependerá de tu capacidad para activar tu mente consciente y calmar la situación.
No todas las personas reaccionan igual ante las mismas respuestas o actitudes, pero Markway recomienda poner en práctica una serie de técnicas específicas para manejar estos momentos difíciles, similares a las que utilizan los profesionales de la medicina cuando alguien parece estar fuera de control.
Escucha activa
El primer paso para mantener una conversación, especialmente con alguien irascible e irracional, es escuchar de verdad. Esto significa enfocarse en lo que la otra persona está diciendo en lugar de pensar en lo que responderás a continuación.
Si no prestas atención mientras alguien está realmente enfadado y luego se te pide tu opinión, tu falta de atención solo aumentará su frustración.
Respeta por encima de todo
Independientemente de cómo te trate la otra persona (siempre dentro de unos límites razonables), “mostrar desprecio nunca te ayudará a resolver la situación de manera productiva”, afirma Markway.
Evita echar en cara su comportamiento
Repetir que la persona está perdiendo el control solo aumentará su enojo y la hará sentirse humillada. Es contraproducente y puede intensificar la situación.
Pon límites
Aunque es importante mantener la calma y escuchar, no permitas que te falten al respeto. Es esencial mostrar que no tolerarás comportamientos inaceptables, pero hazlo con educación y serenidad, usando frases como “por favor, no me hables de esa manera”.
No te pongas a la defensiva
Responder a ataques verbales con un comportamiento similar solo perpetúa el conflicto. No te lo tomes como algo personal; recuerda que el problema no es contigo.
No le digas que sí como a los tontos
Decir lo entiendo de una forma repetitiva puede empeorar las cosas si la persona misma no comprende lo que está sintiendo.
En lugar de eso, trata de obtener más información con un, explícamelo más despacio para entenderlo mejor, lo que puede ayudar a calmar los ánimos mientras argumenta.
No juzgues
No siempre sabemos qué está pasando en la vida personal de alguien que lo hace perder la compostura fácilmente. Trata de ser comprensivo y entender el contexto detrás de su actitud sin etiquetarlo de inmediato como irracional.
Ten distancia
Durante momentos de agresión, aunque sea verbal, es mejor no acercarse demasiado. Evita el contacto físico, ya que podría ser malinterpretado y aumentar la hostilidad.
Evita disculparte en exceso
Incluso si tienes algo que ver con el motivo de su enojo, no eres responsable de su comportamiento. Evita asumir directamente la culpa con: lo arreglo ahora en medio de la crisis. Mantén la calma y deja que la situación se calme por sí misma.
Mantén la calma
En situaciones emocionalmente intensas, es difícil no dejarse llevar por la tensión del momento. Controlar la respiración con inhalaciones profundas y contar hasta diez (o más si es necesario) puede ayudarte a no reaccionar con el mismo nivel de nerviosismo que la otra persona.
Busca apoyo
Si hay otras personas presentes, trata de encontrar aliados que puedan ayudarte. No se trata de llamar a seguridad como en las películas, sino de contar con el apoyo de quienes te rodean.
No respondas con ira
Elevar el tono de voz, hacer gestos agresivos o responder con falta de respeto solo añade tensión. Usa un tono de voz bajo y tranquilo, incluso monótono, para evitar avivar el conflicto.
Evita sonreír
Una sonrisa puede ser malinterpretada como burla. Aunque el humor a veces relaja, también puede complicar la situación dependiendo del contexto y de la persona con la que estás hablando.