Miopía magna: qué es, por qué aparece y qué diferencias tiene con la común
A partir de las seis dioptrías se puede hablar de esta patología más severa –y compleja– de la salud visual
Unas gafas graduadas. | ©Freepik.
La miopía se ha convertido en uno de los problemas oculares más comunes en todo el mundo. Este defecto de refracción, que afecta tanto a jóvenes como a adultos, es el motivo por el que muchas personas necesitan gafas o lentes de contacto para ver de forma nítida a distancia. De hecho, las estadísticas muestran que aproximadamente el 30% de la población mundial es miope. Un porcentaje que se espera siga en aumento en los próximos años. Entre todos los tipos de miopía, uno de los más graves es la miopía magna, una forma avanzada de esta condición que puede tener consecuencias severas para la visión.
La miopía ocurre cuando el globo ocular es demasiado largo. Cuando esto pasa, los rayos de luz que entran en el ojo se enfocan delante de la retina en lugar de directamente sobre ella. Esto hace que los objetos distantes aparezcan borrosos, mientras que los objetos cercanos se ven con claridad. Las personas con miopía suelen necesitar corrección óptica para poder llevar a cabo actividades cotidianas como conducir o leer señales a distancia. Aunque es un problema fácil de corregir con gafas o lentes de contacto, en casos más graves puede derivar en complicaciones mayores.
En las últimas décadas, el número de personas con miopía ha aumentado drásticamente, especialmente entre los jóvenes. Este aumento se debe a varios factores, pero uno de los principales es el cambio en los hábitos de vida. La exposición prolongada a pantallas y dispositivos electrónicos, así como la falta de tiempo al aire libre, parecen estar relacionados con el desarrollo de la miopía. Diversos estudios sugieren que la luz natural y el enfoque en objetos distantes ayudan a prevenir el alargamiento del globo ocular. Motivo que podría explicar por qué las tasas de miopía son más bajas en sociedades que pasan más tiempo al aire libre.
Miopía magna: qué es y por qué aparece
La miopía magna, también conocida como miopía patológica o alta miopía, es una forma grave de miopía. Importa conocerla porque no solo se limita a la visión borrosa a distancia, sino que además está vinculada a una serie de complicaciones oculares potencialmente peligrosas. Las personas con miopía magna tienen una graduación superior a las seis dioptrías. Además, a medida que la miopía avanza, aumenta el riesgo de padecer problemas oculares serios. Entre estos, destacan el desprendimiento de retina, la degeneración macular y el glaucoma, enfermedades que pueden llevar a la pérdida parcial o total de la visión si no se tratan adecuadamente.
La aparición de la miopía magna está relacionada con varios factores, tanto genéticos como ambientales. Aunque cualquiera puede desarrollar miopía, las personas con antecedentes familiares de miopía severa tienen un mayor riesgo de padecer miopía magna. Además, la exposición constante a tareas que requieren un enfoque cercano, como leer o trabajar delante de un ordenador, también puede contribuir al desarrollo de esta condición.
Físicamente, el alargamiento excesivo del globo ocular es la principal causa de la miopía magna. Este alargamiento, que aumenta con el tiempo, provoca un adelgazamiento de la retina y otros tejidos oculares. Cuando esto sucede, se incrementa el riesgo de enfermedades oculares graves, de las que ya hablamos en THE OBJECTIVE.
Una prevalencia hipotéticamente al alza
En cuanto a la prevalencia, la miopía magna es menos común que la miopía simple, pero su incidencia está aumentando en muchas partes del mundo. De hecho, en algunos países asiáticos, donde las tasas de miopía en general son muy elevadas, se estima que hasta el 3% de la población podría padecer miopía magna. En Europa y América, la prevalencia es algo menor, aunque también está en aumento. Las enfermedades oculares relacionadas con la miopía magna, como la degeneración macular y el desprendimiento de retina, son más comunes en personas de edad avanzada. Aunque también pueden aparecer en personas más jóvenes con esta afección. Motivos por los que aumenta la preocupación por su tratamiento y manejo a largo plazo.
Cómo convivir con la miopía magna
Aunque la miopía magna es una condición que puede afectar gravemente la calidad de vida de quienes la padecen, existen varias opciones para corregir o mejorar la visión. El uso de gafas con lentes de alta graduación o lentes de contacto sigue siendo una de las soluciones más comunes. Para los casos en los que la corrección óptica no es suficiente o se desea una solución más permanente, las intervenciones quirúrgicas, como la cirugía láser o la implantación de lentes intraoculares, pueden ser una opción. Sin embargo, es importante destacar que, aunque estas cirugías pueden mejorar la visión, no eliminan los riesgos asociados con las complicaciones oculares mencionadas anteriormente.
Las personas con miopía magna deben someterse a revisiones oculares periódicas para detectar cualquier signo temprano de las complicaciones más graves. Como es el caso del desprendimiento de retina o la degeneración macular, tal y como explican desde Clínica Baviera sobre estas afecciones de la salud ocular. La detección temprana de estas condiciones es crucial para iniciar el tratamiento lo antes posible y así reducir el riesgo de pérdida de visión. En algunos casos, se pueden emplear tratamientos específicos, como la terapia anti-VEGF para la degeneración macular. En este supuesto podría ayudar a estabilizar la visión, mejorar la vista y evitar un mayor deterioro.
Más allá de la cirugía: el papel del estilo de vida en la prevención
Para quienes padecen miopía magna, llevar un estilo de vida saludable también puede ser clave para mantener la salud ocular a largo plazo. Se recomienda evitar actividades que puedan aumentar la presión en los ojos. Es el caso del levantamiento de pesas de manera excesiva. Así como la utilización de protección ocular cuando se practican deportes de contacto. Además, seguir una dieta equilibrada rica en antioxidantes, como la vitamina C y la vitamina E, puede ayudar a mantener la salud de los tejidos oculares y prevenir el daño adicional.
